Hay regiones del país como en Antioquia, Cundinamarca y Atlántico en donde algunos candidatos tienen prácticamente asegurado el triunfo en las elecciones de este mes por la cantidad de partidos que lo respaldan
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Uno de los fenómenos que se impone en las elecciones regionales de este año es la irrupción de las supercoaliciones, pues ya no son dos o tres partidos los que se unen para respaldar a un candidato sino que son cinco o más, lo que en la práctica les asegura ganar el cargo. Se espera, por ejemplo, que una alianza que aglutina a siete colectividades se lleve el triunfo en la Gobernación de Cundinamarca.
Un total de cinco candidatos se postularon a la Gobernación de Cundinamarca en las elecciones del próximo 27 de octubre, no obstante la posibilidad de triunfo se reduciría al nombre de Nicolás García Bustos, quien es respaldado por una formidable maquinaria política que integran La U, Cambio Radical, Partido Liberal, Partido Conservador, ASI y MAIS. También MIRA manifestó su apoyo. De esta forma el esquema de la coalición omnímoda volvería a imponer su ley en este departamento.
Otra de estas coaliciones ‘aplanadora’ se ve en la elección de Gobernador del departamento del Atlántico en donde la candidata Elsa Noguera se presenta a nombre de la alianza La Clave Es La Gente, en donde al lado de Cambio Radical recalaron para apoyar su aspiración los partidos Liberal, La U, Centro Democrático y Conservador. Incluso en los últimos días el partido MIRA también se sumó.
Algo parecido sucede con el exgobernador Aníbal Gaviria en su aspiración a volver a ocupar el primer cargo del departamento de Antioquia, pues se inscribió por firmas por el Movimiento Es el Momento de Antioquia, pero también tiene el coaval de La U y Partido Liberal, Cambio Radical y Verde. También cuenta con el respaldo del Partido Conservador, después que esta colectividad le quitara el apoyo a su candidato Juan Camilo Restrepo Gómez.
El fenómeno de las supercoaliciones desde un punto de vista podría entenderse como el consenso que genera un nombre y sus propuestas de gobierno en los partidos y la clase política, lo que de entrada daría para pensar que esa persona en su gobierno se le facilitaría ya sea como Gobernador o Alcalde desarrollar su labor porque contaría con los respaldos suficientes.
Sin embargo, el politólogo Freddy Cante Maldonado piensa otra cosa. “Creo que es un efecto negativo y preocupante porque a nivel mundial se desdibujan los partidos anclados en principios, en valores, en filosofías, y priman los partidos oportunistas que hacen muchas coaliciones con tal de ganar elecciones”.
Cante añadió que el costo de estos es que “si ganan elecciones pues cuando lleguen al poder es como cuando alguien compró muchos favores, entonces tienen que pagar esos favores, esas alianzas y se va a ver perjudicada la gobernabilidad, y sobre todo los principios y la filosofía de un partido”.
Dijo que esta clase de aglutinamientos de partidos lleva a “una burocracia que entra por favores políticos y no una burocracia basada en méritos, en habilidades, y eso perjudica la administración pública y hace permeable los gobiernos en la corrupción.
El objetivo es ganar
Para el politólogo Ariel Ávila “ese tema de las coaliciones como Nicolás García en Cundinamarca, Elsa Noguera en Atlántico, se repite en casi todos los departamentos. Nos permite hacer tres conclusiones: la primera es que los partidos políticos no importan y lo que importa es el clan político al cual pertenece el candidato”.
Ávila dijo que el año pasado a nivel nacional se vieron unos partidos políticos muy bien demarcados ideológicamente, pero en esta oportunidad lo que se está viendo es que lo que importa es “cuál es el candidato del clan político. Entonces Elsa Noguera tiene a los Char y ellos unen a todo el mundo sin importar si es de izquierda, de derecha”.
Agregó que esto demuestra que “el análisis local y regional no depende tanto del partido al que pertenece un candidato sino al clan político. Importa más el clan que los partidos”.
Dijo que la segunda conclusión que le deja esta situación que se aprecia en estas elecciones es que “las diferencias ideológicas no implican, no motivan y no mueven a la opinión pública a nivel regional y local. Se encuentran alianzas de candidatos del Centro Democrático, de La U con el Partido Verde. Es decir cosas que a nivel nacional son incompatibles y que pareciera que esa diferenciación ideológica no es importante a nivel local, prima otro tipo de situaciones”.
Finalmente dijo que la tercera conclusión “es que en gran parte del país estas coaliciones se explican es porque todos los partidos quieren sentirse ganadores. Entonces terminan haciendo negociaciones burocráticas de los senadores de cada partido o de los Representantes a la Cámara para hacer estas coalicines y es una representación burocrática. Es como si cada partido tuviera una especie de sucursal que la maneja el político local y el tipo dispone de los avales como se le da la gana”.