La llegada del exministro Luis Felipe Henao a la presidencia de Cambio Radical, que debe concretarse en algunos días, una vez se dé vía libre a la renuncia ya presentada por el representante a la Cámara, Rodrigo Lara, que dimitió para postularse a la presidencia de esta corporación parlamentaria a partir del 20 de julio próximo, fue vista como un primer movimiento de campaña del saliente vicepresidente Germán Vargas Lleras, que dejará su cargo en pocas semanas. Henao, de confirmarse su designación, empezará a conformar el staff de la campaña prontamente y se dice que ya hay una lista muy definida de los integrantes de distintos comités de primer nivel. Desde la polémica que se presentó en la campaña electoral para las regionales de 2015, ya se sabía que el senador Carlos Fernando Galán no volvería a la jefatura de Cambio Radical.
Las movidas en otros partidos
Igual podría pasar en la Alianza Verde, en donde se afirma que el ya renunciado ministro de Justicia, Jorge Londoño, podría ser designado como jefe único de la colectividad, por más que su salida del gobierno se haya motivado porque quiere volver al Senado en los comicios de 2018. En cuanto al Partido Liberal, allí todas las apuestas siguen apuntando a que el expresidente César Gaviria tome las riendas de las toldas rojas después del primer semestre de este año. Sobre los conservadores, todo hace indicar que el senador Hernán Andrade será el que siga al frente por todo 2017 del Directorio Nacional.
¿Tregua interna en el uribismo?
Y hablando de movimientos partidistas, en el uribismo parece que empezó a dar resultado el llamado de atención interno que se hizo a los precandidatos y sus afines para que terminara el ‘canibalismo fratricida’ en que está derivando la precampaña presidencial. Como lo informara esta Sección semanas atrás, varios dirigentes del Centro Democrático alertaron sobre el tono agrio que estaba tomando la competencia entre los tres precandidatos (Óscar Iván Zuluaga, Carlos Holmes Trujillo e Iván Duque) y los riesgos que eso podría generar para la unidad de acción de la colectividad. Sin embargo, en La U dicen que la pelea entre los uribistas perdió impulso luego de que dos de sus precandidatos resultaran salpicados, o por lo menos mencionados, en el escándalo de los presuntos pagos de Odebrecht al asesor brasileño que contrató la campaña de Zuluaga en 2014.
La “cola es larga” para la JEP
Un alto mando militar retirado fue consultado por un periodista de EL NUEVO SIGLO en torno a si era verdad que una cantidad significativa de militares y policías condenados por delitos relacionados con el conflicto armado estaban listos para ir a comparecer ante la JEP y acceder al mecanismo de juzgamiento diferenciado para los integrantes de la Fuerza Pública en el marco de la justicia transicional. El alto mando respondió que “… la cola es larga y aunque algunos de sus antiguos compañeros de armas les hemos dicho que lo mejor es que no se arriesguen a una jurisdicción que tiene muchas zonas grises, la respuesta que algunos han recibido de los que están en las cárceles, es que no se van a podrir tras las rejas”.
Juntos, pero no revueltos
Las relaciones entre el expresidente Andrés Pastrana y el expresidente Álvaro Uribe son cordiales pero no tan cercanas como algunos creen. Aunque en las presidenciales de 2014 alcanzaron a hacer una llave para impulsar la candidatura de Oscar Iván Zuluaga, luego ambos mandatarios se apartaron en varias decisiones de estrategia y opinión políticas. Fuentes uribistas sostienen que la prueba más reciente de ello se dio, precisamente, en la ronda de consultas del Gobierno para la renegociación del acuerdo de paz con las Farc que fue negado en las urnas. Como se sabe, Pastrana quiso un flanco de diálogo aparte con él, en lugar de una sola mesa con Uribe y otros sectores del No.