Al menos 72 personas murieron y 100 resultaron heridas este domingo en un doble atentado suicida frente a una iglesia a la salida de la misa en Peshawar, en uno de los ataques más sangrientos contra cristianos en Pakistán.
El ataque, que no había sido reivindicado a comienzos de la tarde, se produjo a mediodía frente a la Iglesia de todos los Santos de Peshawar, la principal ciudad del noreste, una región ensangrentada frecuentemente por los atentados atribuidos en gran parte a los rebeldes islamistas talibanes.
El médico Arshad Javed, del hospital Lady Reading, declaró a la AFP que murieron 72 personas y más de 100 quedaron heridas.
Se trata de uno de los ataques más mortíferos cometidos contra cristianos en Pakistán, comunidad que representa el 2% de la población de este país de 180 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes.
El ministro de Salud de la provincia, Shaukat Alí Yusufzai, confirmó el balance de víctimas y dijo a la AFP que el gobierno ha anunciado tres días de duelo.
El responsable de la administración de la ciudad, Sahibzada Anees, dijo a la prensa que las bombas estallaron apenas terminó el servicio religioso.
"La mayoría de heridos están en situación crítica", añadió este responsable.
Los dos kamikazes accionaron sus cinturones explosivos cuando los fieles salían de la misa.
El noroeste es una región donde imperan numerosos grupos rebeldes islamistas, entre ellos el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), autores de innumerables atentados que han causado más de 6.000 muertos desde 2007.
Las autoridades sabían que esta iglesia podía ser atacada y habían desplegado fuerzas de seguridad en torno a ella, añadió Anees.
"Estamos en una zona que es objetivo potencial para los terroristas; se habían tomado medidas especiales para proteger esta iglesia. Estamos aún en la fase de socorros, pero cuando se termine investigaremos para saber que fue lo que falló", precisó.
Nazir Jan, maestro de escuela de 50 años, dijo que el servicio había terminado y unos 400 fieles estaban saliendo de la iglesia cuando se produjo una primera explosión.
"Una enorme explosión me tiró al suelo y tan pronto como recuperé mis sentidos estalló una segunda bomba", dijo Jan a la AFP.
Imágenes de televisión mostraban ambulancias trasladando a los heridos a hospitales.
Familiares de las víctimas en llanto se agolpaban frente a la iglesia. Algunos gritaron frases hostiles a la policía, juzgada incapaz de contrarrestar las amenazas.
El primer ministro paquistaní Nawaz Sharif condenó firmemente este atentado. "Los terroristas no tienen religión. Atacar a inocentes es contrario a los preceptos del islam y de todas las otras religiones. Estos actos terroristas muestran el estado de ánimo brutal e inhumano de los terroristas", dijo en un comunicado.
El gobierno de Sharif propuso recientemente negociaciones de paz con los talibanes del TTP para poner fin a la violencia.
La violencia entre fanáticos religiosos ha aumentado en los últimos años en Pakistán, con una serie de atentados suicidas contra la minoría musulmana chiita (un 20% de la población) reivindicados por el grupo armado sectario Lasjar-e-Janhvi, cercano al TTP y a Al Qaida. Pero hasta el presente los cristianos no habían sido atacados de esta forma sangrienta.
El más violento acceso de fiebre tuvo lugar en 2009 en Gojra, en la provincia de Pendjab (este), donde una multitud musulmana colérica mató a 7 cristianos y quemó 77 casas pertenecientes a miembros de esta religión, tras rumores de que el libro sagrado del Corán había sido profanado./AFP