Antes de ser anunciado como ministro de Hacienda por el presidente electo Gustavo Petro, José Antonio Ocampo comentó, en un análisis para un medio de comunicación, que debido a la situación de las finanzas del Estado y los elevados déficits del Gobierno nacional y de la deuda pública, “es necesario financiar en forma permanente un mayor gasto público social. Esto significa que el grueso del ajuste deberá hacerse con una reforma tributaria estructural”.
Estas necesidades de ordenar y reformar la carta tributaria a largo plazo han sido uno de los reclamos que siempre han hecho analistas a los gobiernos de turno, y el país lleva décadas sin poder concretar esa hoja de ruta que le permita solventar y sobrellevar un manejo de las finanzas con un amplio panorama.
Precisamente uno de los argumentos de Ocampo, cuando dijo lo de la reforma estructural, tiene que ver con que los recaudos tributarios en el país son inferiores al promedio de América Latina y muy inferiores a los de un país de la OCDE.
Sostiene el ministro en su análisis que “en muchos casos las tasas son altas, pero los beneficios tributarios también lo son, lo que significa que la carga tributaria está mal distribuida".
Los principales problemas están en el impuesto a la renta de las personas naturales, pero también a múltiples beneficios a sectores empresariales y, por supuesto, la elevada evasión tributaria, afirmó el académico.
“En el caso de la renta a las personas jurídicas, será necesario eliminar o reducir beneficios sectoriales, y racionalizar los de las zonas francas para concentrarlos en actividades exportadoras. Y se debe restablecer un impuesto al patrimonio de las personas naturales, elevar los impuestos a las emisiones de carbono y crear otros impuestos ambientales”, dijo.
Sin tiempo
Sin embargo, para poder adelantar esa reforma estructural se requiere de tiempo para socializar los diferentes alcances y tiempo es lo que precisamente no tiene el nuevo gobierno que comienza el 7 de agosto.
De allí que el ministro ha seguido insistiendo en lo que se puede hacer con una reforma que se pueda sacar rápido y que no se demore en el Congreso, dadas las urgencias de recursos del país.
Por ello uno de los ejes de esa tributaria, como ya lo ha señalado el ministro Ocampo, debe ser el de las exenciones tributarias, nuevos impuestos e incrementos en otros rubros.
En particular, Ocampo ha dicho que prevén eliminar las exenciones sectoriales a empresas, aunque añadió que están analizando caso por caso.
Con respecto a las personas naturales, indicó que buscarán poner un techo al total de exenciones, aunque esto solo se aplicaría a quienes tienen ingresos de más de $10 millones al mes.
Como bien lo ha dicho a los medios, “para una persona que gane menos de $10 millones mensuales no le vamos a poner ninguna restricción. Para los que ganen más, vamos a ponerles un techo a lo que pueden descontar”, afirmó.
Entre lo que se ha conocido, esa nueva limitación aplicaría a beneficios como las cuentas AFC para comprar vivienda, los pagos por medicina prepagada y los aportes a pensiones voluntarias, entre otros.
Como se dice, en plata blanca, esto implicaría que los responsables del impuesto de renta tengan que pagar valores más altos a la hora de hacer sus declaraciones.
Los dividendos
En cuanto a impuestos a dividendos, Ocampo aseguró: “Es un tema que estamos analizando”.
Hace unos meses este punto generó polémica, ya que Petro proponía obligar a las empresas a distribuir esos recursos, aunque una vez fue elegido presidente, sus asesores indicaron que se trató de un error.
Si bien aún no hay una última palabra en este sentido, el nuevo Minhacienda confirmó que sí se aumentará el impuesto de ganancias ocasionales.
Este gravamen, como su nombre lo indica, se aplica a ingresos que se generan por la venta ocasional de un bien, o, por ejemplo, por ganar loterías, rifas o premios.
A lo anterior se sumarán los impuestos a bebidas azucaradas y comidas ultraprocesadas, que, finalmente, se incluirán en la reforma tributaria de Petro.
Esta es una propuesta que desde hace años se adelanta pero que para este mandato se desea hacer realidad con el fin de financiar proyectos para la salud pública. Estos gravámenes, aparte de evitar el consumo masivo de estos productos, buscan financiar propuestas que se puedan adelantar en el nuevo Ministerio de Salud, en cabeza de Carolina Corcho.
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Gradualidad
Con la reforma, el presidente electo desea recolectar $50 billones. Sin embargo, Ocampo ha aclarado: “Estamos viendo con esta entidad de cuánto puede ser el recaudo. Nunca hemos hablado de $50 billones desde el inicio de los cobros, ya que esto sería gradual. Por ejemplo, comenzamos entre $25 billones y $30 billones en el primer año, y poco a poco se va a aumentando, sobre todo porque el control a la evasión dará resultados de forma progresiva”.
El Ministerio de Hacienda reveló a principios de este año que el déficit fiscal de Colombia para el cierre de 2021 era de 7,1% del PIB, una cifra menor a la esperada para final del año pasado (8,6%). Para este año, la cartera prevé un déficit de 5,8% del PIB. Aunque hubo un avance, el nuevo mandatario tendrá que cerrar la brecha a través precisamente de la reforma tributaria.
La tierra
Otro elemento que no está claro es el impuesto a la tierra. Durante su campaña Petro afirmó que elevar la renta presuntiva de la tierra a los grandes terratenientes generaría mayores niveles de producción.
Al respecto, la ministra de Agricultura designada, Cecilia López, afirmó que hay un gran problema de evasión fiscal en la propiedad rural y aseguró que en algunas regiones de Colombia se puede ver cómo hay miles de hectáreas que no generan productividad. La economista sostiene que la reforma deberá incitar a los dueños de grandes extensiones para que paguen más impuestos o bien generen más productividad y crecimiento económico en sus porciones de tierra.
“El catastro multipropósito es un instrumento fundamental, pero no se puede quedar allí. Las tierras están muy concentradas y la productividad es baja. Se necesita que el pago de impuestos sea un mecanismo para llegar a la productividad y lograr una distribución más equitativa”, aseguró López.
La simplificación de impuestos
Pedro Sarmiento, socio director de impuestos y servicios legales en Crowe Colombia, afirmó que el gobierno debe partir de una simplificación del sistema tributario en su totalidad; lo anterior con el fin aumentar la capacidad contributiva sobre pilares de “eficiencia, equidad y progresividad”.
“Para las actuales condiciones de la economía es más importante ampliar la base tributaria sobre la simplicidad normativa, procedimental, tarifaria, de manera que se establezca una estructura que regule o defina los devengos o causación y las limitaciones”, afirmó el experto.
Sarmiento afirma que en materia de IVA es importante eliminar tratos preferenciales y combatir la evasión a través de mecanismos como la facturación electrónica en las organizaciones.