Todo hace indicar que en el Partido Liberal la consulta popular para escoger candidato presidencial no tiene reversa y, por lo tanto, no es seguro que todos los nombres que hoy están en la palestra de precandidatos terminen llegando a esa cita en las urnas, sobre todo si esta se celebra el mismo día de las elecciones parlamentarias, en marzo de 2018. Fuentes de la cúpula roja le indicaron a un periodista de EL NUEVO SIGLO que no hay, por el momento, ninguna señal que lleve a pensar que el exjefe negociador gubernamental de paz, Humberto De la Calle, no le jalará a esa consulta, lo que no significa que haya descartado del todo ser candidato por firmas.
Por las toldas uribistas
Y hablando de consultas, en el uribismo se advierte que ya estaría decidido que el aspirante presidencial no se elegirá por consenso sino que será necesario otro mecanismo, como una encuesta o, en caso extremo, que todos los cinco precandidatos firmen una carta dándole poder absoluto e inapelable al expresidente Álvaro Uribe para que señale quién será el escogido, con el compromiso de que el resto trabajará por dicha aspiración. La posibilidad de una consulta popular abierta es, en el fondo, la opción que menos tiene posibilidades porque varios congresistas uribistas han advertido que hacerse contar de forma anticipada con candidatos que no pegan en las encuestas podría significar una especie de “suicidio electoral” gratuito.
Los conservadores lo dudan
En lo que corresponde a los conservadores es claro que también crecen las voces en contra de una consulta popular abierta, no solo porque muchos la consideran una alternativa innecesaria dado que la ventaja de la precandidata Marta Lucía Ramírez sobre los demás nombres en el escenario sería muy amplia, sino porque también se tiene el mismo temor que en uribismo en el sentido de hacerse contar de manera previa y gratuita. Por lo mismo hay voces de congresistas y dirigentes que sostienen que lo mejor sería convencer a los precandidatos distintos a Ramírez para que den un paso al costado y permitan la escogencia de ella en un acto convencional antes de que termine este año, pero sin darle poderes discrecionales para que pueda decidir unilateralmente las bases para integrar en una coalición multipartidista de cara a las presidenciales.
La resurrección de la NFD
Y hablando del conservatismo, un periodista de este Diario le preguntó a varios congresistas azules sobre cuál podría ser el impacto en el partido de la posible decisión del expresidente Andrés Pastrana de resucitar su antiguo movimiento político Nueva Fuerza Democrática (NFD). Mientras que para algunos parlamentarios ese rumor no tiene peso político real o electoral y sería una más una forma de presión del pastranismo para ubicarse mejor frente al Partido Conservador o la misma coalición con el uribismo, otros sostienen que muchos de quienes limitaron en esa corriente pastranista hace muchos años ya hoy están hoy muy alejados del exmandatario e incluso en orillas contradictorias a sus criterios y posturas.
Hace un año que…
Un año atrás, por estas mismas fechas, la campaña de cara al plebiscito refrendatorio de paz estaba en su punto de máximo hervor, ya que apenas restaban cuatro semanas para la cita en las urnas. Se recuerda que las encuestas coincidían en que el Sí por lo menos duplicaría al No en el plebiscito. Era tal el optimismo del Gobierno y los partidarios del acuerdo de paz con las Farc, que muchos pronosticaban que la debacle electoral del uribismo y compañía sería sustancial e incluso podría significar el fin del fenómeno político del exmandatario. Se llegó a pensar que ante la predecible derrota de sus huestes, Uribe aceptaría dar un paso al costado y dejaría las riendas del Centro Democrático en manos de Oscar Iván Zuluaga como una forma de posicionarlo de cara a su segunda candidatura presidencial.