Para afrontar la escasez del recurso hídrico en algunas zonas del país, la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal) está proponiendo varias acciones, empezando por una reforma institucional, con la creación de una Agencia Nacional del Agua que se constituya como la máxima autoridad en la materia.
Así lo expuso la presidenta de Acodal, Maryluz Mejía, quien agregó que la idea es llevar asistencia técnica y acompañamiento a las comunidades rurales y pequeños municipios para que ejecuten planes de gestión de cuencas para mejorar el mercado del agua y su recuperación.
EL NUEVO SIGLO: ¿En qué consiste la alerta que lanza Acodal sobre los riesgos relacionados con el agua?
MARYLUZ MEJÍA: Tras analizar los resultados del Estudio Nacional del Agua – 2018 realizado por el Ideam, Acodal encontró un valioso insumo para identificar y enfrentar fenómenos como la desertificación, sequías periódicas y recurrentes inundaciones. Es evidente la desaparición de los glaciares del país, entre otras amenazas que ya se encuentran diagnosticadas en este nuevo informe.
A nuestro juicio, las cifras que arroja el estudio representan un campanazo de alerta, en torno a la necesidad de lograr una mayor gobernanza institucional que desde lo nacional planee y exija un mejor manejo del recurso hídrico.
ENS: Históricamente Colombia ha sido un país rico en fuentes de agua, ¿esa situación está cambiando?
MM: Si bien en el total nacional el agua es un recurso abundante, en ciertas zonas y ciudades registra graves problemas de escasez periódica, amenazas a las infraestructuras de captación de agua para acueductos por reducción de caudales y presencia de sedimentos.
ENS: ¿Cuál sería la acción más urgente para enfrentar los riesgos por falta de acceso al agua?
MM: Sin duda, el país debe invertir en infraestructuras que eviten racionamientos para el consumo humano de agua y afectar la seguridad alimentaria. Según el ENA-2018, la demanda anual de agua va en aumento en Colombia y ya superó los 37.300 millones de metros cúbicos al año.
Además, a la hora de trazar políticas de cuidado del recurso hídrico, es indispensable tener en cuenta los sectores y actividades con mayor demanda de agua, para que las estrategias apunten a garantizar que el país cuente con el recurso suficiente para cubrir esas necesidades.
ENS: ¿Dónde se concentran los mayores consumos de agua en Colombia?
MM: Solo el sector agrícola concentra más de 16.000 millones de metros cúbicos en consumo de agua al año; la generación de energía hidráulica demanda más de 9.000 millones de metros cúbicos de agua y el sector pecuario consume más de 3.000 millones de metros cúbicos anualmente. Estas cifras nos dan una idea de las necesidades que tiene la sociedad de contar con políticas y acciones eficaces que permitan mantener el acceso al agua.
ENS: ¿Hay regiones en las que se deba enfocar una mayor atención a la hora de cuidar las reservas de agua?
MM: Estas mediciones nos ponen a pensar en que, por ejemplo, en la Costa Caribe la agricultura demanda el 52% del agua disponible, mientras que en las regiones situadas en las cuencas aledañas a los ríos Cauca y Magdalena, esta actividad demanda el 42% del líquido.
Estos datos ameritan abrir la discusión en torno a las acciones que se requieren para atender regiones y ciudades deficitarias de lluvias y escorrentías, donde es necesario contar con embalses multipropósito.
ENS: ¿En qué consiste el decálogo de acciones que propone Acodal en materia de gobernanza del agua?
MM: Nuestra propuesta es integral: contempla desde una reforma institucional, con la creación de una Agencia Nacional del Agua que se constituya como la máxima autoridad en materia de administración de los recursos hídricos del país, hasta un plan de asistencia técnica y acompañamiento a las comunidades rurales y pequeños municipios.
Nuestra propuesta incluye además planes de gestión de cuencas para mejorar el mercado del agua y su recuperación, la planeación a diferentes escalas con enfoque de demanda y estrategias para la descontaminación y tratamiento de aguas residuales.
Creemos que en el país hace falta formación y experticia en adaptación al cambio climático y que también es necesario dar valor al agua como instrumento de su uso eficiente, con planes de inversión que tengan en cuenta la capacidad de operación de los sistemas de abastecimiento.