María Lourdes Palacio López nació en Medellín, se formó como delineante de arquitectura y diseñadora de interiores en la Academia Superior de Artes y desde 1989, en compañía de su esposo y sus dos hijos, ha trabajado por sacar adelante Lurdes, una empresa que, para ella, es uno de los proyectos más importantes de su vida.
La historia de la empresa comenzó hace ya 35 años. “Los Palacio López éramos una familia grande de nueve hijos, unida por el amor, los sueños y un sofá. Sí, un sofá. Pero no cualquier sofá, sino uno de esos antiguos, con historias tejidas en cada hilo, donde cada mancha y cada rasguño era un recuerdo de los momentos compartidos”, le dijo Lourdes a EL NUEVO SIGLO.
Como todo en la vida, el sofá comenzó a mostrar el peso de los años y ahí fue cuando, movida por la pasión de conservar no solo el sillón, sino también la esencia de lo que representaba, la protagonista de esta historia decidió embarcarse en ese viaje de restaurar y darles nueva vida a los muebles y, con ello, a los recuerdos de las familias.
“Junto a mi familia, mi esposo Javier, y un equipo de artesanos tan apasionados como yo, dimos inicio a este hermoso camino en 1989. Desde el primer mueble que restauramos, sentí que cada pieza era un desafío y, a la vez, una promesa: el desafío de devolverle su esplendor y la promesa de conservar su historia”.
Este arte tiene sus raíces tanto en el estudio formal, como en el conocimiento empírico que se pasa de generación en generación. Ya en el caso de la reparación de muebles, hay oficios como la ebanistería, la pintura y la tapicería, en los que se requiere una formación por parte de los artesanos.
El primer paso de todo un camino
“Cada mueble que cruza la puerta de mi taller no es solo madera y tela; es un portador de historias. Entonces, el primer paso, y el más importante para mí, es sentarme un momentico a escuchar su historia”, dice Lourdes sobre qué pasa cuando un mueble llega a su taller.
Una vez en la empresa tienen claro el camino a seguir, el mueble entra a los talleres de pintura y tapicería. En el primero seleccionan con mucho cuidado el color y el acabado, pensando siempre en respetar la esencia del mueble, y en el segundo, hacen la elección de la nueva tela. Ahí es donde para Lourdes se ve la transformación, “ahí es donde ese amigo viejo y cansado empieza a mostrar su nueva cara, listo para comenzar otra etapa de su vida”.
En esta labor, Lourdes está acompaña de su familia y de 14 artesanos distribuidos entre Medellín y Bogotá. En los barrios Restrepo y Chapinero, de la capital de la República, tienen su área administrativa, mientras que los talleres están ubicados en el municipio de Soacha.
“Estos artesanos son la verdadera magia detrás de la empresa Lurdes. Cada uno de ellos, con sus manos hábiles y sus corazones llenos de pasión, son los que dan vida a este sueño, los que transforman con su trabajo y su talento cada pieza que llega a nosotros”, manifestó Palacio.
Restaurando el medio ambiente
Para esta mujer, la restauración de muebles va más allá de darles una manito de pintura y cambiarles la tela, pues es un “acto de amor profundo” con el planeta, en el que muestra que hay manera de vivir, de consumir, de valorar lo que nos rodea.
“Esto es lo que llaman economía circular y nosotros estamos en el corazón de este movimiento. Lo que hacemos es darles una nueva vida, una nueva oportunidad a esos muebles que muchos ya no ven con esperanza, que están destinados a ser parte de las estadísticas de basura que asfixian a nuestro planeta”, explicó Palacio.
Y es que, según dijo está microempresaria, en su casa tiene muebles que fueron rescatados de estar tirados en la calle y otros que estaban destinados a terminar sus días en un vertedero. "Restaurar muebles es mi forma de contribuir a un futuro más sostenible, es mi manera de enseñar a mis hijos, y a quien quiera escuchar, que hay formas de vivir que enriquecen el alma sin empobrecer el planeta”, añadió.
Sobre qué piezas restauran, Lourdes aseguró que no solo se limitan a sofás, pues dentro de su catálogo también hay cabida para otros muebles que hacen parte de las historias de las familias colombianas. “Nuestro corazón y nuestras manos están puestos en restaurar muebles de madera, como sofás, poltronas, sofá camas, mesas y comedores. Estos son los protagonistas de nuestro taller”.
Los precios de restauración en este oficio son muy variables, ya que dependen de factores como el tamaño del mueble, el tipo de pintura o tela a utilizar. No obstante, para estos artesanos, el valor de su trabajo va más allá de un costo monetario, es una inversión, en memoria y en sostenibilidad.
Premios a una gran labor
El 2020, a pesar de que fue un año con desafíos globales, le trajo un crecimiento a Lurdes, pues la Cámara de Comercio de Medellín les otorgó el premio de Empresarios Modelo, “un reconocimiento que nos llenó de orgullo y nos motivó a seguir adelante, a continuar innovando y aportando al planeta”.
Ya en el 2022, fueron parte de varios programas que marcaron un antes y un después en la historia de la familia Palacio, pues participaron en el Programa de Sostenibilidad y Aceleración de Empresas de Base Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, una experiencia que aseguran les abrió los ojos a nuevas posibilidades y les permitió integrar aún más la tecnología en el proceso de restauración que llevan.
Proyecciones para este 2024
Este año, en Lurdes se han propuesto metas ambiciosas, pero llenas de significado, pues buscan no solo crecer como empresa, sino también impactar positivamente el medioambiente.
“Nuestra visión para este año se centra en seguir creciendo, en extender nuestras ramas para llegar a más hogares tanto en Medellín como en Bogotá. Queremos llevar nuestro mensaje de amor, restauración y sostenibilidad a más familias, demostrando que cada mueble, cada pieza, tiene una historia que merece ser contada, ser vivida una y otra vez”, dijo Palacio.
Por otro lado, esta artesana asegura que quieren ir más allá de lo convencional, demostrando que la economía circular no es solo una moda pasajera, sino una realidad tangible, una forma de vida que puede transformar la manera en que las personas interactuamos con nuestros objetos y nuestro planeta.
Lurdes es una empresa cercana a sus clientes y, por ello, quienes necesiten de sus servicios pueden ponerse en contacto por medio de su página web o redes sociales. Posteriormente, entre ambos planearán la labor.