UNA NUEVA polémica estalló ayer entre los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe, luego de que el primero aseguró que intercedió por el líder natural del Centro Democrático, con la intención de no ser acusado ante una corte en Estados Unidos.
Según declaraciones recientes de Santos, la intermediación fue posible por medio de Gabriel Silva, quien se desempeñaba como embajador de Colombia en Washington cuando él apenas asumía la Presidencia de la República.
“Cuando yo asumí la Presidencia me llamó el embajador Gabriel Silva. Me dijo: ‘Aquí hay una serie de organizaciones de derechos humanos que van a acusar al entonces expresidente Uribe ante muchas cortes estatales por violación de los derechos humanos’. Le dije: 'Bueno, ¿y qué podemos hacer?’. Dijo: ‘Déjeme y yo investigo’. Habló con unos abogados y me dijo: ‘Mire, lo único que hay que hacer, o que se puede hacer, porque inclusive eso lo estaba avalando el encargado de Derechos Humanos de la administración de Obama, es ir por lo alto y que le den inmunidad diplomática al expresidente Uribe’. Eso fue lo que hicimos”, informó el exmandatario.
Santos también destacó que la inmunidad es un derecho que no a todos los presidentes se les concede.
“Es caso por caso. Fuimos a lo más alto. Dijeron: ‘Sí, vamos a ayudar’. Y ayudaron. Eso evitó, porque sí me parecía un poco indigno para el país, ver a un expresidente en el banquillo, en las cortes estatales de Estados Unidos”, manifestó.
Ante las polémicas declaraciones, Uribe utilizó su cuenta X para responder: “Me acabo de enterar”, trinó el exjefe de Estado.
“De haber sabido el poder de Santos en la justicia de EE.UU. se habría ahorrado el dinero cuantioso que hubo que pagar a un abogado cuando me acusaron del asesinato de trabajadores de Drummond”, aseguró el jefe del Centro Democrático.