Se trata de Claudia Úsuga, integrante de una red internacional, quien junto a otras dos personas envió a Ecuador dos jóvenes con el fin de ser explotadas sexualmente.
De acuerdo con lo relatado por una de las víctimas, en mayo de 2011, la joven de 20 años de edad – residente en Floridablanca (Santander) – conoció a través de un anuncio publicitario en un periódico local de Bucaramanga, sobre la solicitud que hacían de personal femenino mayor de edad para trabajar inmediatamente en Bogotá, que incluía el pago de pasajes y viáticos, vivienda, alimentación gratuita y excelentes ingresos. Posteriormente, la joven se comunicó con los teléfonos del anuncio donde le informaron que el trabajo era como recepcionista; enseguida la joven suministró sus datos personales y dos días después viajó a Bogotá vía terrestre con otras dos mujeres.
Ya en Bogotá la joven fue recibida por una mujer y trasladada al establecimiento denominado bar “Fantasías”, ubicado en el barrio Santafé donde se enteró que trabajaría como prostituta; allí duro unos días y a través de Diana Maryuri Foronda Rivera, a quien conoció en el bar, logró fugarse.
Foronda Rivera la contactó con el peluquero Francisco Javier Londoño, el cual le comentó a la joven que una señora que venía del Ecuador iba a llevar mujeres para trabajar en ese país como meseras y que pagaban en dólares; le insistió que se fuera pues allá le iba mejor, indicándole además que le pagaban lo del pasaje y los documentos que necesitarían.
Ante esta nueva oferta de trabajo la víctima aceptó y viajó con tres niñas más vía terrestre, una vez Claudia Patricia Usuga les compró los tiquetes llevándolas hasta Ipiales (Nariño), costeándoles los gastos de alimentación y de hotel.
Al día siguiente Úsuga se encargó de tramitar los documentos para salir del país e ingresar a Ecuador. Luego se trasladaron a Tulcán y luego a Ibarra, donde a unas mujeres las bajaron en el bar Toque Toque, otras en el bar el Chongo y otras en VIP, a este último lugar fue llevada la joven y recibida por la dueña quien le informó que el trabajo era en la prostitución.
La víctima narró las condiciones a las que fue sometida y mencionó que no tenía afiliación a salud, su jornada de trabajo era de seis de la tarde a cinco de la mañana, con descanso los domingos pero vigiladas permanentemente, sin un contrato de trabajo y bajo amenazas constantes para que no se volaran del lugar o si no las familias pagaban las consecuencias.
Pasado un tiempo y ante la falta de comunicación de su hija, la madre de la víctima se comunicó a un celular donde contestó Foronda Rivera quien le dijo que su hija se había ido para Ecuador ofreciéndole ayuda que nunca se concretó.
Ante las condiciones de explotación y vejámenes a las que se vio sometida, la joven decidió escapar; no pudo sacar la maleta y con dinero recolectado en propinas pudo avisarle a su padre para que la rescatara.
Posteriormente y como resultados de las labores investigativas se logró ubicar a otra víctima quien relató que para el año 2012 conoció a Francisco Javier Londoño quien reclutaba mujeres para llevarlas a Yopal, San Andrés, Cartagena, entre otras ciudades. Esta segunda víctima el 21 de junio de ese año aceptó viajar al Ecuador, donde igualmente fue explotada sexualmente. Después de un tiempo pudo escapar, logró llegar a migración ecuatoriana donde le ayudaron con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y fue repatriada a Colombia.
Las dos víctimas relataron que Claudia Patricia Úsuga era la encargada en el bar el Toque Toque de los desayunos de las mujeres, trabajando para los dueños del mismo bar.
Por estos hechos ya fueron judicializados y aceptaron cargos Diana Maryuri Foronda Rivera y Francisco Javier Londoño, el cual recibía $100.000 por cada mujer que reclutara.