La posibilidad de que los desmovilizados de la guerrilla, una vez se firme el proceso de paz definitivo, ingresen a cuerpos armados como la Policía, es bien vista por ex altos mandos de la Fuerza Pública, quienes coinciden en señalar que antes, es necesario realizar un proceso de rehabilitación para que superen “la tesis del enemigo”.
EL NUEVO SIGLOle preguntó a tres generales qué hacer con los reinsertados y qué tan viable es que entren a integrar la Policía rural o gendarmería a la colombiana. El exdirector de la Policía, Luis Ernesto Gilibert, el exsubdirector de la misma institución, Héctor Darío Castro y el general en retiro José Manuel Bonnet Locarno respondieron.
Para el general (r) Castro, los desmovilizados deben recibir ayuda del Estado en materia de salud mental y trabajar con equipos interdisciplinarios para que regresen a la normalidad, pues “su vida transcurría en medio de las armas, fusilamientos y con el pensamiento pleno en el enemigo: el Estado”.
Dijo que es necesario tender la mano a los desmovilizados y una vez terminen el proceso y se certifique que pueden desempeñar un trabajo porque gozan de plena salud mental, se podría analizar y estudiar la posibilidad de ingresar a una fuerza de seguridad del Estado.
Para Castro, “la Policía Rural existe desde hace muchos años en Colombia con el ánimo de prestarle seguridad a nuestros campesinos y apoyarlos en sus labores cotidianas. Es decir en sus faenas del campo y en la atención e instrucción en el manejo y cuidado del ganado y equinos, entre otras especiales. Estamos hablando de la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural”.
Explicó que “Desafortunadamente por la situación de inseguridad y de violencia, las patrullas de la Policía de Carabineros empezaron a ser atacadas. Entonces terminaron asesinando unos cuantos efectivos y fue necesario pensar en una Policía Rural, pero no de ocho o diez hombres en cada patrulla y cerca de la ciudad, sino de cincuenta o sesenta hombres para poder hacer frente a esa amenaza tan grave que significaban los ataques de los grupos armados al margen de la ley. Esa policía de Carabineros existe, pero no es tan funcional porque las condiciones de seguridad en el campo no lo permiten”.
Al ser consultado de que en la eventualidad de que se creara esa Policía Rural, quien estaría a cargo de su entrenamiento y preparación, respondió que como dijo “un ilustre profesor de la Universidad Javeriana: naturalmente que la Policía Nacional que tiene la experiencia y preparación y porque cuenta con las herramientas necesarias para establecer este nuevo servicio”.
“En cuanto al empleo de los reinsertados o desmovilizados en esa fuerza policial pienso y el Colegio de Generales de la Reserva Activa que cuenta con 80 generales en retiro de la Policía y que -eso sí perdónenme la falta de modestia-, se nos debe reconocer el conocimiento que tenemos sobre seguridad ciudadana, tanto en el área urbana como en la rural. La razón, porque entre los 84 generales hay más de dos mil años de experiencia. Y, hemos pensado que lo primero es que es necesario tratar de recuperar a estas personas que en buena hora han decidido abandonar las armas y ojalá que las dejen y se reincorporen a la vida civil, a la vida normal y al ambiente de convivencia pacífica que es lo que queremos todos los colombianos y por esta razón hay que recuperarlos”, indicó.
El ex subdirector de la Policía dijo que “no podemos desconocer que ellos tienen una situación mental y psicológica que los afecta. Es necesario adelantar todos los procedimientos requeridos para su rehabilitación y recuperación en procesos como la convivencia pacífica, porque desafortunadamente ellos en este momento no están acostumbrados”.
Agregó que “cuando ya estén recuperemos con un grupo interdisciplinario y no digan que estas personas están actas para compartir dentro de un ambiente y una cultura de convivencia de armonía ciudadana, entonces ahí si podemos entrar a estudiar la posibilidad de si son o no aptos para participar en una labor tan importante como es la seguridad de los ciudadanos”.
Recordó que el país no tiene una buena experiencia en ese aspecto “porque se falló en ese procedimiento de recuperación y atención especializada. Estos hechos también ocurrieron en Centroamérica, especialmente en El Salvador y Guatemala, donde fueron incorporados a las instituciones que prestaban la seguridad ciudadana, no se les hizo ese tratamiento”.
Detallado análisis
Para Castro, se debe analizar la situación desde el punto de vista de salud mental. “Por ejemplo, mire a un policía que está dedicado a labores de contrainsurgencia o trabajando en una zona afectada por grupos armados ilegales… ese agente cuando va a prestar el servicio en otro sector, en otro ambiente en la ciudad recibe un entrenamiento para habilitarlo y ambientarlo sobre un nuevo servicio”.
Y reiteró que “no podemos pensar que un subversivo salga del monte y se reincorpore a la sociedad, sin antes recibir ayuda profesional. Se sabe que le dicen a ese rebelde que vamos a luchar contra un enemigo que es el Estado, el Estado que nos ha negado todas las oportunidades para poder sobresalir, para poder realizarnos como personas. Esa necesidad de tener el enemigo todavía persiste en la persona que entrega las armas e ingresa al proceso de reinserción. Entonces ese ciudadano debe contar con asistencia del Estado con un grupo de profesionales que lo ubique dentro de ese ambiente de paz y de convivencia y que nos dé la certeza de que no va a seguir actuando de la misma manera como lo hacía cuando tenía las armas en su poder en zona rural. Eso fue lo que falló y por eso la experiencia con el DAS Rural”.
Para el general Castro, “las personas que están inmersas en estas agrupaciones al margen de la ley y que ven fusilar a sus compañeros o a un ciudadano que no contribuye a la causa del grupo armado, necesariamente cuando abandonan las armas deben recibir ayuda del Estado en el sentido de superar la tesis del enemigo, fortalecer su reinserción y llegar a la convivencia. Tengo un ejemplo: si una persona que abandona la lucha armada y va a trabajar a una empresa, imaginemos cualquier entidad, y le dicen el reglamento de trabajo es el siguiente y cada vez que llegue tarde a su empleo va a tener una anotación y cada tres va a tener una sanción e incluso puede perder el empleo y no será disuasivo este proceso, por cuanto recuerda que estaba en un ambiente en el que se pagaba con la vida un incumplimiento de un deber. Pero, en nuestra convivencia y en nuestros reglamentos laborales no le podemos decir a un desmovilizado que lo vamos a fusilar. Por esta razón insisto es necesario someter al desmovilizado a un proceso de adaptación, al nuevo medio donde debe trabajar, estudiar, rehacer su vida y mirar hacia el futuro de su nueva vida”.
Sorpresa
Para el excomandante de las Fuerzas Militares, general Manuel José Bonet Locarno, el anuncio del presidente Santos de crear una Policía Rural para el postconflicto y que eventualmente en sus filas estuvieran desmovilizados de los grupos armados al margen de la ley “nos cogió de sorpresa a todos” y dijo que esa iniciativa no está en la mesa de conversación entre el Gobierno nacional y las Farc, en La Habana, Cuba.
Indicó que “la creación de una Policía Rural en Colombia no está en la mesa de negociación y todavía no se va a conversar a pesar que el pronunciamiento del Jefe de Estado, desde Francia, nos cogió de sorpresa a todos. No hay nada que decir”.
“En cuanto al ingreso de gente de la guerrilla a la Policía Rural es una cuestión de debate, porque una gente que sale de cuerpos armados y ponerlas en otro cuerpo armado, uno no sabe qué pueda pasar”, dijo.
Señaló que “los guerrilleros desmovilizados deben pasar a trabajar en el campo, es su vocación, porque la guerrilla de las Farc está integrada en su gran mayoría por campesinos y lo que tienen que hacer es preocuparse por ponerlos a trabajar en el campo”.
Manifestó que “si la Guardia, gendarmería o Policía Rural sale, entonces habría que pensar en otra gente, pero reitero que es algo que no está en la mesa de negociación y es algo que no está en el proceso todavía. Luego, cualquier concepto para mi es aventurado”.
Al ser consultado sobre si sería viable esa Policía Rural independiente dijo que “no, no puede ser independiente de la Fuerza Pública, pues si tiene una misión de vigilancia y seguridad pública, debe depender del Ministerio de Defensa Nacional. Reitero no puede ser independiente y debe depender de la Fuerza Pública, sobre todo esos movimientos rurales. Si eventualmente se creara entonces debe depender obligatoriamente del Ministerio de Defensa Nacional”.
Y al preguntársele si se creó una tormenta con la propuesta del presidente Santos señaló que “de pronto sí se creó una tormenta política, porque con esas ideas son en momentos en que se registra un debate muy grande con el proceso de paz”.
Y agregó que “diría que es necesario que todo se rija por la mesa de conservación. Reitero que por ahora nosotros estamos pendientes de la mesa de conversación”.
¿Qué otras alternativas tendrán los guerrilleros desmovilizados, además del trabajo en el campo?
“Es necesario que los desmovilizados ingresen a un proceso de reinserción a la sociedad y a la convivencia pacífica y luego habría que pensar que hay otras alternativas como el desminado. Es decir, una misión para los hombres y mujeres que abandonan las armas sería el desminado y otra opción sería la erradicación de los cultivos de hoja de coca, marihuana y amapola”.
Indicó que “para mí las dos tareas más importantes para los guerrilleros desmovilizados serían el desminado y la erradicación de cultivos ilícitos, serían las tareas básicas. Por ejemplo en la erradicación de la hoja de coca, la marihuana y la amapola absorbe mucha gente y, claro que trabajen en el campo”.
Puede funcionar
En tanto que el exdirector de la Policía, general (r) Luis Ernesto Gilibert, consideró que la iniciativa podría funcionar en el país, que los ajustes se pueden dar, pero “sin necesidad de nuevos cuerpos ni nada por el estilo, simplemente es ajustar lo que tenemos a algunas recomendaciones que nos puedan llegar”.
Coincidió con el general Castro en que “la Policía cuenta con la especialidad de Carabineros, que es la Policía rural de Colombia. En la medida que el señor Presidente o el Gobierno reciba información y evalúe algunos procedimientos o algunos protocolos que cumpla la gendarmería en Francia, es posible que eso sea aplicable a la filosofía y a las estrategias que nosotros desarrollamos. Creo que no hay necesidad de organizar una nueva fuerza, simplemente hacer ingeniería en Colombia, importar esas enseñanzas que pueden ser muy valiosas para poderlas desarrollar”.
En tanto que el general (r) Gilibert al explicar que la gendarmería francesa opera en áreas rurales y pequeñas ciudades, y además “ellos tienen cubrimiento en el control del transporte. Ellos hacen diferentes controles de las carreteras”, dijo que de seguirse este modelo en Colombia “sería la unificación de la Policía de Carreteras con los carabineros”.
Sin embargo, Gilibert descartó la posibilidad de que bajo el supuesto de que tras firmarse la paz sería posible reducir el número de integrantes y que muchos de esos uniformados pudieran entrar a hacer parte de la gendarmería nacional. “No, porque la misión del Ejército y la misión de la Policía son totalmente diferentes, y no es bueno traer de una fuerza a otra, se sabe que los objetivos son diferentes. Ese no es el camino, es que lo que tenemos, mejorarlo, enriquecerlo y continuarlo utilizando”.