Existen alternativas a los medicamentos para el dolor crónico de espalda. Las investigaciones revelan que cuando se los incluye dentro de un plan integral de tratamiento, dichas técnicas pueden ser muy eficaces para reducir el dolor. En conjunto, esos medios para controlar el dolor generalmente se conocen como medicina alternativa.
El dolor de espalda crónico es un problema común. Según el Instituto Nacional de Salud, en Estados Unidos más personas sufren de dolor de espalda que de diabetes y cáncer combinados.
Tradicionalmente, el primer paso en el tratamiento de este síntoma es la administración de medicamentos, entre ellos analgésicos fuertes como los opioides. No obstante, eso puede ser problemático porque los opioides no solamente son fármacos poderosos, sino que también pueden conllevar graves efectos secundarios y crear un alto riesgo de adicción cuando se consumen de forma prolongada. Los problemas relacionados con el consumo de medicamentos para aliviar el dolor han vuelto fundamental la consideración de otras tácticas para controlar este síntoma.
Anteriormente, en algunas situaciones en las que los medicamentos no fueron una buena alternativa, se recomendó la cirugía como el siguiente paso; pero afortunadamente ahora existe una amplia gama de opciones, más allá de los medicamentos y de la cirugía, que ha demostrado servir para aliviar este malestar.
Un tipo común de medicina alternativa que se aplica con frecuencia y que recomienda Mayo Clinic es la acupuntura. Esa técnica implica introducir en la piel agujas sumamente finas en ciertos puntos estratégicos del cuerpo para reducir el dolor. La frecuencia con la que se necesitan los tratamientos depende, en gran parte, del tipo y fuerza del dolor.
La terapia con masajes también puede ayudar a reducir la dolencia. Varios estudios plantean que el masaje puede surtir efecto como parte de una estrategia general para controlar el dolor del cuello y la espalda. Mayo Clinic ha llevado a cabo más de una docena de ensayos clínicos sobre el masaje y descubrió que es valioso para una amplia variedad de casos de dolor.
Los ensayos clínicos demostraron que las terapias de mente y cuerpo son otro método capaz de alterar bastante el dolor muscular. El propósito de esos tratamientos es ayudar a relajar y mejorar la comunicación y conexión entre el estado de ánimo y la salud del cuerpo. El yoga, el tai chi, la meditación y la visualización dirigida caben dentro de esta categoría.
También existen dos en particular que son esperanzadores para aliviar el dolor: el primero es la S-adenosilmetionina, normalmente llamada SAMe, que ha sido estudiada por su capacidad de reducir la inflamación y aliviar el dolor en la artritis; el segundo es la curcumina, sustancia presente en la especia conocida como cúrcuma, que también puede ayudar a reducir la inflamación. Las primeras investigaciones parecen señalar un beneficio en quienes padecen ciertos tipos de dolor crónico y consumen esos suplementos; no obstante, tenga cuidado con estos y no empiece a tomar nada antes de hablarlo con su médico para verificar que sea lo correcto en su situación.
Todos estos tratamientos pueden ayudar a reducir el malestar, pero ninguno lo cura, sino que solo ayuda a controlar los síntomas. A fin de lograr el máximo efecto, hay que integrarlos dentro de un plan general de tratamiento que también incluya métodos tradicionales para controlar el dolor, como fisioterapia, ejercicio y nutrición balanceada. Cuando se pone a estos tratamientos dentro del contexto de este tipo de método integrado, muchas personas observan que, en el control del dolor crónico, la aplicación de estas alternativas comprobadas a los medicamentos aporta un beneficio importante.