La policía egipcia lanzó gases lacrimógenos contra decenas de manifestantes en El Cairo, convocados a una nueva jornada de movilizaciones en apoyo al derrocado presidente Mohamed Mursi.
Alrededor de 35 manifestantes estaban congregados en la plaza de la Esfinge en El Cairo, cuando la policía lanzó gases lacrimógenos, según constató un corresponsal de la AFP. Los policías no fueron provocados, dijo el corresponsal.
Pese a la represión, los pro Mursi llamaron a manifestarse "por millones" contra el "golpe de Estado militar" tras la oración del viernes.
El gobierno provisional reiteró, por su parte, la autorización a los soldados y a la policía a abrir fuego contra cualquier manifestante que ataque bienes públicos o a las fuerzas de seguridad.
El ejército estaba menos presente en las calles de El Cairo este viernes, en comparación con la semana anterior, si bien los soldados habían bloqueado las principales vías y plazas.
El 14 de agosto, las nuevas autoridades egipcias ordenaron la dispersión por la fuerza de las acampadas pro Mursi en dos plazas cairotas, provocando la muerte de cientos de personas.
La cofradía islamista sufrió de nuevo un duro golpe con la detención el jueves de Mohamed Beltagi, exparlamentario y uno de sus últimos altos cargos aún libre, junto a Jaled al Azhari, ministro de Trabajo en el gobierno de Mursi, según informó el ministerio del Interior.
Beltagi era uno de los principales organizadores de las concentraciones en apoyo a Mursi en El Cairo y uno de los oradores más activos y más virulentos de los Hermanos Musulmanes.
La persecución contra los Hermanos Musulmanes continúa también en los niveles inferiores de la jerarquía. Los medios de comunicación anuncian diariamente detenciones de líderes y militantes locales en todo el país.
El país está bajo estado de excepción desde el 14 de agosto.