U. Públicas deben ser creativas en criterios de ingreso | El Nuevo Siglo
Ricardo Gómez Giraldo, rector de la Corporación Universitaria Iberoamericana.
Cortesía
Lunes, 14 de Noviembre de 2022
Redacción Política

Ricardo Gómez Giraldo fue posesionado como nuevo rector de la Corporación Universitaria Iberoamericana y le hace una recomendación al ministro de Educación con respecto al proceso de elección de estudiantes para las universidades públicas.

EL NUEVO SIGLO: Usted le dio la razón hace poco a un trino del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, sobre el acceso a la universidad pública, ¿puede explicarnos en qué consistía?

RICARDO GÓMEZ GIRALDO: El trino del ministro Gaviria decía que “en el proceso de admisión a una universidad pública, debemos… entender el contexto… de los estudiantes, más allá de una prueba estandarizada". Ante esto tiene toda la razón, ministro. Su sugerencia tiene respaldo en un experimento conocido como la “prueba del bombón”.

ENS: ¿En qué consiste esa prueba?

RGG: En 1972, Walter Mischel se propuso identificar la diferencia en el comportamiento a lo largo de la vida de 600 niños de 4 a 6 años, a los que les ofreció un bombón y les preguntó: ¿Prefieres comerte un bombón ya o dos bombones dentro de 20 minutos? 26 años después, en 1988, el profesor de Stanford, descubrió que las vidas más exitosas eran las de los niños que al inicio del experimento habían aguantado más y escogieron dos bombones en 20 minutos en vez de un bombón inmediatamente. Lo que la investigación descubrió fue que la perseverancia, es decir, la capacidad de concentrar la atención y el control consciente de las emociones, “diferir la gratificación”, dice Michio Kaku, es más importante en la vida que las meras capacidades académicas.  

ENS: ¿En ese sentido qué le puede sugerir al ministro para el proceso de admisión en las universidades públicas?

RGG: Concluyo que el ministro pide diseñar medidas compensatorias o de discriminación positiva para el acceso a ciertas universidades. Que no sea sólo para “los mejores”, medidos en términos de pruebas Saber 11, comparándolos todos a como si fueran comparables. En verdad, seiscientos mil bachilleres que toman la prueba cada año no son comparables. Vienen de distintos medios sociales y culturales, de familias, ciudades, etc., educados por diversos docentes. Y si se crean mecanismos alternativos para el ingreso de jóvenes perseverantes y destacados que estudian en provincia o que pertenecen a poblaciones vulnerables, los estudiantes responden de manera adecuada.



ENS: ¿En qué consistió la medida tomada por la Universidad de Caldas?

RGG: Esto ha funcionado bien en la práctica; hace casi dos décadas la Universidad de Caldas creó una medida compensatoria: acceso privilegiado para aspirantes “especiales”, tales como afros, indígenas y mejores bachilleres de provincia que tienen un comportamiento superior a sus compañeros de colegio.

A ninguno de ellos les hubiera alcanzado el puntaje de las pruebas Saber 11, sobre todo para acceder a carreras como medicina o derecho, porque había decenas de estudiantes con “mejores Icfes”. 

El cuerpo docente le hizo seguimiento al desempeño universitario de los aspirantes beneficiarios de esta discriminación positiva. Encontraron que indígenas y afros tenían similar comportamiento que los estudiantes que entraban con la medida tradicional y que los “mejores bachilleres de provincia” tenían “mejor comportamiento académico”, menores niveles de repitencia y deserción. Demostraron “que sí son excelentes, muy superiores estadísticamente a los estudiantes ‘regulares’ y el sistema igualitario los estaba dejando por fuera”.

ENS: ¿Cuál es la explicación de que ellos hayan tenido tanto éxito?

RGG: La explicación del éxito de quienes las pruebas estandarizadas hubieran predestinado el fracaso se basa en la prueba del bombón: durante el bachillerato se destacaron en medios pobres en todos los sentidos. Sin embargo, se destacaron porque tenían más perseverancia que los demás y tenían más capacidad de concentrar la atención en sus estudios. Si les hubieran hecho la prueba del bombón cuando niños, seguro habrían aguantado 20 minutos para obtener dos bombones, en vez de uno ya mismo.

La llamada de atención del ministro es válida, pero no se trata de regalar el acceso a cualquiera a las mejores universidades. Se trata más bien de que las universidades sean más creativas en sus criterios de ingreso.

Si dejamos de pensar que todos los ciudadanos tienen las mismas condiciones de vida, quizás la educación contribuya más a fortalecer nuestra democracia.