El ex presidente sudafricano Nelson Mandela recibe tratamiento por una infección pulmonar, informó este martes la presidencia, que asegura que el opositor histórico al régimen racista del apartheid, de 94 años de edad, hospitalizado en Pretoria desde el sábado pasado, se encuentra bien.
"Los médicos terminaron las pruebas y éstas revelaron la reaparición de una antigua infección pulmonar, por la que Madiba (nombre del clan de Mandela con el que se le conoce popularmente) recibe un tratamiento apropiado al que reacciona bien", afirmó la presidencia.
Es la primera información oficial sobre los problemas de salud del héroe nacional sudafricano que pasó 27 años en la cárcel durante el régimen racista del apartheid, antes de ser liberado en 1990 y de convertirse en presidente en 1994.
Desde hace cuatro días las fuentes oficiales se limitaban a afirmar que Mandela, galardonado en 1993 con el Premio Nobel de la Paz, se encontraba bien, y que no había ningún motivo para preocuparse.
No obstante, Mandela pierde poco a poco su legendaria chispa, lamentó su esposa Graça Machel en una entrevista grabada el lunes y difundida el martes por la televisión.
Graça Machel, calma y sonriente, no da informaciones sobre Mandela, de 94 años, pero dice que da pena verlo envejecer.
"Quiero decir que ese espíritu y esa chispa desaparecen poco a poco", dijo Machel.
"Verlo envejecer es una cosa que da pena... Pero usted comprende y usted sabe que eso debe suceder", añadió.
Mandela, Premio Nobel de la Paz, fue internado el sábado en un hospital militar de un suburbio de Pretoria para ser sometido a exámenes médicos.
Las autoridades dijeron en varias ocasiones en los últimos días que su vida no estaba en peligro, pero no aclararon en que consistían esos exámenes.
La última hospitalización del primer presidente negro del país -en el mismo hospital militar situado en la periferia sur de Pretoria- fue en febrero, luego de dolores abdominales. En esa ocasión pasó una noche en el hospital y regresó a su domicilio luego de que los estudios no revelaran "nada verdaderamente grave".
En enero de 2011 Mandela inquietó tras ser hospitalizado por una infección respiratoria aguda.
Ya en 1988, Mandela había sido ingresado en un hospital, cuando padecía una fuerte tos contraída en la húmeda celda en la que estaba encarcelado. En aquel entonces tenía tuberculosis y los médicos le drenaron los pulmones, sacando dos litros de líquido.
En aquella oportunidad, Mandela permaneció seis semanas en el hospital, antes de que se lo transfiriera, convaleciente, a una clínica ubicada más cerca de la cárcel. Allí, fue el primer paciente negro ingresado en el establecimiento.
"El informe del hospital indica que, por suerte, se enviaron las muestras antes de que los pulmones estuvieran perforados", contó Mandela en 2004, refiriéndose a esta hospitalización de 1988. "Me hicieron un tratamiento y, cuatro meses después, estaba completamente curado", agregó.
En 2001, se realizó al expresidente una radioterapia por un cáncer de próstata. Al año siguiente, Mandela declaró a la prensa que estaba curado de esta enfermedad.
Los años de trabajos forzados en las canteras de piedra caliza de Robben Island, donde estuvo preso, también le dañaron las glándulas lacrimales.
Mandela se retiró progresivamente de la vida pública luego de terminar su único mandato en 1999. La última aparición pública del primer presidente negro de Sudáfrica fue en 2010, en el Mundial de Fútbol organizado por su país.
Actualmente vive retirado en Qunu, el pueblo de su infancia, en la provincial rural de Cabo Oriental (sur).