Periodistas de varios medios colombianos y agencias internacionales fueron agredidos por policías mientras cubrían la noticia del asesinato del director de la cárcel La Modelo, el coronel retirado Élmer Fernández. El enfrentamiento quedó registrado en video y ha generado fuertes críticas hacia la actuación de las autoridades.
Los hechos ocurrieron en el viaducto de la Calle 80 con Avenida NQS de Bogotá, donde los periodistas intentaban obtener imágenes del lugar del crimen. Según las denuncias, al menos cuatro policías agredieron físicamente a los comunicadores, impidiéndoles realizar su labor periodística de manera adecuada.
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Entre los periodistas afectados se encontraban fotógrafos y camarógrafos de reconocidos medios como El Espectador, Semana, y las agencias de noticias EFE y Anadolu. Según relatos de testigos, los policías intentaron sacar a empujones a los periodistas, taparon sus lentes de cámaras y hasta amenazaron con arrestarlos.
Uno de los momentos más críticos fue cuando un policía identificado como Otálvaro gritó a los periodistas: "Respeten el dolor de la familia, ya hay medios de comunicación allá". Estas acciones han sido condenadas por diversas organizaciones de periodistas y defensores de la libertad de prensa.
En las imágenes grabadas por los propios periodistas, se puede observar cómo uno de los policías derriba violentamente al fotógrafo Mauricio Alvarado, de El Espectador. Este tipo de violencia contra la prensa es inaceptable en una sociedad democrática y pone en riesgo la labor informativa de los medios y la seguridad de los periodistas.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, lamentó el asesinato del director de La Modelo y destacó que Fernández estaba en el cargo hace solo 42 días, desempeñando su labor con dedicación. Mientras tanto, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, enfatizó que estos actos violentos no amedrentarán a la sociedad y se buscará justicia.
Ante la polémica, la Policía Metropolitana de Bogotá emitió un comunicado señalando que el incidente comenzó por una solicitud de la familia de la víctima para despejar el lugar y permitir el trabajo de las autoridades competentes. No obstante, estas explicaciones no han disipado las críticas hacia la actuación de los policías implicados en la agresión contra los periodistas.