Un grupo de hombres armados detuvo el vehículo en el que viajaba Rogelio Mejía, líder del pueblo indígena arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, y lo acribilló a balazos. Mejía resultó herido en la cabeza cuando una bala atravesó su sombrero pero logró escapar de los asaltantes tras huir del coche, según denuncias de la ONG Survival International.
Una investigadora de esta ONG que viajaba con Mejía salió ilesa del ataque pero fue encañonada e interrogada por los asaltantes sobre el paradero de Mejía. Los delincuentes huyeron al escuchar un coche policial que se acercaba.
El incidente se produjo justo a las afueras de la localidad fronteriza de Pueblo Bello, en cercanías a colinas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Pueblo Bello ha presentado varios hechos violencia en el territorio arhuaco durante décadas. En junio, una niña de de 13 años de esa comunidad indígena fue violada, torturada y asesinada allí sin que se hayan presentado condenas hasta el momento.
Los arhuacos han sido víctimas del conflicto armado y varios de sus líderes han sido asesinados y otros amenazados de muerte. Según Survival International, la cantidad de víctimas de esta comunidad que el conflicto entre guerrilla, narcotraficantes y la fuerza pública en la zona es “innumerable.”
El director de Survival International, Stephen Corry, expresó: “Los indígenas de la Sierra Nevada han mantenido una ‘isla’ de leyes y la paz en una región que lleva generaciones sumergida en la violencia. Si el Gobierno de Colombia tiene alguna autoridad, debe protegerlos y llevar a los culpables de este intento de asesinato ante la justicia. En ningún lugar se ve con más claridad que la noción de que los pueblos indígenas son más violentos que las sociedades industrializadas es pura bazofia”.