¿Cómo juega Bogotá en la estrategia Colombia Visión 2050? | El Nuevo Siglo
En ciudades como Bogotá los procesos de expansión urbana estarán organizados en función del cumplimiento de objetivos de protección ambiental.
Cortesía Alcaldía de Bogotá
Martes, 12 de Julio de 2022
Redacción Nacional

A finales de la semana pasada el gobierno de Iván Duque socializó, a través del Departamento Nacional de Planeación (DNP), la visión de Colombia para el año 2050. Esta es, palabras más palabras menos, una propuesta de hoja de ruta para que en 28 años el país materialice cuatro objetivos: el desarrollo humano para vidas más longevas; que el país sea una potencia ambiental; que Colombia sea productiva y sostenible; y que en términos generales la colombiana sea una sociedad incluyente con instituciones más sólidas.

Considerando que Bogotá representa el 26% del Producto Interno Bruto del país, constituyéndose como la principal jalonadora del desarrollo nacional, y de ahí el dicho que reza: “si a Bogotá le va bien al país le irá bien”, ¿qué contempla está visión para la ciudad? ¿Cómo juega la capital en esta hoja de ruta?

Dentro del marco de este documento la ciudad deberá prestar atención a cinco aspectos: la movilidad, la conectividad, el desarrollo digital y que esta sea una urbe tanto circular como equitativa. Este documento se hizo bajo el supuesto de que la pandemia edificó un escenario que el país no vivía desde hacía prácticamente un siglo, lo que supone la necesidad de pensar en reformas sociales y económicas, acuerdos nacionales, regionales, planes de desarrollo, y en esta estructuración pensar sobre todo en los cinco aspectos que la harán más competitiva. 

Transporte público y movilidad sostenible

Con relación a la movilidad, es cierto que este documentó comienza por destacar que la ciudad de Bogotá es líder en movilidad limpia con 1.061 buses eléctricos operando actualmente y una estimación de 1.485 buses eléctricos que habrá en circulación para finales del año 2022, pero sin duda plantea la necesidad de que busque soluciones que combinen la movilidad limpia con la eliminación de los trancones.

“Uno de los principales retos de los sistemas de transporte público es la financiación de su operación, que entre 2020 y 2021 alcanzó un déficit de 3,2 billones de pesos. En cuanto al uso del vehículo particular y la motocicleta, se ha venido presentando un mayor uso de estos modos de transporte, impactando negativamente a los territorios. En el año 2021 Bogotá fue la ciudad con mayor número de horas perdidas por la congestión vehicular (186 horas por usuario de vehículo particular), comparándola con otras ciudades de Latinoamérica”, precisa el documento.

De ahí que esta propuesta sostenga la necesidad de que Bogotá busque eliminar las aglomeraciones urbanas a través de “sistemas de transporte público financieramente sostenibles”. Por tal motivo, plantea que de aquí al 2050 se implementen Sistemas Integrados de Transporte Público Regional para favorecer la conexión entre las ciudades núcleo y sus municipios aglomerados. Estos sistemas de transporte, añade el documento, serán priorizados dentro de los instrumentos de planeación y gestión urbana-regional.

La meta final que se perseguirá con relación a este tema es que en Colombia sea más económico desplazarse en transporte público de calidad que en medios privados como la motocicleta, y se habrá implementado un enfoque de Sistema Seguro en el cual ninguna muerte con ocasión de un siniestro vial será aceptable.



Más y mejor conectividad

Un segundo aspecto que alude directamente a Bogotá en esta hoja de ruta al 2050 es el de la conectividad, en la que se destaca la red de transporte regional que incluye vías secundarias y terciarias, red fluvial y terminales aéreas.

“A través de la implementación de proyectos de infraestructura de transporte intermodal y logística se integrará efectivamente el campo con los centros urbanos para mejorar la productividad, la competitividad, el acceso a alimentos y a servicios básicos como salud y educación”, indica el documento.

Esto, con relación a Bogotá, está directamente relacionado con las vías terciarias y el Aeropuerto El Dorado. De acuerdo con este diagnóstico, la conexión entre las cabeceras municipales y las zonas rurales se da a través de vías terciarias, las cuales tienen una relación directa con el crecimiento económico y esto implica que se debe tener más y mejores vías de acceso a las zonas más apartadas.

Tanto para Bogotá como para Colombia, “para el cumplimiento de esta meta se garantizarán recursos permanentes asignados para la implementación de la política institucional de conservación de la red vial, que permitirán tener en condiciones favorables al tránsito la red vial terciaria, reduciendo su deterioro”.

Y en materia de aeropuertos, a 2050 Colombia contará con una red de transporte aéreo, donde el Aeropuerto El Dorado de Bogotá será el primer hub de conexiones de América Latina y el Caribe, mientras que los 30 aeropuertos de las ciudades principales tendrán las medidas tecnológicas y de infraestructura requeridas para ofrecer servicios de transporte aéreo competitivos que soporten el desarrollo turístico y económico del país.

“Todo esto permitirá cumplir con la meta nacional de transportar 199 millones de pasajeros por vía aérea en el 2050”, precisa el documento como meta cumplida a este respecto.

Desarrollo digital

Por otro lado, en términos de conectividad digital y en pro de la equidad y el desarrollo socioeconómico del país, Colombia y el país deberán seguir trabajando en el aumento de la conectividad a Internet y la transformación digital para que, con ello, se dé el cierre efectivo de la brecha digital.

Al analizar la cobertura en las ciudades, en comparación con las zonas rurales y apartadas, se encuentra que en el área urbana la cobertura de internet es del 70%, en tanto que para centros poblados y rural disperso la cobertura en hogares llega al 28,8%.

Ciertamente a nivel territorial se evidencian contrastes como el resultado de la cobertura para la ciudad de Bogotá con un 81,5% o el departamento del Valle del Cauca con el 79%, en comparación con departamentos como el de Vichada, con una cobertura del 4,7%, o Vaupés, con un 8,3%. No obstante, hace falta que en ciudades como la capital haya una integración total de conectividad en el 2050 que soporte el desarrollo tecnológico, económico, ambiental, territorial y social, a través de redes de ultra-velocidad que se adaptan fácilmente al intercambio de mayor información.

Ciudades circulares

Un cuarto aspecto que debe ser tenido en consideración, aunque no hace alusión directa a Bogotá, es el de la disposición de residuos. En las 32 ciudades principales se emite cerca del 45% de las emisiones de los gases de efecto invernadero y se genera el 67% de los residuos sólidos domiciliarios. Considerando que en el país solo se aprovecha el 49% de los residuos generados, por lo que se pierde y se desperdicia el 34% de los alimentos (Departamento Nacional de Planeación, 2016) y el 40% del agua potable, ciudades como Bogotá deben pensar en una economía circular, ¿pero cómo?

“Colombia tiene el reto de tener ciudades circulares. Esto se alcanzará a través de la agenda intermedia que buscará una economía sin desperdicios al 2050, donde el 100% de las ciudades colombianas con más de 100 mil habitantes serán menos intensivas en el uso de materiales y energía, y más productivas en el uso del recurso hídrico”, indica el documento, el cual cierra este apartado estableciendo que la intención es que en la producción de bienes de consumo se utilice cada vez menos materiales y energía, y que cada metro cúbico de agua extraída genere mayor valor agregado, tendiendo a minimizar o eliminar así los desperdicios.



Ciudades equitativas

Y por último, con relación a las ciudades equitativas esta Visión 2050 se trazó que Colombia debe avanzar en la equidad socioespacial, buscando reducir conflictos socioambientales para mejorar la calidad de vida de las poblaciones y la sostenibilidad ambiental.

Por esta razón, en ciudades como Bogotá los procesos de expansión urbana se dimensionarán en su justa medida y se planificarán y gestionarán de manera adecuada, conectados y articulados a la urbe consolidada, organizados en función del cumplimiento de objetivos de protección ambiental y de la consolidación de la estructura ecológica, con estándares óptimos de infraestructura pública.