La llama olímpica de Rio-2016 alumbró el Palacio de las Naciones de Ginebra, sede de la ONU en Suiza, antes de viajar a la vecina Lausana, capital del movimiento olímpico, en su visita al país de los Alpes como escala antes de viajar a Brasil.
Bruna Gabriella, brasileña de 13 años, llevó el fuego olímpico hasta la ONU en Ginebra, bajo la atenta mirada del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y otros mandatarios, entre ellos el príncipe Alberto II de Mónaco.
La llama es "un símbolo de solidaridad" en un mundo en crisis, declaró Ban Ki-moon, en una ceremonia en el Palacio de las Naciones.
También felicitó al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, por la idea de componer una delegación de atletas refugiados en los próximos Juegos de Rio, este mes de agosto.
Según Ban Ki-moon, ese equipo ayudará al mundo a ver a los refugiados "como merecen ser: talentosos, fuertes y portadores de inspiración".
"Queremos enviar un mensaje de esperanza a todos los refugiados del mundo", subrayó por su parte Thomas Bach. Esa delegación será una más junto a los 206 Comités Olímpicos. Un refugiado sirio fue uno de los primeros relevistas de la llama, la pasada semana en Atenas.
La llama permanecerá todo el fin de semana en el Museo Olímpico de Lausana, ciudad en la que tiene su sede el COI.
El lunes emprenderá viaje hacia Brasil, donde tendrá un periplo de 95 días y más de 30.000 kilómetros por el gigante sudamericano, hasta la inauguración olímpica el 5 de agosto en Rio de Janeiro.
- Crisis política de fondo -
La presencia de la llama coincidirá en Brasil con una importante crisis institucional.
"Brasil está en una situación difícil, con profundas divisiones", admitió Bach ante los periodistas. Pero los Juegos constituyen una "oportunidad para unir" a los brasileños, añadió.
Ban Ki-moon comparte esa opinión. El diplomático surcoreano desea que "todas esas tensiones" se resuelvan con respeto a las normas constitucionales y democráticas de Brasil. La presidenta Dilma Rousseff está amenazada con la destitución.
El ministro de Deportes de Brasil, Ricardo Leyser, no habló de esta crisis, prefiriendo centrarse en el orgullo que supone para su país acoger los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica.
Por su parte, Carlos Nuzman, presidente del Comité de Organización, tuvo un discurso más ambiguo.
"Nos hacemos más fuertes cuando hacemos frente a un obstáculo" y "Brasil saldrá siempre de los problemas más fuerte que antes", fueron algunas de sus frases, aunque sin hacer referencia directa a la situación política.
La ceremonia del viernes era también la ocasión para que Bach entregara a Ban Ki-moon la Copa Olímpica, que recompensa desde 1906 a una asociación o institución por su contribución al deporte o a la promoción de los ideales olímpicos. Es la segunda vez que la ONU la recibe.
El miércoles, Grecia hizo entrega a Brasil de la llama olímpica, en un acto que tuvo lugar en el estadio de mármol de Atenas, escenario de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896.
El pasado 21 de abril tuvo lugar el ritual tradicional de encendido de la llama en las ruinas de la antigua Olimpia (Grecia), con varias actrices ataviadas con túnicas que invocaron sobre el templo de Hera (de 2.600 años de antigüedad) al dios Apolo, antigua divinidad del sol.