Cuando los resultados en el fútbol son adversos, al primero que descabezan es al entrenador de turno, como si la responsabilidad no fuera de los jugadores, quienes son los que están obligados a ganar con base en un trabajo que se hace previo a cada partido.
Los directivos de los clubes, antes de pensar en terminar los procesos, deberían darles por terminado el contrato a aquellos jugadores que no cumplen a cabalidad con sus labores, aplicando algo muy simple: bajo rendimiento.
En Millonarios, al médico Richard Páez están que le expiden la ‘boleta’ del adiós porque en la Liga Postobón I no le salieron las cosas, su táctica no respondió a las expectativas y los refuerzos extranjeros fueron inferiores a su misión, situación que tiene a los administradores atando cabos, aún no saben si darle las muchas gracias al estratega o, contra viento y marea, haciendo caso omiso al qué dirán, a la presión de los periodistas y del público, mantenerlo en el cargo, pues el sábado 30 de junio se le vencerá el contrato, e iniciar un borrón y cuenta nueva; sería cortar de tajo una labor que comenzó el 3 de junio de 2010, sin que quien lo reemplace garantice que pondrá a volar a los azules, habría que darle tiempo para que ajuste su estrategia y mientras le da identidad al nuevo proceso se correría el riesgo de pasar el año en blanco.
No olvidemos que Páez reinó en la Copa Postobón, asegurando participación en la Copa Sudamericana, y que llevó a Millos a las semifinales de la Liga Postobón I y II en el 2011. “Las ganancias en el fútbol se olvidan rápido. Ahora no le quieren perdonar sus errores, que no son solo de él, Javier Álvarez y Nicolás García también tienen una gran culpa en la contratación de jugadores. Pensaron que reemplazar al defensa venezolano Alejandro Cichero, al volante Rafael Robayo y al delantero Edison Tolosa, sería fácil.
“Que con el uruguayo Ignacio Ithurralde y el argentino Ezequiel Britez corregirían los desaciertos en la zaga y los dos terminaron de suplentes. Jhonny Ramírez, pese a su clase, no ha podido hacer olvidar al dinámico Robayo, mientras que la efectividad de Tolosa es añorada. Orlando Berrío y el argentino Matías Urbano no son ni la sombra de ‘Tolosa-gol’. Si no hubiera sido por los goles de Humberto Osorio Botello, la delantera de Millonarios sería inoperante”, dicen quienes prefieren la continuidad de Richard Páez antes que aventurar con otro entrenador.
Al manager Javier Álvarez se le escuchó decir que no se puede echar por la borda 99 por ciento de un proceso, como dando a entender que no sería extraño que le dieran un nuevo espaldarazo al médico Páez, a quien le contratarían un lateral izquierdo, un marcador central, un volante y un delantero de jerarquía, que son necesidades prioritarias para el segundo semestre, según la evaluación que hizo el estratega y que es analizada por los jerarcas del equipo ‘Embajador’, del cual saldrían entre ocho y diez jugadores, a quienes les buscarían puesto en otras instituciones con el fin de oxigenar el grupo, al cual serían ascendidos jugadores que han sido formados en las divisiones inferiores y que están esperando una oportunidad.
Ante una eventual venta del defensa Pedro Franco al Roma de Italia, Millonarios tendría que armarse hasta los dientes en la retaguardia para darle más tranquilidad a los arqueros Nelson Ramos y Luis Enrique Delgado, quienes se han convertido en los ‘Ángeles de la Guarda’ en las últimas temporadas, donde Millos se ha esmerado por ser protagonista de primera, pero no ha contado con los jugadores que ayuden a dar la pincelada, como lo pretende dar Richard Páez, quien espera una decisión respecto a si lo confirman o lo marginan del cargo.
Páez considera que se podrían lucir en la Copa Sudamericana, pero que todo dependerá de los nuevos actores que le contraten, porque Millonarios tiene un largo trabajo acumulado y los frutos están por llegar para terminar con el ayuno de 24 años sin ganar un nuevo título: desde 1988 se estacionó en la estrella 13 y eso debe terminar “de inmediato”, expresan los hinchas, quienes como respuesta a su inconformismo han dejado de asistir al estadio El Campín, cuando Millonarios, con un equipo de postín, es capaz de sostenerse con los ingresos por taquillas.
El balón está en el terreno de los directivos, quienes contra el reloj deberán terminar con la incertidumbre sobre si dejan o sacan a Richard Páez.