La propuesta a mediados de esta semana del presidente Santos de acabar la figura de la Vicepresidencia y volver a la del Designado, dividió opiniones a favor y en contra. Sin embargo para algunos también fue polémico que la hiciera en estos momento, justo cuando el vicepresidente Angelino Garzón se recupera de un accidente cerebro vascular isquémico y sigue internado en una clínica de Bogotá, en la cual está hospitalizado desde el 14 de junio.
El martes pasado el presidente Santos sorprendió al proponer la supresión de la figura vicepresidencial. “La figura de la Vicepresidencia quedó mal diseñada… Estoy evaluando la posibilidad de acabarla porque era mejor la de la Designatura. Más conveniente y menos costosa. Si hay ambiente para eso, lo hago”, dijo el Jefe de Estado en una entrevista a El Tiempo.
Para el ex magistrado de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández, además de considerar que siguen los remiendos a la Carta Magna, “proponer la eliminación de la figura en este momento es cuando menos inoportuno, si no desconsiderado, cuando el titular del cargo está apenas saliendo de cuidados intensivos”.
Añadió que “no expresa (el Jefe de Estado) los motivos para calificar como más conveniente una institución que la otra, ni se detiene a considerar tampoco cuál de las dos es más democrática. Eso –pensará– no importa. Importan los costos y sobre todo la oportunidad de ‘quitarse de encima’ a su propio Vicepresidente, a quien no puede destituir y que se le ha vuelto incómodo por su tendencia a ejercer el derecho de opinión”.
Por fortuna Angelino Garzón se recupera de forma satisfactoria, según los últimos comunicados de la Clínica Reina Sofía, pero por el momento hay incertidumbre sobre si podrá retomar sus funciones como Vicepresidente.
La Carta establece que en caso de falta absoluta del Vicepresidente, el Congreso elegirá a quien haya de reemplazarlo para el resto del período. Son faltas absolutas del Vicepresidente su muerte, su renuncia aceptada y la incapacidad física.