El presidente Nicolás Maduro logró el mayor número de votos y de alcaldías en las municipales del domingo, pero la oposición logró reforzar su preponderancia en las mayores y más ricas urbes de un país angustiado por la economía.
Más de 20 horas después de cerradas las urnas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) seguía sin brindar los resultados definitivos y sus voceros, consultados telefónicamente, informaban que los datos se irán actualizando a medida que reciban las actas de las juntas electorales de las 337 alcaldías.
Los únicos datos oficiales, difundidos la noche del domingo, daban a la alianza del gobierno 49,2%, con 6,5 puntos porcentuales y más de 600.000 votos de ventaja sobre la oposición aglutinada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Esos datos también le otorgaban al chavismo 196 alcaldías, frente a 53 de los opositores, ocho independientes y 80 aún en disputa.
Sin embargo, según escribió en twitter el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, la coalición gubernamental se habría hecho con 234 alcaldías.
Todos se dan por ganadores
Tras los comicios, que la oposición elevó a categoría de referendum sobre la gestión de Maduro, todos reivindicaron el triunfo.
"El pueblo de Venezuela le ha dicho al mundo que la Revolución Bolivariana (del difunto Hugo Chávez) continúa con más fuerza", enfatizó el domingo Maduro en un mitin en la Plaza Bolívar de Caracas.
En las municipales de 2008 la oposición había obtenido 54 alcaldías, lo que hacía presuponer que los datos finales reflejarían un progreso de las huestes de Henrique Capriles.
El gobierno de Maduro, electo en abril tras la muerte del fundador de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, llegó a las elecciones arrastrando la carga de un 54% de inflación, una escalada del dólar que subió 300% en pocos meses en el ilegal mercado paralelo y problemas de desabastecimiento.
La oposición puede regocijarse además de haber retenido las dos "joyas de la corona", la supra alcaldía metropolitana de Caracas y de la petrolera Maracaibo, segunda ciudad del país, a las que sumaron otros grandes distritos: Valencia, Barquisimeto y la ultrasimbólica Barinas, tierra natal de Chávez.
"Hay un avance de la oposición significativo, le quita alcaldías de ciudades principales en manos del chavismo, y hay avances en votos totales en contraste con los de (las municipales) de 2008", dijo a la AFP el politólogo John Magdaleno.
Maduro "retiene una mayoría pero no tan holgada y cualquier error que tenga pudiera costarle la base de su apoyo. Para la oposición el reto hasta las legislativas de 2015, es forjar una mayoría de opinión que pueda convertir en mayoría electoral", agregó Magdaleno, director de la consultora Polity.
Pero frente a la profundización del modelo chavista de las últimas semanas, "la oposición muestra un crecimiento significativo, pero no logra el objetivo de castigar la gestión de Maduro", explicó el analista Luis Vicente León.
El reelecto alcalde del distrito metropolitano de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, reconoció que la MUD "debe perfeccionarse, debe consolidarse y debe reinventarse (...) mucho más ahora, cuando vamos a entrar en tiempos más complicados".
Por su parte Capriles aseguró tras la votación que "el mensaje es muy claro. Venezuela es un país dividido, no tiene dueño. Estamos construyendo una alternativa y no descansaremos hasta unir a Venezuela".
La amenaza de la economía
"Atacar las consecuencias de la crisis le ayudó a Maduro a ganar políticamente, pero no atacar las causas le impedirá ganar económicamente" advirtió León, director de Datanálisis.
El presidente, en picada en los sondeos hasta octubre, salió al contraataque en noviembre y tras definirse como "presidente justiciero", lanzó una ofensiva que forzó la baja de precios de televisores, zapatos o tornillos, censó comerciantes y amenazó con prisión a díscolos.
"Maduro --agregó León-- tiene ahora dos escenarios. mantener la radicalización económica y desplomarse o aprovechar su plenipotenciario y negociar soluciones".
Encuestas privadas a las que tuvo acceso la AFP detectaron que la panoplia de medidas, que apuntaron básicamente a la clase media, de la cual Maduro se declaró "protector", lograron frenar la caída de la intención de voto de los candidatos oficiales e incluso revertir la tendencia.
En el primer anuncio de lo que se avecina, Maduro pareció redoblar su apuesta en seguir adelante con su "guerra económica" contra la "burguesía parasitaria y el imperialismo" y en la cresta de la ola de los resultados favorables anunció que esta semana atacaría los mercados de alimentos y alquileres residenciales.
"Vamos con fuerza, (estén) pendientes", dijo Maduro, quien hace un mes dispone de superpoderes para gobernar por decreto y, según los textos del gobierno, "blindar el orden económico de transición al socialismo".