La oposición siria debía tratar de convencer nuevamente este miércoles en Londres a algunas grandes potencias de que le proporcionen armas para derribar el régimen del presidente Bashar al Asad, cuando Estados Unidos dice reflexionar sobre maneras de incrementar su ayuda a los rebeldes.
El primer ministro de la rebelión siria, Ghassan Hitto, y los vicepresidente de la coalición nacional siria, George Sabra y Suheir Atasi, tenían cita durante la jornada con varios ministros de Relaciones Exteriores del G8, incluido el secretario de Estado estadounidense John Kerry, antes de su reunión plenaria del jueves en la capital británica.
Este encuentro fue organizado bajo los auspicios del Reino Unido, presidente de turno del G8 y que milita por un levantamiento del embargo de la Unión Europea (UE) sobre la entrega de armas a las fuerzas de la oposición, tema que divide sus socios.
Francia, tras haber parecido estar en la misma línea, hizo saber posteriormente que no había fijado todavía su posición. Alegó que tenía que determinar primero si podía "tener confianza" en la oposición siria y alegó el riesgo de que las armas caigan en manos de extremistas.
Un temor compartido por Washington, que proporcionó una ayuda humanitaria importante a la oposición, pero que hasta ahora se ha negado a entregarle una ayuda militar letal.
Un alto responsable de la administración estadounidense declaró sin embargo el miércoles a periodistas que Estados Unidos reflexionaba sobre formas de incrementar su respaldo a los rebeldes.
"No pasa un día sin que Estados Unidos reflexione sobre que más se puede hacer para poner fin a la situación horrible" que continúa en Siria, explicó este alto representante que pidió anonimato.
Se trata de "conseguir instaurar un gobierno de transición que sea un reflejo de las aspiraciones legítimas del pueblo" sirio, agregó, negándose sin embargo a precisar cómo podría concretarse la ayuda.
Interrogado la víspera sobre la eventualidad de una ayuda militar estadounidense a la oposición, John Kerry subrayó que "correspondía a la Casa Blanca hacer este tipo de anuncio". Reafirmó por otra parte su preferencia por una solución diplomática en Siria.
El jefe de la diplomacia británica William Hague se entrevistó el martes con los tres representantes de la oposición siria, y aseguró que Londres y París iban a seguir defendiendo un levantamiento del embargo europeo.
El conflicto entre el régimen del presidente Asad y los rebeldes, que ha dejado 70.000 muertos en dos años según la ONU, debía estar también en el centro de una reunión entre John Kerry y su homólogo ruso Serguei Lavrov.
Washington querría flexibilizar la posición de Moscú, aliando incondicional del régimen de Damasco desde el principio del conflicto.
La crisis siria será igualmente uno de los principales temas de la cena organizada el miércoles por la noche para los ministros de Exteriores del G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia).
Una "declaración bastante fuerte" debería publicarse al final de su reunión del jueves en Londres, según el alto representante de la administración estadounidense, que reconoció sin embargo que había sido objeto de "fuertes discusiones", sobre todo debido a objeciones rusas.
Los ministros abordarán también otras cuestiones, como la crisis con Corea del Notes, que amenaza con lanzar una guerra "termonuclear", y la situación en Irán, cuyo programa nuclear genera preocupación entre la comunidad internacional.
El miércoles Estados Unidos se declaró también "muy inquieto" por la inauguración de dos minas de extracción y de un complejo de producción de uranio en Irán.
Esta reunión de ministros de Exteriores, será seguida en mayo por la de ministros de Finanzas del G7 (sin Rusia), y la cumbre de jefes de Estado y de gobierno en junio en Irlanda del Norte.