La mayoría en el Congreso y el mismo Gobierno están de acuerdo en la necesidad de una reforma política que, ojalá, tenga aplicabilidad en las elecciones presidenciales y legislativas de 2022. Parlamentarios consultados por EL NUEVO SIGLO consideran que el proyecto respectivo tendría que ser presentado en la tercera legislatura que iniciará este 20 de julio porque ya en la cuarta, de ser aprobada la iniciativa, quedaría muy encima de estos comicios, lo que sería inconveniente. Sin embargo, lo que no es claro por el momento es quién se echará el peso de sacar esto adelante.
La última reforma política se hizo hace 11 años y desde entonces se han reclamado más ajustes, especialmente modificar la institucionalidad con la supresión o cambios de fondo en el Consejo Nacional Electoral; también en la conformación de las listas eliminando la abierta por los efectos perversos que genera; y la financiación de campañas, que ojalá sea 100% estatal para evitar el ingreso de dineros de dudoso origen o que se creen compromisos entre políticos elegidos y financiadores de las campañas.
En 2017 en el Congreso se hundió la reforma política que impulsó el gobierno Santos para cumplir un punto en ese sentido del acuerdo de paz con las Farc; en tanto que en 2019 también sucumbió una iniciativa que presentó la administración de Iván Duque.
El pasado 11 de marzo, cuando nadie se imaginaba los efectos que tendría la pandemia en el Congreso, al punto que tuvo que sesionar de forma virtual durante todo el pasado periodo legislativo y frenó la radicación de varias iniciativas, especialmente del Gobierno, la ministra del Interior, Alicia Arango, se refirió a la reforma política y varias iniciativas en ese sentido de diferentes partidos.
“Lo que yo creo es que valdría la pena revisarlas todas para acumular y el Gobierno entra en ese momento a apoyar, pero la reforma política es de iniciativa legislativa”. Agregó que “todos estamos preocupados sobre cómo se hace política en Colombia. Lo que debemos hacer es ponernos de acuerdo en la nueva manera de hacerla”.
En ese sentido es claro que el Gobierno no va a asumir la responsabilidad de presentar una reforma política en la tercera legislatura. La ministra Arango indicó que en la misma radicarían varias iniciativas para la reactivación del país tras la pandemia y, posiblemente, la reforma a la justicia así como la electoral.
Qué piensan en el Congreso
El senador liberal Mario Alberto Castaño dijo, sobre la esperada reforma política, que “pienso que esta legislatura es la propicia por tiempos, por las elecciones que no se verían afectadas. Este es el momento de hacerla y hay ambiente, y hay una expectativa de parte de todos los congresistas de que se presente una reforma política y se puede llegar a acuerdos para que el ejercicio de la democracia en el 2022 sea mucho más claro, más diáfano, que se presente un tema de transfuguismo que ha sido solicitado por varios congresistas”.
En marzo pasado, el Partido Liberal dio a conocer un borrador de reforma política de fondo, sin embargo, la crisis por la pandemia lo dejó en ese estado.
Sobre este proyecto, el senador Castaño dijo que “creo que una iniciativa legislativa sobre la política en el país en cabeza de un solo partido no tendría éxito en el Congreso. Pienso que hay que formar una comisión de diversos sectores políticos para que tenga éxito, para que se pueda incluir en ella lo que requieren las elecciones del 2022 y establecer los periodos que vienen para alcaldes, gobernadores, el tema de la inhabilidades. Eso requiere un amplio consenso”.
Por su parte, el senador Roy Barreras indicó “no espero que el Gobierno cumpla con la obligación que tiene con el acuerdo de paz y con la democracia de presentar una reforma política”.
El Parlamentario de La U consideró que “el sistema político colombiano es corrupto de raíz porque es un sistema clientelar de compra y venta de votos, la lista abierta favorece la infiltración de narcotráfico y corrupción en las listas. Ninguna reforma sería más importante que arrancar de raíz el clientelismo con una reforma política de fondo. Me temo que el Gobierno no va a presentarla y me temo que en condiciones de un Congreso limitado por enclenque y subordinado, no hay ningún espacio para que haya una reforma política de fondo como la que quedó planteada por la Misión Electoral en el acuerdo de paz”.
Sin embargo, Barreras dijo que lo que podría prosperar en la legislatura que viene es un proyecto de transfuguismo que posibilite a los parlamentarios cambiar de partido antes de las elecciones de 2022.
“Me temo que no va a haber una reforma política de fondo, pero lo que sí creo va a sorprender al país es que va a haber un reacomodo ideológico y partidista de las fuerzas políticas en el Congreso. Es probable que haya un mecanismo transitorio para que los congresistas puedan migrar a los partidos donde se sienten ideológicamente más cómodos. Hoy, todos los partidos están fragmentados con profundas divisiones frente al Gobierno y frente a las posturas económicas y sociales. Esa fractura es tan evidente que hará necesario un reacomodamiento de las fuerzas entre el centro, la derecha y la izquierda”.
Por su parte, el senador Carlos Abraham Jiménez (Cambio Radical) considera que hay ambiente para una reforma política en este momento, puede ser de fondo como la que propone el Partido Liberal o por la coyuntura.
“Creo que sí pero hay que esperar al 20 de julio a ver qué se radica, pero lo que entiendo es que el Partido Liberal, con algunos otros senadores, lo vienen acompañando. Que pase o no pase depende de qué viene”.
En cualquier caso, Jiménez considera que para una reforma política la tercera legislatura “va a ser definitiva porque viene un tema de coaliciones, que se permita coaliciones entre partidos mayoritarios, ya que solo lo pueden hacer los partidos minoritarios; hay personas que quieren migrar de partidos. Eso se va a empezar a generar ese ambiente”.