Brasil creció en julio 8.421 millones de dólares en inversiones extranjeras directas frente a 5.982 millones del mismo mes del año pasado, informó el Banco Central ayer.
En tanto, el país registró un déficit corriente de 3.766 millones de dólares.
En los últimos 12 meses contados hasta julio, el déficit corriente alcanzó 52.480 millones de dólares, que representan 2,17 por ciento del PIB contra 2,12 por ciento del mismo período del año pasado.
El índice registra el flujo del comercio internacional (compra y ventas de productos y servicios), y es deficitario cuando la salida de dólares supera el ingreso.
En julio, la sexta economía del mundo acumuló un saldo rojo de 3.766 millones de dólares contra 3.558 millones de julio de 2011, aunque la inversión extranjera directa (considerada inversión productiva) absorbió el déficit al alcanzar 8.421 millones de dólares.
En el mismo mes del año pasado, la inversión productiva fue de 5.982 millones de dólares, un aumento sensible con respecto al mes pasado, que refleja la confianza de los inversores externos en el país en medio de la crisis económica mundial.
Brasil espera retomar el ritmo del crecimiento en el segundo semestre tras adoptar una serie de medidas de estímulo que buscan revertir el débil desempeño del PIB.
En el primer trimestre del año, el PIB de Brasil creció apenas 0,2 por ciento con relación al trimestre anterior y sólo 0,8 por ciento con relación a igual período de 2011. Los datos del segundo trimestre serán divulgados la semana próxima.
Golpeado por la crisis internacional, el gobierno de Rousseff recortó su previsión de crecimiento de 2012 de 4,5 por ciento a 3 por ciento, aunque el mercado financiero espera una expansión de apenas 1,85 por ciento. En 2011, la economía brasileña creció sólo 2,7 por ciento, luego de un fuerte salto de 7,5 por ciento de 2010.