Entrevista| Teresita Gaviria indicó que confían que con la JEP puedan conocer la verdad sobre sus familiares
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EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la dimensión en Antioquia del flagelo de los desaparecidos?
TERESITA GAVIRIA: Aquí la desaparición forzada ha tenido un número muy alto porque aquí hay varias organizaciones que estamos buscando los familiares desaparecidos, y nada más en la base de datos que manejo, ahí hay 186 personas desaparecidas. Claro está, menos 110 personas que nos han entregado porque con el acercamiento que tuvimos a Aulas de Paz, que es un grupo de paramilitares que estaban en la cárcel de máxima seguridad, ellos nos ayudaron con la búsqueda de personas desaparecidas. Que nos decían que las coordenadas y ellos no se acordaban mucho, pero que buscáramos a ciertos campesinos, fuera en Bucaramanga, en Medellín, entonces nos mandaban donde varios campesinos y ellos nos mostraban en donde había personas enterradas.
Esas personas enterradas allí eran familiares de Madres de la Candelaria. Eso nada más en ese grupo, pero hay muchos grupos en Antioquia porque estos grupos que empezaron a formarse en el departamento es porque venía la indemnización por parte de la Unidad de Víctimas, y qué dijeron: ‘Aquí nos llenamos’, y para nosotros ese no era el objetivo que nos dieran plata o que no nos dieran. El objetivo por el que nacieron Caminos de Esperanza y Madres de la Candelaria era para buscar los desaparecidos. Eso es lo que queremos porque me parece que por grande que sea el cheque, más grande es mi dolor y no quiero que siga creciendo el dolor de mis compañeras y el mío también.
ENS: ¿Cuál es la expectativa que tienen las Madres de la Candelaria con la JEP?
TG: Teníamos unas expectativas muy grandes, qué íbamos a encontrar pronto la verdad, que la JEP se iba a fortalecer y que el sistema era lo único que nos iba a tener a nosotros. Hoy tenemos del lado de las víctimas la JEP, pero desde hace algunos días están tristes las mujeres, están preocupadas con esta cuestión de las objeciones que ha hecho el Presidente, eso siempre preocupa.
Veo esos debates tan calientes en el Congreso, en la Comisión de Paz, y eso nos desarma porque estamos perdonando lo imperdonable. Tengo 13 personas muertas y desaparecidas por el conflicto armado, y en este momento estamos perdonando. Si ellos no vienen donde nosotras, vamos a buscarles para decirles: ‘Oiga, venimos a perdonarle. Colabórenos con las coordenadas de nuestros desaparecidos’.
ENS: La mayoría de jefes paramilitares que se acogieron a Justicia y Paz fueron extraditados a Estados Unidos, ¿considera que esas personas desde allá han colaborado con la verdad en Colombia?
TG: Nos hicieron un mal muy grande, no extraditaron a los ex paramilitares, extraditaron fue la verdad porque desde allá han dicho muy pocas verdades. Hay uno, dos o tres señores de estos que nos han colaborado mucho, pero hay otros que dicen ‘que voy a decir verdades si me hundieron y si estoy aquí pagando una condena’.
Es que no se han dado cuenta ni tampoco se van a dar cuenta de la aflicción que siente una madre cuando tiene a su hijo desaparecido, es una mujer muerta en vida, es el dolor el que carcome la mujer. De esas extradiciones que se efectuaron quiero contar que ya he enterrado tres mujeres de cáncer de mama, de cáncer de útero porque perdieron las esperanzas de encontrar la verdad.
Aquí por lo menos los que están en las cárceles de máxima seguridad nos dicen: ‘Estamos dispuestos a decir la verdad, a confesarle a la JEP’. Y nosotras volamos a hacer el mandado y llevar las cartas a la JEP para que nos ayude. Que la JEP atienda a todos los que quieren contar la verdad, eso es lo que estamos haciendo nosotras, acercándonos a ellos y ellos a nosotras, para decirnos ‘es que queremos contar la verdad y la Fiscalía no nos quiere escuchar’. Hay que escuchar al otro, hay que escuchar a las víctimas.