Colombia se considera un país megadiverso debido al número de especies de los distintos grupos biológicos que han sido documentados mediante inventarios y colecciones biológicas. Sin embargo, este registro es aún incompleto, entre otras causas, por las condiciones de conflicto que ha vivido el país durante décadas, que ha hecho inaccesible muchas áreas en donde se ubican ecosistemas únicos y poco representados en la geografía nacional.
De otra parte, asistimos a nivel mundial y en Colombia a la pérdida de biodiversidad por factores como la pérdida de hábitat por el avance de la frontera agrícola y la deforestación, la introducción y propagación de especies exóticas invasoras, ya sea por procesos activos o pasivos inherentes a la globalización y al mercado, por sobreexplotación de recursos naturales y contaminación por el exceso en el uso de pesticidas y fertilizantes, entre otros.
Teniendo en cuenta lo anterior, en Instituto Sinchi se ha dado a la tarea de documentar la diversidad biológica de áreas de la Amazonia colombiana sobre las que no se tenía información, para aportar al Inventario Nacional de la Biodiversidad y para proporcionar datos que orienten de mejor manera las decisiones de manejo de estas zonas. Una de estas zonas es la región el Yarí, en el departamento del Caquetá, tanto sus bosques como sus sabanas.
Allí el Sinchi registró 299 especies de aves, distribuidas en 60 familias. Las familias más diversas han sido Tyrannidae, Thamnophilidae y Furnariidae, que en conjunto aportaron el 27% de todas las especies registradas. Es importante anotar que allí fueron registradas cinco de las especies consideradas vulnerables de acuerdo a la UICN (Crax alector, Patagioenas subvinacea, Ramphastos tucanus, R. vitellinus y Touit huetii). Se han registrado 12 especies migratorias boreales y seis migratorias australes, dentro de las que hay garzas, águilas, chorlitos, atrapamoscas y golondrinas entre otras.
Se han registrado 25 especies de mamíferos medianos y grandes, pertenecientes a 8 órdenes y 14 familias. En la zona fue posible observar poblaciones abundantes de especies consideradas bajo un riesgo de amenaza como la nutria o perro de agua (Pteronura brasiliensis) catalogada en peligro, el mono araña (Ateles belzebuth), el lobo de río (Lontra longicaudis) y el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla) consideradas como vulnerables.
Se ha evidenciado una diversidad de anfibios en la que confluyen elementos de la fauna Amazónica, Orinocense y algunas especies propias de la región Guayanesa. Dicha diversidad está compuesta por 41 especies de anfibios (sapos y ranas) pertenecientes a las familias Bufonidae (6 especies), Hylidae (23 especies), Leptodactylidae (9 especies), Microhylidae, Pipidae y Ranidae (cada una con una especie).
De reptiles se han registrado 24 especies, 9 lagartos, 12 serpientes, 2 caimanes y una tortuga. Se destacan el registro de las serpientes Liophis typhlus y Mastigodryas boddaerti y la abundancia de cocodrílidos en la parte alta del río Yarí, lo que denota muy poca presión de caza./Grupo de Fauna del Instituto Sinchi