El entrenador del Real Madrid, José Mourinho, confirmó que había explicado a los entrenadores del club de su hijo, el Canillas, que tal vez no estará el año que viene en la capital española, insistiendo en que no se siente "ni infeliz ni triste" en el club merengue.
"Puedo confirmar que cuando me preguntaron si volvería el año que viene les dije: no creo. Dije que el año que viene no creía que fuera a estar dando la charla", explicó este viernes Mourinho en rueda de prensa, confirmando las palabras del presidente del Canillas.
Esta semana, la prensa española había informado sobre las palabras de Manuel Álvarez, el presidente del club de Canillas, de la periferia de Madrid, donde juega el hijo de Mourinho.
Según Álvarez, el entrenador portugués habría explicado el lunes a los empleados del club que no estará en Madrid el año próximo para participar en una tradicional reunión con los entrenadores, versión confirmada por Mourinho, que es esforzó en minimizar el alcance de sus palabras.
"Ya he dicho que mi relación con el presidente, con José Ángel (Sánchez) y el resto de directivos, con el club, es muy buena. y eso permite que nos podamos sentar a analizar las cosas con tranquilidad y decidir qué es mejor para todos. Normalmente, cuando se llega a estas situaciones, hay problemas entre clubes y entrenadores, pero en este caso no, por culpa de nuestra personalidad y relaciones afectivas. Tenemos una buena relación. Lo mejor para todos es ganar al Betis, llegar a la final de Champions y ganar la final de Copa. Y después intentar decidir lo que sea lo mejor para todos", señaló el portugués.
En su tercera temporada en el club, una campaña que había comenzado con tensiones en el seno del vestuario, Mourinho no se desvió de su línea habitual, citando a los dirigentes al final de la temporada para decidir su situación personal.
El contrato que une al exentrenador del Chelsea y del Inter de Milán con el Real Madrid, concluye en junio de 2016, por lo que le restan tres temporadas.
La semana pasada, el diario El País informó de una oferta presentada en marzo por el Chelsea, antiguo club del "Special One", a Mourinho, precisando que el portugués no ha firmado nada por el momento ante las reticencias de Roman Abramovitch, el presidente de los Blues, de dar plenos poderes en materia de fichajes al portugués.