EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se ha manejado el Programa de Alimentación Escolar?
CECILIA MARIA VÉLEZ: Por muchas décadas, el Programa de Alimentación Escolar nacional (PAE) estuvo bajo la responsabilidad del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf). Para ampliar su cobertura se adicionaban programas con recursos de las entidades territoriales, que eran administrados localmente. Hace dos años el PAE nacional pasó a ser responsabilidad del Ministerio de Educación. Siempre se ha dado una tensión entre la necesidad de adecuar la alimentación escolar a las particularidades de la zona (lo que trae ventajas desde el punto de vista de los costos y la adaptación cultural) y las posibilidades de ahorro y estandarización de la calidad, que se garantizan con una contratación centralizada.
ENS: ¿Cuál debe ser el mejor modelo?
CMV: Considero que el modelo debe ir ajustándose, buscando cada vez más una operación más descentralizada, con mucho control tanto de la calidad como de la contratación por parte del nivel central. Es muy importante reforzar la institucionalidad para la ejecución de este programa. La transición debe hacerse gradual evaluando la capacidad real de las entidades territoriales para asumirlo, apoyándolas para que la alcancen y paralelamente desarrollar en ministerio la capacidad de supervisión y vigilancia en este campo.
ENS: ¿Cómo se ha comportado el gobierno frente a la educación superior?
CMV: El aumento de la cobertura y las matrículas en educación superior que se ha dado en las últimas dos décadas, se debe fundamentalmente a la ampliación del acceso a créditos para bachilleres de estratos bajos, al Programa Ser Pilo Paga y al crecimiento de las universidades públicas, especialmente las regionales. Así mismo se ha logrado que, en general, las universidades inicien procesos de mejoramiento continuo, tanto por las mayores exigencias para la obtención de los registros calificados, como por la ampliación del sistema de aseguramiento de calidad con la creciente acreditación de programas y de universidades.
ENS: ¿Qué espera ahora sobre la educación superior?
CMV: En los últimos años y especialmente a partir de la crisis económica del país, es muy probable que la cobertura retroceda (aún no tenemos cifras agregadas de la matrícula del año pasado). Se ha presentado una disminución en los créditos del Icetex, se frenó Ser Pilo Paga, y las universidades públicas demandan más recursos estables. Estos mismos problemas deben estar incrementando la deserción, o al menos frenando su tendencia decreciente. En el campo de la calidad, el sistema de aseguramiento presenta algunos factores de agotamiento e ineficiencia que ameritan una revisión a fondo para ajustar los estándares exigidos, la forma como se verifican y la oportunidad de las respuestas. Esto último (las demoras en los procesos) genera inflexibilidades que no permiten a las universidades reaccionar con rapidez en un mundo tan cambiante y ameritan una evaluación de la capacidad institucional del sistema.
ENS: ¿Y frente a la educación técnica cómo se ha comportado?
CMV: Si bien se ha venido aumentando la cobertura en la educación técnica, apoyada básicamente por el Sena, los salarios de enganche para los egresados siguen siendo una limitación estructural al crecimiento de la demanda por esta modalidad. También, y con honrosas excepciones, influye la mediocre calidad de los programas, que trae como consecuencia los altos niveles de deserción. Aunque se ha avanzado en la discusión sobre el sistema nacional de cualificaciones, y se ha llegado a algunos acuerdos, estos no se han convertido en legislación. Y aún no hay consenso en torno a un sistema de aseguramiento propio que permita una vía independiente de cualificación para este tipo de educación. También importante definir la gobernabilidad de este sistema, que en este momento depende de dos ministerios que no tienen claras las responsabilidades al respecto.
ENS: ¿Qué se tiene en Universidad Jorge Tadeo Lozano?
CMV: En la Tadeo enfrentamos el reto de responder a las necesidades de Colombia, formando profesionales capaces de incidir en las transformaciones que se requieren para lograr un país más productivo, más equitativo y en paz. Consideramos que para lograrlo requerimos ciudadanos más éticos, innovadores y analíticos, que trabajen colaborativamente; emprendedores con la capacidad de usar y desarrollar herramientas tecnológicas. Con ese propósito estamos creando programas que respondan a las necesidades de los sectores económicos con posibilidades de crecimiento y ajustando los programas vigentes a las nuevas exigencias; así mismo, hemos fortalecido los procesos pedagógicos para desarrollar la creatividad, la innovación y el emprendimiento en los alumnos. Hemos, sobre todo, centrando nuestra acción en la experiencia del estudiante, para lograr alumnos más autónomos, con principios y felices.