Corte buscará salidas después de quedarse sin quórum decisorio | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 26 de Febrero de 2020
Redacción Política

Muchos esperaban que la Corte Suprema de Justicia citara a una sala plena extraordinaria el día de hoy, para aprovechar que sería la última en la que participaría el magistrado Ariel Salazar, quien finaliza su período, para así, poder votar la elección de al menos uno de togados para ocupar las siete vacantes que ha ido acumulando. Esto, con el objeto de no dejar que se le desbaratara el quórum de 16 integrantes necesarios para tomar decisiones. Pero no fue así y el alto Tribunal, en una inexplicable decisión, citó para mañana desde las 7 a.m.

De esta forma, a partir de mañana, el alto Tribunal entrará en un bloqueo institucional, según analistas, pues su sala plena no podría tomar decisiones debido a que los 15 magistrados que quedarían activos no constituyen las dos terceras partes de los 23 togados que originalmente integran esta Corporación.

En ese sentido, el alto Tribunal entraría en una especie de sin salida de insospechadas consecuencias, porque al no poder conformar en sala plena el quórum decisorio, tampoco podría elegir a los magistrados que le faltan, que ahora serán ocho con la salida del jurista Salazar, quien el día de hoy cumple el período de 8 años.

La Corte, consciente de esa situación y en un intento por evitarla, se reunió en sala plena el pasado martes durante cinco horas y media para votar la elección de magistrados para llenar las vacantes, pero no lo logró porque los togados presentes, a pesar de la gravedad del momento, no alcanzaron el consenso que significaba que todos votaran por al menos un mismo nombre de los aspirantes para salvar el quórum, eligiéndolo con 16 votos.

Inclusive, se conoció que en dicha sala plena los magistrados evaluaron las hojas de vida de todos los aspirantes con la intención de no elegir a uno, sino de una vez a siete y de esta forma, salvar el quórum y a la vez poner punto final a una situación que viene arrastrando desde el 2018, cuando se originaron las dos primeras vacantes de las siete que acumula en la actualidad, pues finalizaron los períodos de Fernando Castro y José Luis Barceló en la Sala Penal.

Desde entonces, la Corte Suprema ha votado en más de 40 oportunidades por la elección de los magistrados que le hacen falta, sin lograrlo.

La situación a la que ha llegado la Corte Suprema de Justicia no es nueva y se explicarían las dificultades que durante más de año y medio ha tenido para hallar consenso en las votaciones por disputas intestinas que se presentan entre magistrados de las tres salas que componen esta Corporación (Laboral, Civil y Casación Penal), pues habría bloques de juristas e incluso algunos por cuenta propia, que habrían puesto por encima sus intereses tratando que sean elegidos sus amigos y cuando ello no se logra, bloquean la votación haciéndolo en blanco o por otros aspirantes, que saben no alcanzarán los 16 votos necesarios.

Eventuales salidas

El bloqueo institucional al que hoy queda sujeta la Corte tiene como único antecedente lo acaecido en 1985, cuando el entonces presidente Belisario Betancur se vio en la necesidad de decretar un estado de conmoción interior para designar magistrados, debido a que 11 juristas perecieron en el holocausto del Palacio de Justicia.

En esas condiciones hay quienes consideran que el presidente Duque tendría que acudir a la misma figura y designar los 8 magistrados que faltan en la Corte, en una situación que por fuerza mayor el Ejecutivo tendría que invadir la órbita del poder judicial.

También se ha especulado que la Corte cambiaría el reglamento interno para que el quórum se estableciera sobre los 15 magistrados actuantes, sin embargo, no es claro cómo podría tomar esta decisión sin la presencia de los 16 que exige su reglamento.

Sobre el particular, el magistrado Salazar en una carta esta semana a sus compañeros en la Corporación advirtió que “sería muy grave para la institucionalidad que después de haber propiciado la disminución del quórum, y de haber tratado de reformar el reglamento en ese aspecto, se pretendiera reinterpretarlo para reducir caprichosamente el umbral de elección (...)”.