La presidenta chilena, Michelle Bachelet, y el jefe de gobierno italiano, Matteo Renzi, reconocieron este jueves en Roma que acabar con la corrupción es un reto para Chile e Italia, tras los escándalos registrados en ambos países.
"Chile no es un país corrupto, puede haber actos de corrupción", recalcó la presidenta Bachelet, cuya popularidad bajó a inicios de mayo a su mínimo histórico por el escándalo de corrupción que involucra a su hijo.
"En Chile no hay casos de corrupción sino que ha habido situaciones ante las cuales se requiere del marco jurídico y legislativo que nos permita que nunca se vuelvan a reproducir", destacó la mandataria socialista durante una conferencia de prensa conjunta con Renzi en la sede de gobierno italiano, Palazzo Chigi.
La presidenta Bachelet precisó así las declaraciones publicadas este jueves en una entrevista al diario italiano La Repubblica en la que según la publicación admitió casos de corrupción "muy graves en mi gobierno", los cuales "han sido muy dolorosos para mí".
Por su parte, Renzi reconoció que en Italia también el fenómeno de la corrupción afecta el mundo de los negocios y la política e inclusive citó el escándalo que estalló este jueves en la alcaldía de Roma con funcionarios y asesores que crearon mecanismos para sustraer fondos destinados a inmigrantes y gitanos.
"Chile es un país sólido y estable que lucha contra ese fenómeno en todo el mundo. Nosotros también, Italia es un país sólido, que combate con fuerza la corrupción (...) El que viola las reglas de juego debe pagar todo, hasta el último centavo", aseguró Renzi.
"Es un esfuerzo que todos los países civilizados realizamos", recalcó el jefe de gobierno italiano, quien elogió públicamente la trayectoria política y personal de Bachelet.
"La diferencia de Chile con otros países es que, cuando hay un problema, de inmediato buscamos una solución y una respuesta para que nunca más vuelva a suceder", aseguró la mandataria.
Durante el encuentro, Bachelet y Renzi se comprometieron a aumentar el intercambio comercial y cultural entre los dos países y reconocieron que han aprobado medidas similares en sectores como el laboral, educativo, tributario y en la "lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia".