En medio del debate sobre la peligrosidad de las disidencias de las Farc hay datos que prenden alertas. Por ejemplo, cuando se terminó el proceso de concentración territorial de esa guerrilla en las zonas veredales, en el primer semestre de este año, se dijo que el número de desertores no sería mayor a 400. Sin embargo, hoy por hoy ya se habla, según algunas ONG, de más de mil integrantes de estos grupos disidentes. Incluso el Gobierno acepta que ya son 700. Si la cifra que se toma en cuenta es esta última y siendo claro que los propios informes gubernamentales sobre el comportamiento de los desmovilizados, amnistiados y excarcelados dan cuenta de que entre estos el número de desertores no ha aumentado significativamente, entonces habría que concluir que las disidencias están en un agresivo y rápido proceso de reclutamiento de nuevos guerrilleros que habría llegado a casi doblar el número de combatientes que tenían en menos de seis meses.
No se movería cúpula castrense
Pese a todos los rumores en los últimos meses en torno a que cuando acabara el desarme de las Farc y perdieran vigencia las zonas veredales de concentración, sobrevendría el reajuste en la cúpula de las Fuerzas Militares y de la Policía, una alta fuente de la Casa de Nariño indicó a un periodista de EL NUEVO SIGLO que el presidente Santos no estaría pensando en remover a los actuales comandantes de fuerza, toda vez que es consciente de que le restan menos de nueve de gobierno y no sería “muy elegante” designar ahora una nueva cúpula, porque el próximo Jefe de Estado, que asuma en agosto de 2018, no podría hacer los cambios que considere debido que los jerarcas militares y policiales apenas tendrían muy poco tiempo en las comandancias. Así las cosas, es muy posible que la actual cúpula pueda terminar este mandato presidencial.
“Líneas azules” a la JEP
Esta semana, en medio de una rueda de prensa del presidente del Directorio Nacional Conservador, senador Hernán Andrade, un periodista le preguntó sobre las “líneas rojas” que esa colectividad estaba poniendo al proyecto de ley estatutaria que reglamenta la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Antes de responderle el interrogante, el senador se apresuró a aclarar que no se trataba de las “líneas rojas”, sino de “líneas azules”. Esto último, claro, dado el color característico del conservatismo.
El “centro” de Santos (I)
Más de una interpretación han tenido las últimas referencias del presidente Santos, en distintos discursos, sobre la importancia del centro en la política. Por ejemplo, durante la convención de La U, hace dos semanas, el Jefe de Estado destacó que esa colectividad se ubica en el centro del espectro político, manteniendo vasos comunicantes con la derecha y con la izquierda, pero siempre rechazando los extremismos. “Los extremos son enemigos del Partido de La U por definición. Y nosotros no queremos ni extremos de derecha ni extremos de izquierda. Somos dueños del centro y tenemos que mantenernos como dueños de ese centro”, precisó Santos. Y esta semana, durante su gira por Norteamérica, señaló que él escogió “el camino del medio, porque la vida no es blanco y negro, sino que está llena de colores y de toda la gama de grises”. Incluso precisó que había “seguido el proverbio latino: en el medio está la virtud”, señalando que lo aplica tanto para la economía como para la política y la seguridad nacional.
El “centro” de Santos (II)
¿Qué quiere decir Santos? Las hipótesis son variables. Para algunos congresistas de La U y los liberales se tratan de mensajes “no tan cifrados” que quieren insistir en que en las próximas elecciones no hay que irse a los extremos de la derecha ni la izquierda, y optar por las opciones políticas de centro, que es en donde precisamente la coalición La U-liberales quiere posicionarse de cara a la defensa del acuerdo de paz. Sin embargo, hay quienes en la Alianza Verde y el fajardismo consideran que el Presidente les está funcionando como “jefe de debate” a su causa política, ya que ellos son el verdadero centro-centro.