Colombia tiene reto para superar el conflicto armado, mejorar la convivencia de los ciudadanos, reducir la violencia y avanzar en las reformas al Estado. Sin la geografía y la historia en la escuela, esos retos no se podrán resolver
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EL GOBIERNO insiste que la educación es una prioridad, que es el camino para superar el conflicto armado, sin embargo, a diario se evidencia la falta de cultura ciudadana, los bici usuarios que no respetan las señales de tránsito, el desconocimiento sobre el país. La deuda con la enseñanza de las ciencias sociales cada vez es mayor. Han surgido unas nuevas tendencias o modas en la escuela como las competencias socioemocionales con las que se pretende crear conciencia en los jóvenes, sin embargo, sin la enseñanza de la historia y la geografía en la escuela, no podemos hablar de una transformación de la sociedad.
Una de las cosas admirables de cualquier persona en Europa independiente de su condición socio - económica es el conocimiento por la historia y la geografía de su país. Eso ha sido posible porque la formación en geografía e historia no ha perdido vigencia y se mantiene en el ciclo de áreas básicas junto con el lenguaje, las matemáticas y la lengua extranjera. En Colombia, apenas hay mediciones, pero es evidente el desconocimiento que existe en la sociedad en general por los procesos históricos regionales y nacionales, o por aspectos básicos de la geografía que permitirían comprender situaciones como los riesgos naturales, el cambio climático, el aprovechamiento de los recursos y hasta entender el funcionamiento de la economía.
Hoy las redes sociales han desenmascarado la ignorancia de los colombianos sobre esos temas, por ejemplo, creer que la contaminación produce terremotos, tener una posición apocalíptica frente a los huracanes y asociarlos al castigo divino o creer que el Estado es una mina de dinero y pretender que pague todo sin entender cómo funcionan los impuestos, los recursos, e inclusive oponerse a la explotación minera, pero a la vez solicitar más dinero de las regalías. En televisión la evidencia es más triste, existe un programa concurso en Canal 1 que hace preguntas básicas a los concursantes, y no tienen idea de cuál es la moneda de España o Reino Unido, no saben lo límites geográficos de Colombia, ni las diferencias entre un sistema de gobierno.
Para algunos expertos en las nuevas pedagogías, dirían que eso no es importante porque hace parte de la educación memorística y no de la comprensión, sin embargo, se ha comprobado que sin elementos básicos de la memoria es difícil comprender, argumentar o analizar. En la experiencia en la formación docente, los estudiantes llegan a la universidad sin la capacidad para ubicarse en un mapa, entender el funcionamiento del Estado, de la economía o comprender hechos históricos nacionales, regionales o globales. En general la responsabilidad es de todos: gobierno, ministerio, escuela, editoriales e inclusive la formación docente. A continuación, algunos aspectos.
“La geografía y la historia son muy débiles en la escuela, desde la reforma que, en 1994, definió un área de Ciencias Sociales suprimiendo la geografía y la historia”
Intensidad horaria: la geografía y la historia son muy débiles en la escuela, desde la reforma que, en 1994, definió un área de Ciencias Sociales suprimiendo la geografía y la historia, en la cual se incluyeron competencias ciudadanas, política, afrocolombianidad, emprendimiento y todas las arandelas que crean los senadores y las propuestas de los que nunca han dictado en un salón de clase.
Currículo: el Ministerio sigue en deuda con presentar unos lineamientos de Ciencias Sociales, que al parecer se están elaborando, pero más allá, se debe volver a recuperar la enseñanza de las dos áreas en la escuela. Es necesario saber qué país queremos y cómo vamos a formar a los estudiantes. En los colegios se enseña de acuerdo a unos derechos básicos que son genéricos y se prestan para cualquier interpretación. Temas centrales de la geografía como la ciudad, los problemas urbanos, los riesgos ambientales. Y desde la historia el conflicto en Colombia, las relaciones con América Latina o el funcionamiento del Estado están ausentes.
Evaluación: el resultado es que, al no tener contenidos claros, un currículo y lineamientos es muy difícil saber que se va a evaluar. Por ejemplo, la Prueba Saber 11 termina siendo una prueba de comprensión lectora, y se enfoca en temas de la Constitución política y formación ciudadana, pero a diferencia de las otras áreas no hay unos mínimos de contenidos de la geografía y de la historia. Posiblemente las nuevas generaciones no saben diferenciar el sentido de cada una de las dos áreas. Y la forma de evaluación de las ciencias sociales es confusa y carente del por qué la importancia de la geografía y la historia en la formación de ciudadanos.
Materiales de texto: los libros de textos siempre han sido cuestionados, pero son necesarios para comprender temáticas, desarrollar habilidades y favorecer el aprendizaje. Los profesores que trabajan a diario en el aula valoran la necesidad de tener materiales con un lenguaje claro, pertinente para mejorar el aprendizaje en el aula. Si no se lee no se construyen hábitos, el uso continuo de materiales educativos mejora la comprensión lectora, la capacidad de análisis y la comprensión del mundo.
Compra de materiales: una de las brechas de la educación entre el sector privado y el público es la carencia en este último de materiales de texto, sin embargo, las editoriales se deben conectar con la escuela, algunos son elaborados por personas que nunca han dictado en un salón de clase y presentan tratados complejos más para el mundo universitario que para el escolar. Las editoriales deben conectarse con la realidad escolar, los estudiantes llegan a la universidad sin saberse ubicarse un mapa, comprender por qué el conflicto en Colombia, saber por qué hoy vivimos en ciudades y las dinámicas de las mismas.
La ignorancia de hoy en día es responsabilidad de todo un país que le ha dado la espalda a la geografía y a la historia. Para completar la compleja situación, la ex -viceministra Natalia Ariza trató de exigir unos mínimos de calidad a las universidades que forman profesores, porque muchos problemas vienen desde la formación y hay muchas universidades privadas de dudosa labor que se enfocan en la formación de profesores, lamentablemente los esfuerzos se fueron por la borda porque la actual administración derogó el decreto de la reforma a las licenciaturas, es decir seguimos sin construir una propuesta sólida para resolver los problemas estructurales de la sociedad colombiana.
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*Geógrafo, magíster en Estudios Políticos. Profesor universitario. Autor y editor de libros y de revistas especializadas en educación. Sígalo en: @hurtadobeltran
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