Muy lejana
La posibilidad de que Estados Unidos le ‘dé permiso’ a alias Simón Trinidad para que participe en la mesa de negociación entre el Gobierno y las Farc es “prácticamente nula”. Así se lo habrían hecho saber ya al Gobierno colombiano altas fuentes del Departamento de Estado norteamericano, que fueron consultadas de manera informal y extraoficial al respecto. Trinidad, como se sabe, purga una pena de 60 años de cárcel en una prisión de alta seguridad y dada su edad ( ) tiene una alta posibilidad de que no vuelva a salir en libertad durante el resto de su vida.
¿Indulto presidencial?
La única posibilidad real estaría en cabeza del propio titular de la Casa Blanca quien, según la Constitución de E.U., tiene facultades extraordinarias para otorgar una especie de perdones o indultos presidenciales. No es una figura extraña para los norteamericanos ni tampoco tan excepcional. Prueba de ello es que durante el gobierno de George Bush hijo, éste le otorgó la conmutación de la pena a 189 condenados. En tanto que Obama también ya suma los suyos, aunque en un número mucho menor al de su antecesor republicano.
Muchos requisitos
Según el ordenamiento constitucional estadounidense, el indulto presidencial se aplica para absolver a personas que hayan cometidos crímenes federales. Hay una Oficina de Indultos encargada de manejar todos los procesos y la consideración de cada uno de ellos puede durar entre dos y cinco años. Además, por lo general no se les concede a quienes fueron condenados por delitos graves sino por infracciones a la ley mucho menores. Y menos aún hay posibilidades reales de acceder al beneficio cuando se trata de personas que ideológica y políticamente van en contra de los postulados estadounidenses.
No es candidato
Visto lo anterior, la posibilidad de que el cabecilla guerrillero sea considerado para un indulto es muy remota. No hay que olvidar que Trinidad fue condenado en 2008 por el secuestro de los tres contratistas norteamericanos en Caquetá, los mismos que tras permanecer alrededor de cinco años en cautiverio sólo fueron rescatados en la “Operación Jaque” por parte del Ejército colombiano. Incluso alcanzó a ser juzgado por cargos de narcotráfico pero los procesos fueron declarados nulos. Y como si fuera poco, oficialmente las Farc continúan en el listado de organizaciones terroristas, según la clasificación del Departamento de Estado.
Bomba electoral
A ello se suma que uno de los temas más candentes dentro de la campaña electoral en E.U. se refiere al cruce de acusaciones entre el presidente-candidato Barack Obama y el aspirante republicano Mitt Romney en torno de la política de la Casa Blanca frente a Cuba y Venezuela. El segundo acusa al primero de ser tolerante frente a los regímenes de Chávez y Castro. Y como un tema transversal a Caracas y La Habana termina siendo su relación con las Farc, entonces es prácticamente imposible que Obama ahora se arriesgue a darle algún privilegio a un cabecilla preso de la guerrilla en cárceles de E.U., pues es seguro que los republicanos se le vendrían encima y un escándalo así en la recta final de la campaña podría ser fatal para el aspirante a repetir en la Casa Blanca. Otra cosa podría pasar después de los comicios, que se realizarán a comienzos de noviembre y no hay relevo presidencial.