La izquierda en Colombia nunca ha llegado a la Presidencia de la República a pesar de que casi siempre ha presentado uno que otro nombre en las elecciones. No por ello, para los comicios del 2018 desistirá en esa pretensión, aunque con la novedad que esta oportunidad podrían ser al menos tres los candidatos que querrán estar en el partidor.
Mucha agua ha corrido debajo del puente desde que fueron asesinados los dos candidatos presidenciales que presentó la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo, en medio de una feroz violencia política desatada por fuerzas de ultraderecha contra esa colectividad que surgió tras unos acuerdos de paz con las Farc.
Sería hasta las elecciones presidenciales de 2006 que ganó el presidente candidato Álvaro Uribe, que la izquierda logró su primer gran resultado con el exmagistrado Carlos Gaviria, quien vestido con los colores del naciente Polo Democrático Alternativo alcanzó 2.613.157 votos, cifra nunca alcanzada por esta tendencia política.
Luego en las elecciones del 2014 que ganó Juan Manuel Santos, la izquierda tiene un segundo gran desempeño en su historia con Clara López, quien a nombre del Polo Democrático obtuvo 1.958.414 sufragios.
Es precisamente en las toldas del Polo en donde ya empieza a hervir la campaña presidencial, después de que esta semana el senador Jorge Robledo anunciara su precandidatura.
Por medio de una carta, Robledo le solicitó al Comité Ejecutivo del Polo Democrático que inicie el proceso para escoger una candidatura “capaz de vencer y gobernar con un programa democrático diferente al neoliberal que tanto daño le ha hecho a Colombia”.
Indicó en la misiva que “les informo mi decisión de participar, como precandidato, en dicho proceso, en respuesta a que muchos compatriotas, de todas las condiciones sociales y políticas, me han animado a asumir ese honor y esa gran responsabilidad”.
En consecuencia con Robledo se produce la segunda precandidatura en la izquierda para las elecciones presidenciales de 2018, pues Gustavo Petro fue el primero en anunciarlo, y además suenan varios nombres en el mismo Polo Democrático, y así lo entiende el propio Senador al solicitarle al Comité Ejecutivo de la colectividad que inicie el proceso para escoger una candidatura.
La otra carta fuerte en el Polo para su candidatura presidencial es la hoy ministra de Trabajo, Clara López Obregón, quien tiene como credencial su importante resultado en las urnas en las elecciones para jefatura de Estado.
Robledo y López, quienes en no pocas oportunidades han rivalizado encarnan dos sectores distintos en el Polo. No obstante en el marco de la disciplina de Partido el Senador apoyó la candidatura presidencial de esta en 2014 y luego su aspiración a la alcaldía de Bogotá en octubre de 2015, en las cuales se desinfló en las urnas a pesar de que en las primeras de cambio lucía como favorita.
Precisamente para las elecciones de Alcaldía de Bogotá se generó la especie que los dos dirigentes políticos llegaron a un acuerdo por medio del cual Robledo apoyaría a López en esta aspiración para que, luego, ella le devolviera favores al Senador en su candidatura presidencial.
No obstante se sabe que en política no hay acuerdos pétreos y cualquier cosa puede pasar, por lo que no se puede descartar que López más adelante puje con Robledo por el aval presidencial del Polo.
Por el momento ella no puede participar en política por su cargo al frente de la cartera del Trabajo, pero a pesar de ello el pasado miércoles consideró que la precandidatura de Robledo es prematura.
Sin embargo, no se puede dejar de lado el nombre del senador Iván Cepeda, quien aunque no ha mostrado por el momento intenciones de lanzarse su nombre es considerado en algunos sectores del Polo.
Sin duda, Cepeda es una de las figuras en ascenso en esta colectividad, le fue muy bien en las urnas en las elecciones legislativas de 2014, en su salto de la Cámara por Bogotá al Senado, y ha tenido un importante papel en el proceso de paz con las Farc a nombre de la Comisión de Paz de esta Corporación.
Piedad Córdoba
Las dos sanciones que le aplicó el entonces procurador Alejandro Ordóñez a la entonces senadora Piedad Córdoba, una de ellas inhabilitándola por 18 años, la sacaron de circulación política, por lo menos en lo que a cargos públicos se refiere.
No obstante, los dos recientes fallos del Consejo de Estado que salieron a su favor y que echaron por tierra las sanciones del Ministerio Público al concluir que éste obró sin pruebas reales, dejaron a Córdoba lista para participar en las elecciones presidenciales o legislativas de 2018.
En un primer momento la exsenadora ha manifestado que no tiene intención de presentarse en los comicios de 2018, pues en este tiempo ha descubierto que hay otras formas de hacer política y quiere seguir trabajando por la paz.
No obstante, a pesar de lo polémico que resulta su nombre para algunos sectores, Córdoba es muy respetada en la izquierda por su trabajo político y defensa de la paz. En ese sentido no se puede descartar que sea ‘tentada’ para ser candidata y busque el aval, ya sea por parte de la colectividad en la que ha venido trabajando en su conformación en los últimos años, la Marcha Patriótica, o en una consulta en la que eventualmente se midieran todos los precandidatos de la izquierda.
Gustavo Petro
Tras su paso por la Alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro a cuenta-gotas ha venido recorriendo algunas regiones promoviendo para el país su modelo social de gobierno, en lo que sería la Colombia Humana, versión de Bogotá Humana.
El gobierno de Petro en la capital de la República estuvo marcado por los sobresaltos, en primer lugar por la destitución del cargo por parte del entonces procurador Ordóñez por la forma como implementó un nuevo modelo de aseo, pero también por los enfrentamientos que tuvo con sectores políticos y sociales que lo acusaron de populista y poco eficiente.
No obstante, para los seguidores de Petro, los resultados en materia social que logró en Bogotá son suficientes para que aspire a la Presidencia de la República y los replique a nivel nacional.
Petro desde hace rato dejó las toldas del Polo y ahora su trabajo político lo está haciendo con su creación, el movimiento Progresistas.
Frente amplio
El reto que enfrenta la izquierda colombiana para las elecciones presidenciales de 2018 es si logrará ir unida y en ese sentido tener un candidato de consenso o, en su defecto, acusará el eterno problema que ha tenido, estar fragmentada.
No será fácil que se pongan de acuerdo tantas fuerzas e intereses, pero a primera vista sería el camino más indicado teniendo en cuenta que la derecha es poco probable que se aventure a jugársela con individualidades.