En apenas una semana tras el triunfo en las urnas, Gustavo Petro dialogó con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken; y con la cabeza del régimen venezolano, Nicolás Maduro. El hecho sobre el papel luce como protocolario, en el sentido de que quisieron saludarlo por su elección. Sin embargo, para algunos es el preludio de la forma como se manejarán las relaciones de estos tres países en los próximos años.
El presidente Iván Duque dejará a su sucesor en el cargo las relaciones con Estados Unidos en el más alto nivel, con una agenda bilateral con Biden donde la batalla contra el narcotráfico no está en el primer lugar sino el comercio, la lucha contra el cambio climático y derechos humanos, entre otros temas.
Prueba de ese buen momento es que Estados Unidos hace poco incorporó a Colombia como aliado estratégico no miembro de la OTAN.
Con Venezuela es la otra cara de la moneda porque no hay relaciones diplomáticas desde hace cerca de cuatro años, debido a que la administración Duque ve la presidencia de Maduro como ilegítima porque, considera, no ganó limpiamente las elecciones y lo llama dictador.
Colombia durante el gobierno de Donald Trump se alió con Estados Unidos y otros países de la región para realizar un cerco diplomático al régimen venezolano, con la intención de que regresara la democracia; sin embargo, Maduro se sostuvo en el poder.
La llegada de Biden a la presidencia, en enero de 2021, no hizo que Estados Unidos dejara de considerar al régimen venezolano una dictadura. Sin embargo hace un par de meses se reactivaron las conversaciones porque los norteamericanos quieren comprarle nuevamente petróleo a este país, debido a las dificultades que ha tenido para aprovisionarse por cuenta de la guerra en Ucrania.
Por su parte, Petro señaló esta semana que "me he comunicado con el Gobierno venezolano para abrir las fronteras y restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en la frontera”. La idea, dijo, es avanzar en un proceso que debe llegar al restablecimiento de las relaciones plenas.
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Interpretación de expertos
EL NUEVO SIGLO consultó a expertos acerca de qué lectura le dan a que Petro en menos de una semana conversó con Biden, Blinken y Maduro, y si ello apuntaría a un nuevo escenario en las relaciones de este triángulo de países.
El excanciller Fernando Araújo consideró que, “en primer lugar, con los Estados Unidos la relación va a depender del nivel real de colaboración que haya entre los gobiernos en los temas que son de interés mutuo. Hoy en día son de comercio, de seguridad hemisférica, pero especialmente el tema del narcotráfico”.
Consideró que este último asunto “aun cuando en este momento no aparece como el principal, va a ser muy importante en las relaciones entre los dos gobiernos”.
El excanciller dijo sobre Colombia y Venezuela que, “dados los antecedentes de Petro y su cercanía con Maduro y con Chávez, uno esperaría que haya un cambio en la política que ha habido hasta ahora. ¿Qué repercusiones tenga eso frente a los americanos?, creo que no, a los americanos les interesan las relaciones bilaterales de manera especial”.
En tanto, añadió que “las relaciones con el Gobierno de Venezuela son más un tema de los Estados Unidos con Venezuela directamente, cuando Colombia venía siendo un aliado y quizás deje de serlo”.
Por su parte, Favio Enrique Romero Ordóñez, máster en análisis de problemas políticos económicos e internacionales, dijo “creo que es una estrategia que está jugando el presidente Petro ante una nueva situación”. Recordó que hace 20 años se “firmó el Pacto de Sao Paulo, un acuerdo al que llegaron los presidentes en su momento Chávez, Castro y Evo Morales; un representante de Petro y un representante de la izquierda mexicana”.
Agregó que el propósito era que “América Latina girara en torno a la extrema izquierda”.
Dijo Romero que “los políticos tienen unas narrativas cuando están en campaña y otra cuando están gobernando. Creo que para conocer las verdaderas intenciones del presidente Petro hay que darle un compás de espera, porque en el escenario internacional Biden está jugando en este momento una estrategia que tiene por finalidad asegurarse el suministro de petróleo por parte de Venezuela, y por otro lado llama al presidente Petro para felicitarlo para asegurar también que hable con el presidente Maduro para que esta negociación tenga un feliz término”.
Por ello, concluyó Romero que “ahí estamos jugando una estrategia puramente económica”.
Otras lecturas
Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, dijo que “es claro que con la llegada de Gustavo Petro cambia la estructura de la relación de Colombia en el exterior. Eso significa que los norteamericanos están muy interesados en mantener el lazo con Colombia, que la relación sea robusta, pero también que va a cambiar la relación con Venezuela, y eso es parte de esa transformación de lo que habrá en Colombia en los próximos meses”.
Añadió que “seguramente Petro va a encontrar más alineación con Estados Unidos en temas como derechos humanos, que además preocupan más a los demócratas que a los republicanos; pero, por otro lado, la relación con Venezuela se replantearía en un momento en donde también está cambiando la relación de Estados Unidos con Venezuela. Hoy hay unos acercamientos en materia energética y Petro necesita recuperar la relación con Venezuela porque es uno de los imperativos que quedaron claros en la pasada elección”.
Mientras que el internacionalista Vicente Torrijos consideró que “hay un triángulo muy funcional que se está dando entre Washington, Caracas y Bogotá porque, primero, el entendimiento entre Biden y Petro ha sido muy fluido desde que Colombia Humana promovió en La Florida entre los latinos el voto a favor de Biden y en contra de Trump”.
Dijo Torrijos también que hay una fluidez partidista de Petro con los sectores más a la izquierda del Partido Demócrata, con congresistas “que siempre han estado promoviendo, para no ir muy lejos, todo lo que fueron los diálogos en La Habana”.
Añadió que en la otra línea del triángulo “hay un entendimiento de vieja data entre Maduro y Petro, pero creo que Petro ha sabido entender en qué consisten los fracasos del régimen chavista en Venezuela”.
Consideró que “si estuviéramos hablando del Petro de 2010, pues entonces tendríamos que hablar de afinidad entre ellos, pero hoy día no. Petro es demasiado inteligente como para estar comulgando con los desastrosos manejos que le ha dado a la política y a la economía el régimen de Maduro. Entonces, guardando las distancias, lo que a Petro sí le interesa es tratar de normalizar las relaciones con Venezuela con el fin de hacer más fluido el comercio, el manejo de la migración”.
La última línea del triángulo, dijo Torrijos, “es la de Biden y Maduro, y en eso la guerra en Ucrania ha llevado a Estados Unidos a buscar afanosamente fuentes energéticas alternativas, y es por eso que Estados Unidos ha empezado una serie de diálogos a mediano o largo plazo para ver cómo Chevron puede reactivar la producción de petróleo en Venezuela y, de paso, tratar de tener un diálogo fluido con Venezuela”.
Concluyó Torrijos que así como en su momento Obama y su vicepresidente Biden impulsaron los diálogos de Santos con las Farc en La Habana, ahora Estados Unidos va a hacer “lo mismo con Petro, que equivale al Santos de su momento”. Y “ese triángulo ya funcional significa que va a haber cada vez un entendimiento más fluido entre Washington, Bogotá y Caracas, lo que es un modelo completamente distinto al de Trump y Duque”.