Nada al 100% | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Julio de 2013

Nada al 100%

En el Congreso se afirma en voz baja que algunos senadores de la Unidad Nacional le dejaron claro a la Casa de Nariño que no esperara solidaridades al cien por ciento de los partidos que hacen parte de la coalición, pues esa actitud no solo acabaría con la independencia de las colectividades y el derecho a la sana crítica, sino que sería un suicidio político y electoral en plena campaña. Incluso, se dice que varios parlamentarios le advirtieron al Gobierno que si bien en las regiones el antisantismo no era la nota predominante, sí se estaban pidiendo correctivos y soluciones, exigencias que los congresistas tenían que escuchar y  comprometerse a gestionar en Bogotá.

La queja

La precisión partidista se hizo frente a las quejas que se escucharon en algunos altos funcionarios del Gobierno respecto a que los partidos de la coalición no estaban siendo lo suficientemente activos y beligerantes en la defensa del Ejecutivo frente a las arremetidas de la oposición, especialmente desde el Polo y el uribismo. Como lo indicó al comienzo de esta semana esta Sección, en la Casa de Nariño hay quienes creen que el presidente Santos tiene escuderos, tanto en el Gobierno como en la coalición, muy débiles y pasivos, y por eso le toca al propio Presidente salir a ‘frentear’ las polémicas.

En las regiones

“… En provincia no puede uno llegar con los  cuadros y estadísticas que abandera el Gobierno en Bogotá… Hay zonas en donde el clima social está muy caldeado y la gente en los mítines políticos más que a escuchar discursos de los candidatos al Congreso y vitorear al Gobierno, lo que va a es poner quejas y hacer exigencias sobre la demora en la solución de sus problemáticas… Nosotros estamos en la provincia y allá es en donde se ve que el Gobierno realmente no sabe comunicar sus logros, que los tiene y son importantes… Nos toca ser críticos del propio Gobierno y prometerle a la gente que venimos a Bogotá a denunciar esas  falencias y exigir que se actúe para acabarlas”, precisó un veterano senador de uno de los partidos de la Unidad Nacional, que pidió la reserva de su nombre.

Rifirrafe

Como era apenas obvio desde las toldas del uribismo se lanzaron no pocas pullas al Gobierno por la caída del embajador de Colombia en Estados Unidos, Carlos Urrutia, presionado por el escándalo de la compra de tierras en la altillanura por parte de grandes empresas nacionales e internacionales. Según los uribistas, al Gobierno ya son varios los altos funcionarios que se le caen por cuenta de escándalos propios y de los cuales no le puede echar la culpa a su antecesor. De inmediato hubo voces santistas replicando. Por ejemplo, un dirigente de La U  dijo que “… eso sí son los pájaros tirándoles a las escopetas… Ahora resulta que mientras Urrutia da ejemplo al renunciar y no defenderse desde su cargo para evitar el desgaste del Gobierno, el uribismo olvida que la moda en su mandato era que todos los sindicados, desde congresistas hasta funcionarios, podían seguir en sus cargos hasta que fuera el CTI a capturarlos”.