El gobierno y la oposición de Venezuela celebran este viernes en Santo Domingo la segunda jornada de una nueva ronda de diálogo, en la que discuten sobre la posibilidad de acordar condiciones para las elecciones presidenciales de este año.
Las conversaciones, que iniciaron a mediodía en la Cancillería, se detuvieron a las 19H30 locales (23H30 GMT) y se retomarán a las 21H30 locales (01H30 GMT).
"Durante todo el día, tanto el gobierno como la oposición, han estado en conversaciones (...). Ambas partes acordaron reunirse separadamente para volver a reencontrarse", informó a periodistas Roberto Rodríguez, vocero de la Presidencia dominicana.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien dijo estar dispuesto a dar "garantías plenas" para las presidenciales, aseguró que su delegación presentó este viernes una propuesta "avanzada, creíble".
"Espero que las deliberaciones de la mesa de diálogo (...) tengan resultados verificables y prontos", dijo durante una reunión del ALBA en Caracas.
Sin embargo, el diputado opositor Enrique Márquez, uno de los principales enviados de la Mesa de la Unidad Demcorática (MUD), afirmó a AFP que el proceso "va lento", sin mayor avance.
El oficialismo está representado por Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, y su hermana Delcy, presidenta de la Asamblea Constituyente oficialista; en tanto por la oposición figuran los diputados Márquez, Julio Borges y Luis Florido, entre otros.
En la reunión participan el presidente de República Dominicana, Danilo Medina; el exjefe de gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, y representantes de los facilitadores Chile, México, Nicaragua, Bolivia, y San Vicente y las Granadinas.
Los enviados de Maduro y de la MUD se reunieron el jueves por la noche para dar inicio a esta ronda, la tercera del diálogo.
"Estamos aquí (...) para lograr un acuerdo de convivencia pacífica", dijo el jueves Jorge Rodríguez, quien a su vez acusó a la oposición de pretender impulsar la "violencia política".
La principal exigencia de la MUD son garantías de transparencia para las presidenciales, previstas para fin de año y en las que Maduro, según sus colaboradores, buscará la reelección.
Analistas creen que, a través de la todopoderosa Constituyente, el gobierno adelantará los comicios para aprovechar la crisis de credibilidad y división de la MUD.
- Un hervidero -
Mientras el gobierno y la oposición conversan bajo hermetismo en Santo Domingo, Venezuela es un hervidero: se multiplican las protestas por comida y los saqueos, que en los últimos días dejaron seis muertos, cuatro de ellos el jueves en Mérida (oeste), denunciaron diputados opositores.
Y es que la escasez de alimentos y medicinas se ha recrudecido de la mano de una inflación anualizada superior al 2.000% según consultoras privadas.
"La situación económica es grave (...). El acuerdo más importante que requiere el país en este momento es una estrategia para abordar la crisis y esto exige un cambio de modelo", opinó el economista Luis Vicente León.
Sin embargo, advirtió que "nos se puede esperar" un acuerdo "que garantice un cambio de gobierno", pero sí "cambios en la conducta del gobierno".
El empresario Jorge Roig, uno de los asesores de la MUD, lamentó que "el modelo económico" del país no esté en las discusiones.
- Piedras en el zapato -
Un obstáculo es que la Constituyente ordenó a las principales fuerzas de la MUD -Voluntad Popular, Primero Justicia y Acción Democrática- reinscribirse para poder disputar las presidenciales, porque se negaron a ir a los comicios municipales de diciembre denunciando un sistema comicial "fraudulento".
El Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de servir al oficialismo, fijó el proceso de validación para el 27 y 28 de enero.
Florido aseguró que el reconocimiento de los partidos, un nuevo CNE y la liberación de "presos políticos" -214 según la ONG Foro Penal-, son puntos esenciales para que el diálogo funcione.
Por su parte, el gobierno exige, entre otras cosas, el reconocimiento de la Constituyente, una iniciativa de Maduro que rige a Venezuela desde agosto pasado con poderes absolutos, y que es desconocida por varios países.
Ante la falta de acuerdos concretos en un diálogo que inició el 1 de diciembre, algunos de los facilitadores dan muestra de cansancio.
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, condicionó su permanencia en el proceso si "no hay resultados concretos y creíbles", a lo que Delcy Rodríguez respondió acusándolo de creer, "como los opositores", que "el diálogo es intervención de Venezuela".
El papa Francisco expresó su deseo de que "se creen las condiciones" para que las elecciones logren una salida a la crisis. El Vaticano ya fue mediador de un diálogo que fracasó en Caracas hace un año.