Ni que Colombia fuera una nanocracia: Ordóñez | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Abril de 2016
EL NUEVO SIGLO ¿Tras este nuevo fallo de la Corte Constitucional dando vía libre al matrimonio entre personas del mismo sexo, en qué queda el concepto de familia que señala la misma Carta Política?
ALEJANDRO ORDÓÑEZ: Sobre el tema familia y matrimonio, la Constitución no ha cambiado nada en 25 años. Lo que ha cambiado, varias veces, pero sobre todo especialmente en los últimos años (con la Sentencia C-577 de 2011), es la jurisprudencia constitucional. Hasta ese momento la propia Corte había dicho que el concepto constitucional era uno e inequívoco, familia heterosexual y monogámica, conformada por matrimonio o unión marital de hecho. Ese año dijo, muy por el contrario, que era un concepto ambiguo y maleable, conformado únicamente por el afecto, la convivencia, la solidaridad, etc., y que por tanto incluía a las uniones parejas de personas del mismo sexo, y hasta podría incluir las relaciones poligámicas y poliándricas. Eso sí, allí reconociendo (aunque menos) que entre unas parejas y otras parejas había diferencias evidentes y por eso no cabían equiparaciones absolutas o analogías, al mismo tiempo que advirtió que el matrimonio estaba reservado a las parejas heterosexuales y se abstuvo de hablar de adopción. Pero ahora ya dio también esos dos pasos. Era simplemente cuestión de tiempo. En palabras del Presidente de la Corte de entonces ellos se entienden con la función de ir haciendo progresivamente cambios “imperceptibles" en la sociedad. Y aquí específicamente estamos hablando de su núcleo e institución esencial, como lo dice la propia Constitución.
Pero la idea que se pretende imponer es otra: que debemos estar agradecidos porque, después de 25 años, y solo "gracias" a la Corte, sabemos qué es familia y qué es matrimonio. La Corte, so pretexto del control constitucional, está imponiendo una ideología sobre la familia y el matrimonio contraria no solo al orden de la naturaleza sino a la misma Constitución, a nuestras tradiciones, a nuestra Fe y a nuestra cultura, estamos ante una auténtica colonización cultural.
 
ENS: ¿Por qué afirma usted que ahora la vida no es inviolable, la familia no es la familia ni el matrimonio es el matrimonio?
AO: Porque también sin que el pueblo ("dicho" soberano) haya cambiado una letra de los artículos 11, 5 y 42, o sin que el Estado se haya hecho parte de un tratado internacional de derechos humanos que diga otra cosa, sino todo lo contrario, la Corte Constitucional le ha hecho excepciones o, mejor, ha relativizado cada uno de estos derechos, conceptos e instituciones fundamentales. El derecho a la vida es inviolable, pero se aceptan el aborto y la eutanasia en los casos y condiciones que la Corte (que en realidad es siempre que la persona supuestamente  “quiera") impone. La familia es todo y, por eso, nada al mismo tiempo (pero yo me pregunto si es así cómo puede seguir siendo el núcleo y la institución básica de la sociedad). Y el matrimonio ya no es indisoluble, ni tiene por fin la procreación, y ni siquiera tiene que ser entre hombre y mujer. Es más, ya papá no tiene que ser un hombre ni madre una mujer e incluso, como lo dijo recientemente un Magistrado en una decisión, ya no sabemos ni siquiera qué significa sexo, pero lo claro es que eso no tiene (no puede tener) nada que ver con la realidad. Tal es nuestra “cultura" y la "ciencia" de nuestro tiempo. 
 
ENS: ¿Queda algún recurso a interponer ante el Alto Tribunal para que se reconsidere un fallo que, se prevé, dará vía libre al matrimonio homosexual?
AO: Lo primero es que, efectivamente, aún no hay una sentencia. Solo hay una decisión, ahora tendrán que construir los argumentos, situación que creo que, en sí misma, es muy diciente. Ahora, ¿que si hay un recurso? Pues técnicamente hablando no. Lo único que queda es absolutamente inútil e insuficiente, un incidente de nulidad, el cual habría que presentar tres días después de que se profiera la sentencia (y quién sabe cuándo será esto, no olvide que estos casos llevan ya años en la Corte) y que únicamente puede prosperar si la Corte, con ponencia del mismo Magistrado ponente de la sentencia y bajo las causales que ella misma ha ido inventado, considera que al hacer la decisión se cometió una grave, ostensible y trascendental violación al debido proceso. ¿Ud. cree que ellos van a decir eso? 
Por eso digo que para mí el escenario de la Corte está cerrado. Ahora lo que queda es que el pueblo colombiano sea quien diga, directamente o a través de sus representantes, si acepta eso que dice la Corte. Si esa es la familia, el matrimonio, la sociedad que quiere ser. Vale la pena aclarar que la naturaleza de la Familia y del Matrimonio no dependen de ninguna mayoría, pero acudir a ellas es la única herramienta que nos queda para defender ambas instituciones dentro de nuestros ordenamientos Político-jurídicos. 
 
ENS: ¿Un notario o un juez pueden acudir a la objeción de conciencia para no protocolizar un matrimonio de estas características? ¿Cabe aquí la excepción de inconstitucionalidad, toda vez que la Carta habla de matrimonio hombre-mujer?
AO: Lo de la excepción de inconstitucionalidad lo veo muy difícil porque la Corte Constitucional ya dijo, contra toda lógica, que la Constitución también permite no sólo la familia sino también el matrimonio de personas del mismo sexo. Pero la objeción de la conciencia, al menos para mí, definitivamente sí es un derecho humano fundamental, natural, constitucional. La propia Constitución dice, en completa armonía con los tratados internacionales, que nadie puede ser obligado a actuar en contra de su conciencia, yo diría mejor la conciencia, sin ninguna excepción. No dice todas las personas excepto los servidores públicos, o excepto los notarios y los jueces, o excepto quien no comparta la opinión mayoritaria de la Corte de turno. Y decir que no pueden, que los servidores públicos únicamente pueden hacer lo que digan la Constitución y la ley (que, a su vez, solo dicen lo que diga la Corte) o de lo contrario deben renunciar, es lo mismo que dijo el régimen nazi. Pero yo no creo y definitivamente no quiero estar ahí. Se supone que aquí se respetan los derechos humanos, no porque la Corte X o B, o una norma y otra diga que uno los tiene. Sostener lo contrario es puro totalitarismo así hoy se le llame "patriotismo" Constitucional.
 
ENS: Quienes defienden la decisión de la Corte, dicen que Colombia se pone así en la ‘avanzada’ del respeto a los derechos de las minorías sexuales, junto a 23 países más ¿Qué opina de esta tesis? ¿Colombia sí es así de “vanguardista”?
AO: Calificar una postura de vanguardista, progresista, liberal, moderna, etc., aun siendo acertado, no se difiere en nada de decir que algo es bonito, lindo, chévere, o especial. Es decir, es simplemente atribuirle adjetivos, pero no es sustentarla, justificarla u ofrecer argumentos. Además, no deja de llamar la atención que existan muchos países que históricamente nadie puede desconocer que son mucho más progresistas que nosotros, como Francia, Alemania, o muchos otros, como Irlanda o algunos Estados de Estados Unidos, no hayan permitido el matrimonio homosexual sino que hayan inventado otra cosa, o por ejemplo le hayan dejado estas decisiones tan trascendentales a órganos mucho más democráticos y representativos, como el Congreso o incluso directamente el mismo pueblo.
 
ENS: Hay congresistas que plantean que este tema sea llevado a un referendo para que sea la ciudadanía, el constituyente primario el que se pronuncie. ¿Su opinión? ¿Qué cree que pasaría en las urnas?
AO: Todos estos cambios se hacen a través de la Corte (con las mayorías del momento, así en ocasiones sean escasas o incluso con conjueces o magistrados encargados) porque sus promotores tienen perfectamente claro que nunca tendrían éxito en el Congreso (nunca lo han tenido) y mucho menos si se preguntara a la población directamente. Por eso son decisiones profundamente antidemocráticas. Pero como si eso no fuera suficiente, una vez logran su cometido es que ya nadie más, nunca más, las puede discutir o votar. Es decir, que ellos pueden promover toda su revolución a la Corte, haga que ganen, pero una vez lo hagan, nadie puede volver a preguntar. Esa es su idea de democracia "inclusiva", "tolerante" y "progresiva". 
Pero incluso algunos Magistrados parecen pensar así, y por eso claramente existe el riesgo de que sea la propia Corte quien frustre o evite este tipo de soluciones alternativas, sobre todo cuando ya ha impuesto la idea de que incluso puede revisar materialmente las reformas constitucionales. Es decir, mientras la Corte Constitucional puede cambiar su jurisprudencia, incluso diametralmente (dando giros copernicanos) y sin justificación alguna, es una supuesta sustitución de la Constitución oponerse a la jurisprudencia del momento. 
Pero, a pesar de todo eso, yo no creo que el pueblo colombiano, o sus representantes, deba por esto resignarse o acobardarse, dejando que solo esta nueva élite decida lo fundamental, lo más importante, dejándoles a los demás únicamente el maquillaje o la superficie de la sociedad. Ni que fuéramos una nanocracia, es decir, el gobierno de nueve. 
Por qué no podría pasar aquí, como en Estados Unidos, que el Congreso le diga a la Corte, con una reforma constitucional, no comparto su interpretación. O, como en algunos países de Europa, incluso ahora mismo (por ejemplo en Polonia) que esto lo dijera directamente el pueblo. ¿Que no es éste el dueño de la Constitución?
 
ENS: ¿Fallos como el que permite rebajas a violadores sexuales, el que prácticamente dejó sin piso la dosis mínima de estupefacientes y los que viabilizan la adopción gay y ahora el matrimonio homosexual, qué sensación dejan sobre la línea jurisprudencial que se impone en las altas Cortes y su efecto sobre una sociedad como la colombiana?
AO: Creo que dejan muchas sensaciones, incluso encontradas. Pero lo claro, al menos para mí, es que no se hacen pensando en la sociedad sino únicamente en los intereses, los deseos, las preferencias, las ideas o ideologías de unos pocos. O es que, yo pregunto, ¿acaso la familia, la juventud o la sociedad colombiana están mejor ahora? Solo por poner un ejemplo, López Michelsen defendió la ley del divorcio diciendo que era para prevenir el verdadero enemigo del matrimonio, que era el adulterio. Pero, ¿cuál ha sido el resultado? Mire los datos (que no dejan de ser escasos, porque en realidad esto interesa a muy pocos) más recientes: cada vez hay menos matrimonios, cada vez hay más divorcios, cada vez hay más y más niños que no viven con uno o incluso con ninguno de sus padres. Y, simultáneamente con esto,  cada vez hay más depresión, más suicidio, más embarazo adolescente y deserción escolar, más madres cabeza de familia, más pobreza, etc. Le repito la pregunta, las cosas han cambiado y están cambiando aceleradamente, eso es innegable, ¿pero están mejor?
 
ENS: La Corte afirma que como el Congreso no legisló al respecto del matrimonio homosexual, entonces le tocó a ella definir el tema ¿En qué queda entonces la separación de poderes?
AO: Es una excelente pregunta. La Declaración de Derechos del Hombre de 1789 decía que un país sin eso y sin proteger los derechos fundamentales no tiene Constitución. Creo que en Colombia la propia Corte ha acabado con esa separación, cada vez es más difícil decir que existe la Constitución. La decisión de esta semana, por ejemplo, nos dice a todos que en realidad ésta es una especie de texto confuso e inaccesible que únicamente unos expertos y casi que iluminados Magistrados pueden descifrar y explicarnos. Pero tal vez fue Lincoln quien dijo que el día en que la Constitución es solo lo que la Corte diga, entonces ya no es un país libre.
Ahora, volviendo a la pregunta: ¿y es que acaso en el 2011 la Corte le dio una orden al Congreso o puede hacerlo? La sentencia en realidad habla solo de un exhorto e incluso en su parte motiva lo único que se dijo es que la Constitución no prohibía reconocer otras formas de familia distinta a la heterosexual, pero de ahí al deber constitucional de permitir el matrimonio homosexual hay mucho, mucho, trecho.
 
ENS: ¿Debe reformarse la autonomía funcional y facultades de la Corte Constitucional?
AO: No debería reformarse sino respetarse el diseño original y claro vigente: el pueblo en nuestro ordenamiento jurídico-político se le dice "soberano", la Constitución es la norma de normas, ninguna autoridad puede hacer nada distinto a lo que la ley o la Constitución le ordenan y permiten, una sentencia de tutela (como es la de esta semana), únicamente tiene efectos ínterpartes, etc. Pero que si dada la situación actual se ha desvirtuado y desquiciado todo esto, sí, no hay duda. Y por eso va siendo hora de que el pueblo colombiano y los demás órganos públicos se pregunten qué está pasando y qué vamos a hacer, debemos preguntarnos ¿Está en crisis el control Constitucional en Colombia? De lo contrario, si la Corte en realidad es omnipotente, entonces todo lo demás sobra y, de otra parte, podríamos pedirle que entonces decretara la Paz nacional o nos hiciera el país más equitativo del mundo, ¿Por qué no? También tenemos derechos a eso, ¿verdad?
 
ENS: Los críticos de este fallo de la Corte sostienen que por la vía de alegar la igualdad de derechos para las minorías, estos terminando imponiéndose y siendo prevalentes sobre los de las mayorías ¿Su opinión? 
AO: Yo creo que estas minorías, como ellos mismos se llaman, o sus defensores y promotores, únicamente tienen dos opciones: o convencen de sus posturas a los colombianos, o se las imponen. Claramente han optado por esto último. Otros, en cambio, están intentando y creyendo que pueden convencer a la mayoría de lo contrario. Que a estos últimos no se lo permitan no es otra cosa que volver a imponerles la postura de esas minorías. Y eso no tiene nada de democrático, tolerante, inclusivo, razonable, progresista, ni nada de eso. Es simplemente decir: aquí mando yo o los que piensan como yo. Y punto.