Esta figura fue revivida por la Constitución del 91 con el plus de que quien la ocupara fuera elegido por el pueblo como parte de una fórmula presidencial. No obstante hay quienes consideran que es inconveniente y no calza en un régimen presidencialista como el nuestro
_________
La Constitución del 91 no solo resucitó la Vicepresidencia de la República sino que quiso que quien la ocupara fuera elegido por el pueblo en fórmula con el Jefe de Estado.
Sin embargo, hoy sigue la discusión sobre la conveniencia y utilidad o no de esta figura. EL NUEVO SIGLO consultó a varios constituyentes que hicieron parte de la Asamblea Nacional que escribió nuestra actual Carta Política.
La única función que establece la Constitución al Vicepresidente de la República es que lo “reemplazará en sus faltas temporales o absolutas”. Sin embargo, también contempla que “el Presidente de la República podrá confiar al Vicepresidente misiones o encargos especiales y designarlo en cualquier cargo de la rama Ejecutiva”.
Los dos primeros vicepresidentes, Humberto de la Calle y Carlos Lemos, quien remplazó al primero debido a su renuncia por las diferencias con el entonces presidente Ernesto Samper tras las denuncias de que dineros del narcotráfico supuestamente ayudaron a financiar su campaña, no cumplieron un rol específico en ese Gobierno.
En tanto que al tercer vicepresidente, Gustavo Bell (1998-2001), el entonces presidente Andrés Pastrana lo encargó de la oficina de Derechos Humanos y fue ministro de Defensa Nacional.
Mientras que Francisco Santos ha sido quien más tiempo ha ocupado la Vicepresidencia, pues acompañó al entonces presidente Álvaro Uribe en su primer gobierno (2002-2006) y lo sostuvo en su segundo mandato (2006-2010).
Santos Calderón tuvo a su cargo los temas de Derechos Humanos, lucha contra el secuestro y la corrupción, programas en bienestar de la juventud y lucha contra las minas antipersona, entre otros.
Por su parte, Angelino Garzón acompañó como vicepresidente al entonces presidente Juan Manuel Santos en su primer gobierno (2010-2014), en donde se destacó como negociador en diferentes conflictos sociales como el Paro Cafetero y el Paro Agrario.
En el segundo mandato de Santos (2014-2018) por la Vicepresidencia pasaron primero Germán Vargas Lleras, quien fue ocupado en la coordinación de todos los asuntos de infraestructura; y el general (r) Óscar Naranjo, quien se encargaría de los temas de posconflicto y seguridad.
A la actual vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, el presidente Iván Duque le encomendó la supervisión del sector de transporte e infraestructura, así como el apoyo en temas de transparencia y equidad de género.
Voces en contra
El constituyente y exmagistrado Hernando Yepes Arcila indicó que “como repetidamente expuse tanto en la subcomisión tercera de la comisión tercera como en la plenaria que es un cargo absolutamente inútil que en nuestra trayectoria histórica demostró ser altamente nocivo”.
Yepes dijo que el sistema presidencial del país “es un sistema planetario que no admite dos soles. El segundo sol es hostil y enemigo, por lo mismo amenaza la estabilidad de las instituciones o es inútil por su sumisión al Presidente”.
Agregó que en la Asamblea Constituyente prosperó revivir la Vicepresidencia, por un lado por un cálculo político de unos partidos y, por el otro, por algunos constituyentes noveles en materia de la arquitectura institucional que se dejaron llevar por el espíritu de geometría, “que si al Presidente lo elige el pueblo, pues el remplazo del Presidente también debía ser elegido por el pueblo”, dijo.
El constituyente Yepes consideró que por ello se echó a perder “una gran institución colombiana, una creación maestra del derecho colombiano en la trayectoria constitucional del siglo XIX. Cuando apareció la designatura fue una gran solución al problema de qué se hace cuando súbitamente hay que proveer el remplazo del Presidente de la República, bien porque haya desaparecido físicamente o bien porque las circunstancias personales lo hayan obligado a retirarse del cargo”.
Concluyó que la Vicepresidencia fue una mala solución “desde que existió en la primera Constitución colombiana, acuérdense cómo fue parte de la tragedia de la Gran Colombia tener a Bolívar de presidente y tener un vicepresidente, el señor Santander”.
Por su parte, el constituyente y exministro Juan Carlos Esguerra Portocarrero dijo “me parece que se aprobó, no estuve muy de acuerdo con la propuesta, por razones políticas de la coyuntura de aquel momento, pero me parece que faltó mirarlo con visión de futuro. Si se hubiera mirado con visión de futuro se habría llegado a la conclusión de que entre nosotros no es un cargo sino una vocación, es decir, una perspectiva”.
Agregó que “crear un cargo para una perspectiva pues me parece que resulta mucho más conveniente la figura del designado, que era simplemente alguien que estaba ahí para cuando se ofreciera, pero no tenía que buscársele un trabajo, no tenía que buscársele una posición determinada. Y como también hay consideraciones de política de por medio, no siempre el Vicepresidente es escogido de manera absolutamente voluntaria por el Presidente sino que a veces lo tiene que hacer por razones políticas, y luego se enreda no sabiendo bien qué ponerlo a hacer”.
No obstante, Esguerra consideró que le ha aportado algo al cargo que algunos presidentes le han dado a quienes lo ocupen algunas funciones dentro de la administración, “pero sigo creyendo que era mejor la figura del designado”.
Constituyente se decidió por fórmula presidencial
En tanto que el constituyente y exmagistrado del Consejo Nacional Electoral, Armando Novoa, señaló “la figura que existía antes de la Constitución del 91 era la del designado, que era escogido por el Senado de la República con el guiño del Presidente. De tal suerte que así se aseguraba que fuese una persona de su entera confianza”.
Agregó que en la Constituyente del año 91 “se discutió muchísimo el tema y se encontró que dándole prelación al principio democrático, lo más indicado es que el Vicepresidente fuera elegido junto con el Presidente como su fórmula, de tal manera que fuera el pueblo el que determinara quién debe remplazar al Presidente”.