Basta digitar en Google “examen de ingreso Universidad Nacional”, para encontrar en 15 milésimas de segundo, más de 3 millones 700 mil registros, con todo tipo de consejos, guías y hasta ofertas de cursos que prometen tener la fórmula secreta para lograr ser admitido en la Universidad Nacional.
Independientemente de que tanto funcionen o no los consejos virtuales, lo cierto es que con el paso de los años, ha crecido tanto el número de aspirantes como la ‘fama’ de lo riguroso que es el examen. Los registros indican que para el primer semestre de 2013 se presentaron cerca de 52 mil jóvenes a la Universidad Nacional en Bogotá y sólo 3 mil 500 lograron ser admitidos.
Conociendo la dificultad del examen, miles de colombianos pueden llegar a creer que una vez superada esta prueba, lo más difícil está resuelto y dan por hecho, que el ingreso a la educación superior, representa sin temor a equivocarse que esos jóvenes se convertirán en profesionales.
Lamentablemente esa suposición no es del todo cierta. Según el Área de Acompañamiento de la Institución cientos de estudiantes se retiran por aspectos relacionados con su situación socioeconómica, por no tener los recursos para soportar gastos de sostenimiento, que a simple vista pueden ser menores, pero que sortearlos representa para ellos una verdadera odisea. Estamos hablando de su alimentación, transporte, alojamiento y fotocopias. La situación es más compleja aún para quienes son padres o madres de familia y ante cualquier cambio fortuito en sus hogares deben abandonar las aulas.
Las últimas cifras que presentó la Dirección Académica Nacional reflejaban para los primeros cuatro semestres un porcentaje de deserción para el primer semestre del 8% y en cuarto semestre cercano al 1%, es decir, entre 300 y 50 jóvenes que contra su voluntad deben abandonar las aulas.
“Conocedores de esa realidad y de las implicaciones a largo plazo que genera la deserción universitaria en la Fundación Bacatá decidimos ayudar a disminuir esas cifras, subsidiando cada semestre a un número determinado de estudiantes con transporte, alimentación y material académico. Justamente, ya cumplimos un año con este convenio que fue firmado el 27 de abril del 2012 entre la Universidad Nacional de Colombia, la Fundación Instituto Alberto Merani y la Fundación Bacatá, a la fecha hemos beneficiado a 74 estudiantes y queremos cerrar el año 2013 con un mínimo de 120”, explica Claudia Elena Vásquez, directora de la Fundación.
Desde su creación, la Fundación Bacatá ha entregado más de 6 mil almuerzos, 12 mil pasajes de Transmilenio y más de $7 millones en material académico a estudiantes de excelente rendimiento académico y bajos recursos económicos, para quienes estos subsidios representan la posibilidad de concentrar su atención en la formación profesional y no, como les ocurría antes en conseguir dinero para sus gastos básicos.
Según las cifras de la Universidad Nacional, hoy cuentan con cerca de 25 mil estudiantes en pregrado, la mayoría son de escasos recursos económicos, dado que cerca de 21 mil pertenecen a estratos 1, 2 y 3, razón por la cual en el último semestre 3 mil 800 estudiantes han solicitado a la Dirección de Bienestar Universitario alguno de los apoyos socioeconómicos brindados, para mitigar en algún grado las dificultades de índole monetaria.
A la fecha, la Universidad cuenta con cuatro convenios con diferentes corporaciones con las que buscan ayudar a los estudiantes a mitigar su carga económica. Uno de esos convenios es con la Fundación Bacatá que hasta el 16 de agosto de este año, tiene abierta la tercera convocatoria con la que busca mínimo 50 estudiantes más que quieran ser beneficiarios.
“Queremos invitarlos a que se inscriban, incluso si usted tiene un familiar o un amigo que estudie en la Universidad Nacional y necesite esta ayuda por favor dígale que solo basta acercarse a Bienestar Universitario o inscribirse en www.fundacionbacata.org”, explica Claudia Elena Vásquez.
No hay límites de edad para participar, de hecho desde el estudiante más joven de la Universidad que hoy tiene 12 años, hasta el mayor que hoy tiene 60 años puede postularse. En el proceso de selección se validan diversos factores como: ser estudiante activo de la Universidad Nacional- Sede Bogotá, cursar segunda o tercera matricula, pertenecer a estratos socioeconómicos 0, 1 o 2, tener promedio académico mayor o igual a 3.75 (incluso 3.4 para quienes son padres o madres de familia y adjuntar las pruebas de estado SABER. La meta de la Fundación Bacatá es seguir aumentando, semestre a semestre, el número de beneficiarios.