Reacciones en contra produjeron las afirmaciones que hizo el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, acerca del periódico de esta ciudad, El Nuevo Día, del cual dijo se ha dedicado a desprestigiar su administración y por ello decidió vetarlo en el sentido de no darle más declaraciones.
El alcalde Jaramillo señaló durante una rueda de prensa, que “me puedo ir hasta el periódico a mirarle y mandarle la inspección sanitaria y todo, y voy a encontrar que el periódico no llena la cosa de riesgos, que no llena esto, que no llena lo otro y cierro el periódico porque le falta esto o lo otro. ¿Qué tal yo fuera así?”.
Esta afirmación se dio después de que en la rueda de prensa una periodista de ese diario le preguntara al burgomaestre sobre las conversaciones que adelanta su administración con el Ministerio de Hacienda para el saneamiento de la Unidad de Salud de Ibagué y la construcción de otra de esas unidades en la cárcel Picaleña.
“Ustedes se dedican a desprestigiar la administración”, le dijo Jaramillo a la periodista. “Lógico que usted hace su trabajo y a usted le pagan, pero el periódico tiene otras intenciones muy claras. No me pidan declaraciones para El Nuevo Día, no las voy a dar”, agregó.
El senador tolimense Miguel Ángel Barreto, del Partido Conservador, señaló que “Ibagué no puede convertirse en una dictadura socialista. No somos Venezuela” y “repudiamos los actos dictatoriales que buscan callar la prensa libre. Expresamos toda nuestra solidaridad con el periódico ibaguereño El Nuevo Día y los medios de comunicación señalados por cumplir su labor de informar”.
En la Cámara, mientras la representante conservadora Adriana Matiz presentaba una constancia, señaló, que “a los medios de comunicación hay que darles todas las garantías y no pueden ser víctimas bajo ninguna circunstancia de hechos o acciones que cercenen o limiten esa libertad”, su colega uribista Ricardo Ferro dijo que “faltaría más que nos dejemos amedrentar en Ibagué por cualquier dictadorzuelo que venga a pretender que los medios de comunicación se silencien y que estos no divulguen lo que está pasando en la ciudad”.
Tras el escándalo, Jaramillo respondió en un comunicado, que “como primera autoridad del municipio, en ningún momento he amenazado con censurar al diario El Nuevo Día, y mucho menos soy partidario de que se acallen las voces críticas que para nosotros son un aliento para mejorar todos los días”.