Tras precisar que los gobiernos de Colombia y Ecuador han hecho esfuerzos por atender a la migración venezolana en la zona fronteriza, el embajador en Quito, Manuel Enríquez, manifestó que “la gran pregunta es: hasta cuándo lo vamos a poder hacer. Los recursos son insuficientes”.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se analiza el tema de la solicitud de visas a los venezolanos por parte de Ecuador?
MANUEL ENRÍQUEZ: Sin desconocer que cada país es autónomo para imponer los requisitos que considere necesarios para quienes ingresen a su país, no es menos cierto que, ante la gravedad y la magnitud del problema que viven hoy los hermanos venezolanos, sin lugar a dudas el establecer como requisito para entrar a un país como Ecuador, o de otros de la región, la obtención de un visado va a agravar aún más la difícil situación por la que hoy atraviesan los venezolanos que para salvaguardar su vida y la de su familia han salido y seguirán saliendo para huir del régimen opresor y dictatorial que hoy impera en Venezuela.
Seguramente esto les dificultará aún más el tránsito a otros países, pero creemos que de cualquier manera van a ingresar y ahí seguramente serán objeto de aprovechamiento de los traficantes, o más comúnmente conocidos ‘coyotes’, que los ingresarán por las trochas y los pasos ilegales que desafortunadamente hoy existen en nuestras fronteras.
ENS: ¿En qué medida afecta a Colombia?
ME: Para Colombia sin duda que estas medidas van agravar nuestra difícil situación, por cuanto quienes definitivamente no puedan ingresar a los otros países como Ecuador, Perú, Chile, etc., se van a quedar en Colombia, haciendo insostenible los esfuerzos del Gobierno colombiano, que hasta ahora ha hecho hasta lo imposible para atender al casi millón y medio de venezolanos que actualmente están en nuestro país.
ENS: ¿Se ha reunido con las autoridades ecuatorianas para mirar este tema?
ME: Por supuesto que nos hemos reunido con las autoridades y representantes del Gobierno ecuatoriano, quienes han sido muy receptivos a escuchar nuestras preocupaciones. Hemos logrado superar algunas dificultades de manera conjunta, porque afortunadamente hoy hay una relación muy estrecha entre los dos gobiernos y entre nuestras autoridades.
ENS: ¿La representación diplomática hará presencia en la zona de frontera? ¿Cuál es el panorama real?
ME: Hemos venido atendiendo de manera oportuna y permanente las dificultades que a diario se les presentan a los migrantes.
Conjuntamente con la Cancillería ecuatoriana y los embajadores de los diferentes países de la región acreditados en Ecuador, de los representantes de los organismos internacionales, no sólo hemos viajado a la frontera en varias oportunidades, sino que le hemos prestado todo el apoyo al señor Embajador de Venezuela con sede en Quito, acompañándolo en su difícil misión.
ENS: ¿Esto hará que se incremente más la presencia de los venezolanos en Colombia? ¿Podría existir brotes de violencia en la frontera?
ME: Con seguridad que la imposición de nuevos requisitos para que los migrantes puedan llegar a otros países de destino, al no poder hacerlo –porque, por ejemplo, les será imposible obtener las visas que hoy exigen los demás países– seguramente se van a quedar en Colombia.
Si es así, los pronósticos de que a final de 2019 tendremos más de dos millones de venezolanos se van a superar con creces.
De hecho ya se han presentado brotes de violencia no solo en la frontera, que al ver que no se les permite el paso recurren a las vías de hecho para tratar de ingresar a la fuerza, pero también al interior de los países se están presentando alteraciones del orden público, atracos, asesinatos, hurtos y otros delitos protagonizados por los venezolanos.
ENS: ¿En el tema de salubridad, qué prevenciones se deben tener en la zona fronteriza?
ME: Hasta ahora en nuestros países –y lo digo concretamente por Colombia y Ecuador, que son los casos que conocemos más de cerca– han venido haciendo esfuerzos descomunales para atender en todos los sentidos a los migrantes, pero especialmente a los niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas en condición de discapacidad.
Se les ha venido atendiendo principalmente en temas de salud y alimentación. La gran pregunta es: hasta cuándo lo vamos a poder hacer. Los recursos son insuficientes.