La Fundación holandesa Bernard van Leer, creadora de Urban95, una tendencia mundial en planeación del espacio público desde la mirada de los niños de tres años, lleva cuatro años haciendo un plan piloto en el barrio La Acacia de la localidad de Ciudad Bolívar, y ha permitido que los más chicos de la casa junto a su familia se tomen el espacio público para el juego y el encuentro en comunidad.
“Esta estrategia consiste en un mirada de la ciudad desde la perspectiva de la primera infancia y de sus cuidadores. El objetivo es asegurarnos de que cada niño que nazca tenga las mismas oportunidades de un desarrollo pleno. Se nos había escapado como la ciudad puede ayudar o entorpecer el desarrollo del cerebro de un niño. Bogotá ha hecho muchos avances en la comprensión de la pedagogía, pero la ciudad todavía no es favorable para que los niños crezcan bien”, le dijo ayer a EL NUEVO SIGLO Leonardo Yanez, asesor senior de la Fundación Bernard van Leer.
En el caso de la capital, este proyecto se ha convertido en una de las buenas prácticas del Distrito y ayer se socializaron las conclusiones en relación a este ejercicio. Conocido como ‘Urban95 Bogotá, Crezco con mi barrio’, liderado por la Administración distrital y apoyado por Bloomberg Associates y la Fundación Casa de la Infancia, de acuerdo con Yanez, es evidente el cambio que ha vivido La Acacia.
El piloto
“La conclusión de esta visita es esperanzadora. Hace tres años, cuando le pedimos a Bogotá ser socia nuestra para buscar respuestas sobre cómo hacer que los niños que usan la ciudad puedan sacar lo mejor de ella, el escenario era distinto. Hoy, que visitamos nuevamente el plan piloto, encontré un cambio gigantesco”, afirmó ayer Yanez.
Aclarando que la gente no se atrevía a salir por miedo, “los niños estaban casi todos entre rejas y el espacio público era solo para aquellos que podían jugar juegos más violentos. Y hoy encontramos una comunidad distinta: gente que está cerca, con actividades para los niños. Nos recibieron muy bien, hace tres años fuimos con escolta judicial, mostrando sus logros e iniciativas”, puntualizó.
Mayor apropiación
La implementación del piloto en el barrio La Acacia de la localidad de Ciudad Bolívar incluyó la creación de estancias de juego, rutas y cruces seguros para los niños, sus cuidadores y la comunidad en general. Esto ha permitido que los ciudadanos, principalmente los niños, se apropien más de la ciudad, a razón de la transformación del espacio público y de la cultura ciudadana. Precisamente por esto, la Fundación adelantó que este plan piloto comenzará a implementarse en las localidades de San Cristóbal y Usaquén.
Así mismo, este ejemplo de la capital abre la oportunidad de escalar el modelo a otras ciudades del país para trabajar con arquitectos, ingenieros y tomadores de decisiones en la incorporación de un enfoque de primera infancia en la planeación y gestión pública de las ciudades. Actualmente Lima, Sao Paulo, Recife, Boa Vista, Cali y Bogotá son algunos de los proyectos de mayor éxito en América Latina.
Por último, de acuerdo con Yanez, si una ciudad se piensa a si misma desde la perspectiva de un niño de tres años, de manera global se cambiará la forma de concebir su urbanismo y de mejorar su cultura ciudadana. “Es pensar la ciudad desde el urbanismo, desde la educación comunitaria (…) Es pensar, como cuando lo hacemos con el invidente o las personas con discapacidad, en las familias con niños pequeños”, finalizó diciendo.