Una vez más las declaraciones del vicepresidente Angelino Garzón causan escozor en el alto gobierno. En esta ocasión el segundo a bordo advirtió que “los esfuerzos que hizo el Gobierno Nacional con el Congreso (al que le creó una prima de $ 8 millones para suplir dos tumbadas por el Consejo de Estado) debe hacerlo también con los trabajadores que ganan un salario mínimo en Colombia”. Las afirmaciones de Garzón se producen a escasas semanas de que se instale la Comisión Tripartita de Concertación Salarial, que deberá definir el porcentaje de reajuste del sueldo básico para 2014.

Peros empresariales

En la antesala de la discusión sobre aumento salarial, el ambiente no es el mejor. Por un lado, los voceros empresariales ya han advertido que 2013 ha sido un año muy complicado en materia de producción, ventas, dinamismo en el comercio y la industria así como consumo de hogares. Por la misma razón, ya hay quienes en la cúpula gremial sostienen que el aumento del salario mínimo para el próximo año no debería estar más allá de un punto porcentual por encima del índice de inflación a diciembre.

Inflación más baja

Eso ya de por sí no le suena nada a los sindicatos, que están dedicados estos días a buscar un consenso para que todas las centrales obreras lleguen con una posición unificada a la Mesa de Concertación ¿La razón? Que este año la inflación sería menor a la del año pasado. Entre enero y septiembre el IPC creció 2,16%, es decir, 0,16 puntos más baja que en igual período de 2012. La cuestión es más complicada si se analiza la inflación de los últimos doce meses (es decir, septiembre-septiembre). Ese indicador se ubica en 2,27%, de  nuevo es inferior en -0,81 puntos porcentuales al registrado en septiembre de 2012, cuando era de 3,08%. Bajo ese panorama alcanzar un porcentaje de reajuste como el aplicado para este 2013, que fue de 4,02%, resultaría complejo.

¿Nómina más barata?

Aunque los sindicatos no han definido el porcentaje de aumento que plantearán de entrada en la Mesa de Concertación, se sabe que podría estar por los lados del 8 por ciento. Es más, EL NUEVO SIGLO conoció que los voceros de las centrales obreras pondrán sobre la mesa que por cuenta de la última reforma tributaria, que disminuyó el pago de aportes parafiscales, a las empresas se les abarató el costo de la nómina, y que parte de ese ahorro debe pasar a los trabajadores vía aumento salarial.

¿Y Pardo?

En ese orden de ideas, la posibilidad de un reajuste del sueldo básico por un acuerdo en la Mesa de Concertación no se ve fácil de entrada. Es más, en las declaraciones de Garzón se nota ese pesimismo: “es importante que el Gobierno Nacional promueva un diálogo social entre los sindicatos, empresarios y Gobierno en torno del salario mínimo pero también que no descarte la posibilidad de llegar a un acuerdo con los sindicatos en torno del salario mínimo”. ¿Qué dirá el ministro Rafael Pardofrente a la afirmación de Garzón que mete de entrada candela al debate salarial? No hay que olvidar el reciente roce entre ambos funcionarios por las críticas del Vice al funcionamiento de Colpensiones?