El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, José Serra, presentó este miércoles su renuncia por "problemas de salud", dejando vacante un importante puesto del gabinete del presidente conservador Michel Temer, que ya tiene varios frentes abiertos por la distribución de cargos con su base aliada.
Serra, de 74 años, solicitó su "exoneración" del cargo "con tristeza, por los problemas de salud" que dijo son del conocimiento del mandatario y que le "impiden mantener el ritmo de viajes internacionales inherentes a la función de canciller", indica la carta divulgada por la Presidencia.
"Esto, sin mencionar las dificultades para el trabajo del día a día", dijo este político que fue ministro de Salud del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y dos veces candidato a la presidencia, derrotado en 2002 por el líder de la izquierda Lula da Silva y en 2010 por Dilma Rousseff.
"Según los médicos, el tiempo para el restablecimiento adecuado es de por lo menos cuatro meses", indicó Serra, sin dar más detalles de su enfermedad.
En diciembre pasado, el canciller fue operado de la columna en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, estado del que fue gobernador de 2007 a 2010.
El ministro de la secretaría del Gobierno, Antonio Imbassahy, confirmó a la AFP que la baja del canciller se debe a su afección a la columna.
El periódico Folha de Sao Paulo aseguró que su equipo médico le había prohibido viajar en avión durante cuatro meses, por el riesgo de lesionarse la médula.
El diario también asegura que la decisión tomó por sorpresa a Temer, que le pidió que no dejase el cargo y sólo solicitara una licencia.
Sin embargo, el veterano político -siempre según Folha- habría mostrado los exámenes al mandatario y habría argumentado que se debía dedicar "íntegralmente" al tratamiento durante los próximos meses, aunque mantendrá su puesto como senador federal.
Baile de sillas en Brasilia
Desde que reemplazó en mayo a la destituida Rousseff, Temer ha perdido a siete prominentes figuras de su administración, seis ministros y un cercano asesor, por desavenencias internas y acusaciones de corrupción.
La de Serra es la octava baja, ahora por problemas de salud.
"Para mí, fue un motivo de orgullo integrar su equipo", manifestó Serra a Temer en la carta.
"En el Congreso honraré mi mandato de senador trabajando por la aprobación de proyectos que ayuden a la recuperación de la economía, al desarrollo social y a la consolidación de la democracia en Brasil", manifestó el político.
En su gestión como canciller, Serra tuvo fuertes pronunciamientos contra el gobierno de Nicolás Maduro, siendo uno de los impulsores de la suspensión de Venezuela del Mercosur, e impulsó un acercamiento con el presidente liberal de Argentina, Mauricio Macri.
Una de las últimas encomiendas de Serra era tender puentes con el presidente estadounidense Donald Trump ante las fuertes críticas del magnate a México, la otra gran potencia latinoamericana.
La renuncia de Serra es un nuevo dolor de cabeza para Temer, cuyo gobierno vive cercado por el escándalo de corrupción de Petrobras y tiene, además, el reto de relanzar la economía de un país que vive su peor recesión en un siglo.
Actualmente también está vacante el ministerio de Justicia, codiciado por miembros del PMDB, al que pertenece el mandatario.
Medios locales apuntan que el principal candidato para reemplazar a Serra es el líder del gobierno en el Senado, Aloysio Nunes Ferreira, del PSDB.
Con su compañero de partido Fernando Henrique Cardoso como presidente de Brasil, Serra asumió su primera cartera en 1995, cuando fue nombrado ministro de Planificación, aunque su periodo más recordado en Brasilia fue al frente del ministerio de Salud, donde implementó importantes programas contra el sida.