Temor por civiles ante avance del régimen sirio en Alepo | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Lunes, 21 de Noviembre de 2016
Redacción Web con AFP

Las tropas del régimen sirio avanzaban rápidamente en los barrios rebeldes de Alepo, respaldadas por intensos bombardeos que hacen temer una "catástrofe humanitaria" antes de fin de año, según la ONU.

El Consejo de Seguridad abordará de nuevo el lunes, a partir de las 15H00 GMT en Nueva York, qué puede hacer para ayudar a los civiles sirios.

Pero la comunidad internacional se ve cada vez más impotente para mediar en el conflicto, como afirmó el domingo el presidente estadounidense, Barack Obama, al admitir que "no" era "optimista" sobre el futuro inmediato del país.

"El tiempo se agota y estamos en una carrera contrarreloj" para evitar una catástrofe humanitaria, advirtió por su parte el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, tras una visita a Damasco.

El régimen de Bashar al Asad se muestra determinado a llevar a cabo su nueva campaña, lanzada el 15 de noviembre, para reconquistar la parte este de Alepo, que se encuentra bajo control de diferentes grupos rebeldes, unos moderados, otros yihadistas.

- Avances importantes -

Las tropas gubernamentales consolidaban el lunes sus posiciones tras haber entrado la víspera por primera vez en el barrio de Masaken Hanano, en el noreste de Alepo, después de violentos combates, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos(OSDH). Este barrio tiene un marcado carácter simbólico porque fue el primero que conquistaron los rebeldes en 2012.

El régimen, respaldado por combatientes iraníes y el Hezbolá libanés, también expulsó a los insurgentes de una antigua zona industrial del noreste.

"Se trata del avance más importante del régimen en los barrios rebeldes hasta hoy en día", precisó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. La toma de Masaken Hanano le permite al régimen tener "en línea de mira otras zonas rebeldes" y poder "aislar las partes del norte del Alepo rebelde del resto de los distritos de la oposición", según él.

El diario progubernamental Al Watan describió este barrio como "el mayor bastión y el más importante" de los rebeldes en la ciudad.

Según el jefe de la diplomacia siria, Walid Muallem, habría entre 5.000 y 7.000 "hombres armados" que "toman como rehenes", según él, a "los habitantes de estos barrios".

El domingo, tras reunirse con De Mistura, Muallem rechazó la posibilidad de una "administración autónoma" de los rebeldes en Alepo. Esta idea había sido propuesta por el enviado de la ONU a cambio de la salida de cientos de yihadistas del grupo Fateh al Sham (exrama siria de Al Qaida) presentes en estos sectores.

- 'Ningún hospital' -

Según los expertos, tanto Damasco como su aliado ruso esperan retomar íntegramente la ciudad de Alepo antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el próximo 20 de enero.

De Mistura advirtió por su parte que "antes de Navidad, con el aumento de las operaciones militares, veremos un hundimiento  (...) de lo que queda del este de Alepo y podrían haber 200.000 personas huyendo hacia Turquía, lo que sería una catástrofe humanitaria".

La situación se ha vuelto insoportable para los civiles, sitiados desde hace cuatro meses, que ven agotarse sus reservas de alimentos.

Más un centenar de civiles murieron en esta última semana, desde que se reanudó la ofensiva, según el OSDH. Este balance podría agravarse por el gran número de heridos, teniendo en cuenta que "no hay actualmente ningún hospital en servicio en la parte asediada de la ciudad", afirmó el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Más de 250.000 hombres, mujeres y niños que viven en Alepo-Este están ahora privados de acceso a cuidados en los hospitales", añadió la organización.

Las agencias de la ONU no tienen acceso a Alepo-Este desde julio, cuando el ejército regular sirio tomó el control de la última vía de suministro de los barrios rebeldes, privándolos desde entonces de alimentos y medicamentos.

Los civiles que viven en la parte oeste de Alepo, bajo control del régimen, también sufren sangrientos ataques de los rebeldes, pero la ayuda humanitaria sigue llegando a sus barrios.