Cuando una persona es víctima de la guerrilla o de algún grupo violento, el perdón es un fuero interno de cada uno. Eso es lo que piensa el representante del Caquetá, Harry González, integrante de la Comisión de Paz del Congreso, a quien hace 20 años le asesinaron a su padre Jesús Ángel González siendo gobernador en ejercicio del Caquetá. Dijo que a pesar de los hechos ocurridos no guarda ningún rencor hacia la guerrilla.
EL NUEVO SIGLO: Al cumplirse 20 años del asesinato de su padre, el exgobernador del Caquetá, ¿qué recuerda?
HARRY GONZÁLEZ: Es una fecha muy dolorosa, muy triste, que nos conmueve como familia, pero estoy seguro que conmueve a muchos en el departamento del Caquetá, con la pérdida de Jesús Ángel González Arias perdió mucho el Caquetá. Y para el país se generó el triste récord de convertirse Jesús Ángel en el primer gobernador por elección popular asesinado en Colombia.
ENS: ¿Cómo era la situación del departamento en ese momento?
HG:Era de mucha incertidumbre, era el gobierno del presidente Samper y el departamento del Caquetá había sido declarado como zona especial de orden público, dando inicio a una nueva lucha frontal y focalizada en esta región, contra el narcotráfico. Había gran conflictividad social, Caquetá era uno de los departamentos con mayores cultivos ilícitos.
ENS: ¿Cómo era su vida antes del asesinato de su padre?
HG: Bueno, mi vida era normal, la de un joven recién ingresado a la universidad, mis días pasaban en las aulas de la Universidad Libre, y compartiendo algunas gestiones o diligencias de mi papá en entidades y agencias del Estado. Cuando mi padre fallece cambió mi vida, la de mi familia y estoy seguro la de miles de familias en el Caquetá; ser víctima de la violencia es difícil, fueron años de mucha reflexión para intentar pasar la página, nuestro hogar estaba destrozado, uno de sus baluartes, la violencia nos lo había quitado, le correspondió a mi madre asumir el reto y su rol fue de padre y madre, y lo logró, nos sacó adelante a todos sus hijos.
ENS: A pesar de lo ocurrido, ¿hoy apoya el proceso de paz?
HG:Sí, apoyo con absoluta convicción el proceso, la fuente de motivación es que no quiero que más personas en Colombia vivan y sufran lo que mi familia sufrió y vivió por la violencia. La paz además será una gran oportunidad para acabar con el estigma de regiones como Caquetá, que están ávidas de que Colombia y el resto del mundo conozcan sus gentes, sus paisajes, su cultura, sus ríos y selvas, que sepan que en nuestro territorio hay grandes oportunidades para el país.
ENS: ¿Perdona a la guerrilla?
HG:El perdón es de la intimidad de las víctimas. Como víctima solo en mi fuero interno sé si las perdono o no. Sé que no arraigo odios y espero que la verdad surja para evitar que la historia se repita generando nuevos ciclos de violencia en el territorio.
ENS: Cuando fue a La Habana con otros congresistas, ¿qué pensamientos se le pasaron por la mente?
HG: Participé en esa reunión en un mandato de la Comisión de Paz, no utilicé el espacio de ninguna manera en mi condición de víctima. Pensé varias cosas, entre otras que están bastante adultos, es posible que el tiempo de la guerra ya pasó.
ENS: ¿Cuál es su preocupación en estos momentos?
HG:Que el proceso de paz pueda avanzar, que la paz sea un impulso a las regiones como Caquetá, y que entre todos podamos construir la memoria histórica sobre el conflicto, la verdad será de todos, no de victimarios o víctimas, es lo mejor para conocer nuestra historia y no estar condenados a repetirla.
ENS: ¿Por qué decidió seguir en la política?
HG:Bueno, soy abogado de profesión, tuve una inclinación hacia lo público, cimentada en el ejercicio profesional de mi mamá que es profesora de escuela pública, y de mi papá por su carrera de servicio. Cuando estaba desempeñándome como funcionario en la Gobernación de Caquetá reflexioné sobre la necesidad de que las ideas y bandera de mi padre debían ser enarboladas y que yo mismo quería aportar al desarrollo de la región, para ello debía participar de la política, hacerme elegir y escalar, para servirles a los demás.
ENS: ¿Cómo es su departamento hoy en día?
HG: Las cosas han cambiado, mi papá luchaba por la carretera al interior del país, la vía Florencia a Suaza (Huila), se construyó, hace 20 años no había telefonía celular ni Internet, la región ha tenido más conflictividad, el proceso de paz con las Farc en Caguán fracasó, lo que generó una arremetida de las Farc a la infraestructura energética y vial que creo nos dejó como una década atrás. Ahora hay nuevas expectativas, las dinámicas económicas legales luchan contra la ilegalidad, hay una nueva expectativa de paz con el acuerdo de La Habana, y se visibilizan nuevos conflictos, hay una mayor sensibilidad a la defensa del agua y a la protección de los recursos naturales en Caquetá, reconociendo nuestro carácter de región amazónica.