Modificarse color de ojos es un cambio extremo y riesgoso | El Nuevo Siglo
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Lunes, 1 de Mayo de 2017

El inconformismo con el aspecto físico hace que el ser humano busque constantemente un cambio por lograr un mayor impacto en su exterior, aunque esto conlleve riesgos debido al tipo de procedimiento.

Una nueva tendencia en cuanto a cirugías estéticas se está presentando en ciertos países del mundo, la cual consiste en cambiarse el color de los ojos, generalmente de tonos oscuros, a unos más claros, reemplazando la hasta hoy conocida práctica superficial de adquirir lentes de contacto para ello, elemento que también hay que saber manipular.

Dicha mutación se debe a una cirugía que como las demás contiene riesgos, pues muchas de las personas que se someten a este tipo de procedimientos con fines estéticos no conocen el alto peligro al que se exponen, debido a que estos tratamientos y operaciones fueron creados para aquellos que tengan algún problema de visibilidad o carencia de algún componente en el globo ocular.

Recordemos que el ojo es un órgano visual que detecta la luz y la convierte en impulsos electroquímicos que viajan a través de neuronas. En organismos superiores el ojo es un sistema óptico complejo que capta la luz de los alrededores, regula su intensidad a través de un diafragma (iris), enfoca el objetivo gracias a una estructura ajustable de lentes (cristalino) para formar la imagen, que luego convierte en un conjunto de señales eléctricas que llegan al cerebro a través de rutas neuronales complejas que conectan, mediante el nervio óptico, el ojo a la corteza visual y otras áreas cerebrales.

 

Opciones para el cambio de color

Existen básicamente dos opciones a la hora de practicarse este tipo de cirugías. La primera es el iris artificial, el cual consiste en implantar un dispositivo de silicona, que puede ser completo o en alguna zona, según el caso. La indicación específica de estos artefactos, son para pacientes con alteraciones en la forma o estructura del iris, aquellos que tienen trauma ocular, pérdida iridiana, aniridia (enfermedad de los ojos) o ausencia congénita de este y personas con albinismo, entre otros.

En esos casos, el iris artificial se coloca en el espacio que hay entre el iris natural y el cristalino, a través de una pequeña incisión en la córnea. Actualmente no está aprobado por la FDA de Estados Unidos como procedimiento estético.

 

Despigmentación con láser

El segundo método es la despigmentación con láser, el cual a través de disparos va extrayendo la melanina del ojo, haciendo que progresivamente este pierda su color dándole un tono más claro. Esta técnica también tiene una alta incidencia de complicaciones.

En España, específicamente en Barcelona, son pioneros en este tipo de tratamientos, los cuales fueron creados para pacientes con alteraciones estructurales del iris, como ausencias parciales o totales (aniridia) o albinismo, lo cual genera molestias con la luz o fotofobia, en dichos pacientes le reduce esta y mejora la calidad de vida. No están indicados como procedimientos estéticos y en Colombia aún no se practica.

Según Giovanni Rodríguez, médico oftalmólogo, especializado en córnea, catarata y cirugía refractiva, “en Colombia hay algunos especialistas que promocionan este tipo de procedimientos como estéticos, pero no están aprobados por el Invima, entidad que regula este tipo de tratamientos e informan los usos de diferentes dispositivos médicos que llegan al país”.

 

Riesgos del procedimiento

 

El oftalmólogo Giovanni Rodríguez, quien además hace parte de un grupo de oftalmólogos en Bogotá afirma que, “los riesgos para los pacientes que solo quieren un cambio de color en sus ojos pueden ser altos. Primero, porque durante la cirugía se puede presentar una lesión directa en el iris o en la córnea, pero el mayor peligro se presenta en el posoperatorio inmediato o a largo plazo, debido a que pueden presentarse enfermedades graves como uveítis (inflamación de la úvea), glaucoma (pérdida de la visión de manera gradual), descompensación de la córnea, sangrado, catarata, entre otros”.

Rodríguez agrega que “estos efectos secundarios que presentan dichos procedimientos, pueden llevar a la pérdida visual y a requerir cirugías adicionales para solucionarlas, lo cual no siempre termina con un resultado positivo”.

 

El oftalmólogo Rodríguez cuenta que “en algunos lugares de España promocionan estas cirugías, pero se han evidenciado casos de pacientes que han sido operados con alguno de los dos procedimientos mencionados anteriormente, los cuales se han complicado. En países de Latinoamérica donde se han realizado este tipo de tratamientos mal hechos como Panamá, se describen como un 64% de pérdida visual y un 50% en aumento de presión intraocular o glaucoma”.

 

Giovanni Rodríguez concluye, “personalmente, como médico oftalmólogo, especialista en córnea, catarata y cirugía refractiva, no recomendaría a ninguna persona, practicarse este tipo de tratamientos con fines estéticos, ya que las posibles complicaciones que se pueden presentar son graves y en algunos casos irreversibles. Siempre se debe buscar la opinión de diferentes especialistas en córnea y para aquellos que por “verse mejor” se quieran someter a estos procedimientos siempre se hagan esta pregunta, ¿mi visión o mi vanidad?”.