DIEZ DÍASdespués de que el presidente Santos hubiera puesto sobre el tapete que se estudia la posibilidad de crear un “congresito” para acelerar la implementación de un eventual acuerdo de paz con las Farc, el Gobierno continuó ayer haciendo precisiones para amainar la tormenta política que se formó la última semana por este tema.
A las aclaraciones la semana pasada del propio Jefe de Estado y el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en las que recalcaron que el Congreso no se iba a revocar, que el “congresito” o comisión legislativa especial sería tramitada por acto legislativo y allí tendrían asiento parlamentarios y delegados de las Farc, y que la refrendación popular de los acuerdos seguía en pie, ayer el turno de dar más explicaciones le correspondió al jefe de la delegación gubernamental negociadora en La Habana, el ex vicepresidente Humberto de la Calle Lombana.
En una larga y detallada declaración en la Casa de Nariño, el jefe negociador advirtió que “hay que diferenciar entre dos temas involucrados: en primer lugar, la aplicación o creación de mecanismos que permitan a la ciudadanía expresar su apoyo o rechazo a los acuerdos a los que podríamos llegar en La Habana y, en segundo término, la adopción de herramientas que permitan, a la vez, implementar de manera eficaz la adopción formal -en el marco de la Constitución- de las reformas que se lleguen a pactar, y la garantía a quienes dejen las armas de que estos acuerdos van a convertirse en realidad, respetando lo convenido”.
En ese orden de ideas, De la Calle precisó que el llamado “congresito” es apenas una de las opciones dentro de los varios mecanismos de implementación posibles. Dijo que cuando el presidente Santos la semana pasada se refirió a él, no hablaba de revocatoria del Congreso ni derogación arbitraria de los procedimientos constitucionales vigentes.
“… Dentro de las múltiples posibilidades para la adopción por las vías constitucionales de mecanismos innovadores que logren eficacia en las decisiones que se tomen como producto de los acuerdos de La Habana y el cumplimiento a la palabra empeñada, no es exótico ni arbitrario que el mismo Congreso -utilizando los mecanismos vigentes- contribuya a la creación de métodos nuevos y expeditos para convertir en normas vinculantes las decisiones que se convengan”, dijo.
Según el ex vicepresidente un acuerdo con las Farc implicaría reformas de diversa índole y expedir normas nuevas. “Hemos prometido, y hemos cumplido, que los cambios corresponden a los lineamientos de un Estado de derecho y que no violan los elementos esenciales de la democracia. Pero lo que sí resulta incomprensible es que algunos digan que si hay que reformar la Constitución, entonces la estamos violando. Repito: reformar la Constitución no es violarla. Lo acordado debe ser convertido en realidad y si se necesitan reformas constitucionales para ello, pues hay que hacerlas”, recalcó.
Refrendación, va que va
De la Calle también reiteró que acelerar la implementación de los acuerdos, no implica desconocer que éstos primero deben ser refrendados popularmente, lo cual se hará obligatoriamente y el Gobierno nunca ha pensado obviar este paso.
“En cuanto a la Refrendación, hay en la Constitución diversos procedimientos que podrían utilizarse para permitir la expresión ciudadana sobre lo acordado: el plebiscito, la consulta popular, el referendo. Las Farc han agregado a ese elenco, una asamblea constituyente. Además, no puede descartarse que los colombianos pongamos en práctica mecanismos nuevos”, dijo.
Según De la Calle, el cómo es lo que está en estudio y aún falta por acordar en la Mesa de Conversaciones en La Habana. Recalcó que si bien existe una ley que permite votar referendos de paz el mismo día de elecciones ordinarias, esto no quiere decir que “… el Gobierno diera por sentado que el instrumento que se llegare a escoger tuviese que ser necesariamente un referendo”.
En lo que pareció una referencia tácita a la polémica de la última semana, que incluso generó una especie de ‘rebelión’ en el Congreso por la propuesta del “congresito”, tanto en las toldas gobiernistas como en las de la oposición, el jefe negociador dijo que era legítimo que el Gobierno informara a la opinión pública sobre los temas que se estaban analizando para la implementación y refrendación de los acuerdos y que “… lo que sería realmente reprochable es que el Gobierno no estuviera pensando en estos temas”.
“… En el Acuerdo General de La Habana se convino un mecanismo de refrendación. Dentro de este concepto podrían caber procedimientos democráticos ya existentes -como los enunciados- u otros nuevos, dentro del propósito de abrir las puertas a formas inéditas de expresión de la voluntad política de los colombianos”, agregó.
Precisó que en este momento en la Mesa, “estamos ocupados en los puntos relacionados con la Justicia, el Fin del Conflicto y el esquema de garantías necesario para que la guerrilla pueda incorporarse a la vida civil. La refrendación no ha sido todavía materia de discusión formal”.
Por último dijo que si bien el Gobierno celebra que se discuta sobre estos temas, sólo pide que se haga pensando en la mejor conveniencia para Colombia, serena y razonablemente.
Análisis en Congreso
Tras las precisiones hechas ayer por De La Calle, se espera saber cómo va a reaccionar el Congreso, que esta semana citó a las distintas bancadas para analizar la propuesta del “congresito” y su impacto frente al rol del Parlamento en el proceso de paz. El ministro Cristo llevará en dichas reuniones la voz cantante del Gobierno y se sabrá, entonces, si las aguas se calmaron después de las explicaciones dadas por el Ejecutivo.
En ese análisis se tomará en cuenta que las propias Farc dijeron el fin de semana que no habían discutido ese tema del “congresito” con el Gobierno.
Lo cierto es que esta semana se reanudan las conversaciones en La Habana y es seguro que todos estos asuntos de refrendación e implementación de los acuerdos serán tratados formal o informalmente allí.