Definitivamente la utilización de un tercer carril mixto en las troncales de los buses de Transmilenio no será una de las soluciones a los problemas que tiene el sistema para movilizar a sus dos millones de usuarios.

Mientras la administración descartó esta posibilidad debido a que la Contraloría de Bogotá estableció que un estudio técnico en 2011, de la firma Steer Davies Gleaveel contratado por 194 millones de pesos para evaluar el crecimiento de la demanda del sistema troncal dentro del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), recomendó no implementar esta medida, los usuarios reclaman soluciones.

También en el mencionado estudio se indica que “no se puede desconocer que la implementación de un tercer carril tendría el efecto de disminución en la capacidad de los carriles mixtos en la Caracas y Autonorte, vías que en la actualidad se encuentran saturadas en las horas pico”.

Sumado a lo anterior, la Secretaría Distrital de Movilidad informó que desde 2011 a los operadores de las Fases 1 y 2 de Transmilenio han presentado propuestas encaminadas a la optimización del Sistema, realizadas a través de la firma consultora Mobilé.

Gremios

El 80 por ciento de la malla vial de Bogotá es usada por los vehículos particulares, por eso es importante que se haga un uso racional de este medio de transporte, lo que solo se logra con un transporte público de calidad. Argumentos como este se debatieron en el panel sobre movilidad que se desarrolló en la XLVIII Asamblea Anual de Afiliados de Camacol Bogotá y Cundinamarca en Bogotá.

Una adecuada política pública, hacer eficiente las herramientas de movilidad existentes, y la inclusión de la tecnología para tener sistemas de transporte público de calidad, son las salidas más inmediatas que pueden solucionar la crisis que enfrenta Bogotá. A conclusiones como estas se llegaron en el panel sobre movilidad que se desarrolló como parte de la jornada académica que se realizó hoy en el marco de la XLVIII Asamblea Anual de Afiliados de Camacol Bogotá y Cundinamarca en Bogotá.

Como invitado especial, estuvo el especialista en logística, planificación, desarrollo de infraestructuras y políticas de transporte urbano, José Barbero, quien en su exposición dijo que existen herramientas que pueden ser usadas para superar los problemas de movilidad. Para él, estas herramientas deben incluir acciones desde la demanda de transporte, la política pública y la optimización de la inversión.

En el panel de discusión participaron el director del IDU, William Camargo; la subsecretaria de Política Sectorial de la Secretaría de Movilidad, María Constanza García Alicastro; Isabel Agudelo, directora de Logyca Consilting Services, y la directora de Responsabilidad Social del Gremio Victoria Cunningham. Las discusiones más importantes a las que se llegaron en el panel, tienen que ver con hacer un uso efectivo de las condiciones existentes, pero aumentando la eficiencia; la creación de una política pública innovadora que le apunte a sistemas sostenibles; integrar la innovación tecnológica para hacer de los sistemas masivos de transporte algo inteligente, y fortalecer la figura de las Asociaciones Público-Privadas para el desarrollo de grandes obras.

Una de las preocupaciones es que la realización de proyectos de gran impacto en la movilidad como la Avenida ALO, nuevas fases de Transmilenio y el Metro de Bogotá, se demoran varios años en ser estructuradas. Por eso resulta importante hacer un uso eficiente del transporte particular. “Tenemos una infraestructura catalogada como un bien escaso. El 80 por ciento de este bien escaso lo utiliza el 20 por ciento de la movilidad de vehículo particular y los otros medios de transporte, entre ellos el de carga, sufren dificultades, dijo García Alicastro.

Para Camacol Bogotá y Cundinamarca, este tema es una constante preocupación. Por eso ha hecho un compromiso de autorregulación en el sector, en el que más de 50 empresas afiliadas buscan minimizar el impacto alrededor de sus obras en materia de movilidad.